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Interludio - Reverse Side 2 - Land of the gods 5.3

Miach, el dios de la medicina, no se veía diferente de cualquier joven aventurero de Orario. A excepción del atractivo y carisma indiscutible de los dioses, todo en el gritaba normalidad. Su ropa era común, sus zapatos, el pequeño local comercial donde vendía sus medicinas, que no media más cuatro metros de ancho por dos de largo. Es un dios muy humilde, buen samaritano y amable. Kain lo ve en estos momentos, como la única luz de Orario, o por lo menos, no ha conocido a nadie más caritativo. El resto de los dioses van por su cuenta y no se preocupan de la gente ni de su entorno. Cosa que no es mala, pero cuando piensas en que son dioses, te sientes un poco defraudado. Por supuesto, existen todo tipo de dioses, con divinidades asociadas a la miseria, al robo y a la muerte. Pero si no tienen divinidades o algo que los obligue a comportarse de esa manera, la pregunta es ¿Por qué son tan parásitos?.

Dejando de lado las creencias, Kain en estos momentos estaba en la cocina de la casa del dios Miach. Un humilde lugar de madera, con un techo de paja y paredes grises. Kain está de un lado de la mesa, Reida a su lado y ¿los tres grandes?. Bueno, ellos son el centro de atención de las muchachas de la familia Miach. Ellas se volvieron locas en cuanto vieron a los pequeños elfos. Incluso cerraron la tienda sin preguntarle a su dios. Por otro lado, Miach está al otro lado de la mesa.

Kain saca un par de botellas de vino de su anillo, tres copas y las sirve. Le acerca una a Reída y otra Miach. El dios lo mira algo incomodo, pero sonríe. Kain no le da importancia y le dice -a tu salud, amigo mío-

-Muchas gracias por el vino y disculpa- dijo Miach con una voz suave -soy el dueño de casa pero no tengo nada para ofrecerte-

-Tonterías, no te preocupes. Dejando eso de lado, ella es mi esposa, Reida-

Reida hace una leve reverencia y responde -mucho gusto dios Miach. Mi esposo me ha hablado muy bien de usted-

Miach asintió y le respondió -mucho gusto, Miach, dios de la medicina. Si necesitas algo, siempre puedes contar con mi familia-

-¿Cómo ha ido el negocio?- pregunta Kain

-Bien, con las plantas que nos diste el otro día, hemos podido hacer medicina. De esa manera hemos podido apalear algunas deudas. Además, también pude hacer algunos remedios para los niños del orfanato-

-Eso es bueno, me alegro-

-¿A que debo tu visita?-

-La verdad es que te quería pedir algo de medicina. Algo que sirva para restaurar la sangre perdida-

-Mientras tengas "corazón de dragón" podemos hacer algo, pero es una planta rara y muy cara. Pocos logran traer algo del calabozo-

-Algo como esto- dijo Kain con una gran sonrisa. Saco una flor cuyo capullo formaba algo similar a la cabeza de un dragón de mar.

Miach tomo la flor y sonrió -¿Cómo la encontraste?- pregunto

-Caminando por el piso veinticinco. Te lo juro, pasaron mas de trescientos aventureros, casi la pisan, pero no se dieron cuenta-

Miach soltó una risita y dijo -mal por ellos, esto es muy caro. Sin contar que si la conviertes en medicina, se vuelve aun mas caro-

-Ya lo creo. Si puede restituir la sangre perdida, es mas valioso que muchas medicinas ¿Cuánto me vas a cobrar?-

-Ya me haz ayudado bastante, si te cobro, no podre dormir-

Kain soltó un suspiro y le dijo -Ok. Hagamos esto ¿Cuánto vale esta medicina?-

Miach miró a Kain confundido. No quería decirle, pero Kain le dio una mirada que le decía "vamos, dilo". Entonces el dios Miach soltó un suspiro y le dijo -unos catorce millones de valis-

-Déjame darte al menos el diez por ciento, por la mano de obra-

-Bien. Ven mañana al medio día. Lo necesitas lo antes posible ¿cierto?-

-Así es. Digamos que un entrenamiento no salió tan bien-

El dios Miach puso un rostro serio y le pregunto -¿Qué paso?-

-Bueno, veras…-

-o-

La familia Ganesha es una de las grandes familias de Orario. Dirigida por el dios del mismo nombre. Un hombre alto de complexión fornida, pelo negro y gran carisma. Siempre que te lo encuentres se presentara con un "¡GANESHA!". Cosa que lo hace un poco cómico. Pero dejando de lado las actitudes del dios, es junto con Miach, un dios del pueblo. Se preocupa por la gente, al punto de que la mayoría de sus recursos se gastan en apalear la pobreza. Su familia es una de las más numerosas, excediendo por bastante a Zeus y a Hera. Pero ¿Por qué no ha sido molestado?. Bueno, eso pasa porque la mayoría de sus aventureros no llegan más allá del nivel 3. La familia Ganesha no se especializa en el calabozo, ni en la cacería. Su principal fuente de ingreso son los grandes eventos, como el de hoy, una subasta en donde se venden todo tipo de elementos. Se proporciona el mejor servicio y una grata velada. Cualquiera pensaría que la familia Ganesha es la que ofrece los productos. Errado. Ellos solo se preocupan del lugar, el bienestar y cobrar por participar. Este es un evento en masa en donde muchos dioses ofrecen sus bienes, incluso algunos de dudosa procedencia. Los grandes cristales de monstruos vienen de la familia Zeus y Hera. Las medicinas provenían de los dioses relativos a esta profesión. Las armas de la diosa Hephaestus y de un dios llamado Goibniu. El metal proviene de las minas de los enanos en las regiones montañosas. El vino proviene de un pequeño dios llamado Soma…Y así sucesivamente.

En estos momentos, quien funciona como "martillero publico" es la guild de aventureros. Por lo general se solicita que sea un hombre de gran estatura, de amplia educación y con referencias. Años anteriores habían sido designados por las grandes familias, pero este año es diferente. Una, porque el martillero es mujer, y la otra, es porque no viene recomendado por las grandes familias. Así que se espera una lucha justa.

Como a las seis de la tarde, afuera del gran salón de eventos, ya se empiezan a aglomerar los dioses y sus acompañantes. Muchos de ellos ocupan esta ocasión para vestir elegante (incluso los que no se lo pueden permitir). Para eso de las ocho de la noche, con un transito mas despejado y un aire mas fresco, llega un gran carruaje. Lo mas probable es que sea un dios que trabaja con las dos grandes familias (Zeus y Hera). Porque como están las cosas, es difícil que un familia prospere. Sobre todo con el acaparamiento de los mejores aventureros. Dejando de lado eso, el carruaje se detiene y de él baja un hombre alto, vestido con un frac negro. Su largo cabello blanco hace juego con los colores monocromáticos de su vestimenta. Sus orejas puntiagudas destacan sobresaliendo de la larga cabellera. Él se para derecho y ayuda a las personas que permanecen en el carruaje. La primera en bajar es una mujer con un cabello rojo como el vino y un vestido blanco de una pieza. El diseño hace énfasis en sus apretadas caderas y en su bien dotado busto. Después de ella, baja otra mujer. Una diosa. Ella destaca con su delicada piel de porcelana, un cabello rojo como si fuera una llama viva y un parche en su ojo derecho. Viste un traje rojo de un pieza y guantes blancos que le llegan hasta los codos.

-Se siente bien ser ayudada por un hombre guapo- dice la diosa Hephaestus con una sonrisa

Kain por su parte, se tirantea las solapas del frac y le dice -no tengo ningún problema, pero por favor, no lo digas delante de Lilia-

Hephaestus hace una sonrisa traviesa, le guiña un ojo a Lilia y le dice -no te lo tomes a mal, es un elogio. Solo lo tomo prestado por un momento-

-Cada día se esta volviendo mas cercana ¿no lo cree?- responde Lilia

-Puede ser, pero es mas divertido ver tu rostro celoso-

-En eso concuerdo- agrega Kain

-¿Qué dijiste?- le pregunta Lilia, pero era mas parecido a una amenaza. Ella se acercó y le pellizco la cadera

Kain sonríe, se acerca al oído de Lilia y le susurra -ya veras mas tarde, te castigare por esto-

Lilia se sonrojo y responde -vamos, nos aguarda la subasta-

Entonces los tres caminaron tomados del brazo, con Kain en el centro, como si Hephaestus y Lilia lo estuvieran custodiando. Subieron una larga escalinata de mármol y llegaron a la entrada del anfiteatro. En ese lugar los esperaban varios aventureros de la familia Ganesha y dos recepcionistas. Una de ellas hizo la revisión de rigor y le ordeno a la otra que los llevara a su palco. Mientras caminaban por los grandes pasillos del anfiteatro, Kain pregunto -¿Qué vas a comprar en específico?-

Hephaestus sin despegar su brazo, respondió -acero de damasco. Es uno de los mejores metales que existen, el único problema es que el viejo Goibniu siempre compite conmigo. Así que nuestro proveedor nos lanza a luchar-

-¿Te refieres al otro dios herrero?-

-Así es- responde Hephaestus -los enanos son los únicos proveedores. Así que no hay mucho que regatear, solo luchar a muerte-

Lilia al otro lado añadió -Kain, si ves a lady Hephaestus ir a golpear al otro dios, detenla. Se vuelve loca cuando pierde un remate-

Hephaestus mira a Lilia enojada y le dice -eso es mentira, solo me da un poco de rabia. Ese viejo es un tramposo, se quiere llevar todo el metal-

Kain levantó la comisura de sus labios, viendo como discutían estas dos hermanas. Entonces, para aligerar la tensión, pregunto -¿Qué pasa con el otro dios? ¿Por qué Zeus y Hera no hacen negocios con él?-

-Nuestro rubro es parecido pero un poco diferente- respondió Hephaestus -la familia de Goibniu no va al calabozo. Solo se dedican a la fragua, cosa que no me parece correcta. Es un desperdicio de la bendición de un dios. Como sabes, para que un niño de nuestra familia crezca tiene que ir recogiendo falna. Pero eso solo lo pueden ir ganando en el calabozo- Hephaestus bufo -ahora que me acuerdo, Víctor me hace enojar. Le llevo diciendo durante años que cace en el calabozo, pero nunca me hace caso-

Kain asintió, como si entendiera lo que decía. Sin embargo, él pensaba en otra cosa. Muchos de los dioses tienen belleza y carisma. Así que no faltan los aventureros que se enamoran de ellos. Un caso es Víctor, que pudiendo ir con el otro dios herrero, se quedó con Hephaestus. Otro serían las muchachas de la familia Miach. Bueno, todas están enamorados. El problema es que los dioses no los toman en serio. Una, porque son gente normal y otra, porque solo sería algo pasajero. Para los humanos, cien años es mucho tiempo. Para alguien cercano o directamente un dios, es un breve lapsus.

-Por aquí por favor- dijo la recepcionista que los guiaba

Llegaron al palco de honor, un lugar reservado en el segundo piso del salón de eventos. Solo habían cuatro en el segundo piso y tres en el tercero. Por motivos prácticos, Hephaestus había reservado el del segundo piso. Necesitaba mirar de cerca los productos. Pero entonces ¿Por qué no se gano en el primer piso, o en la primera fila?. Sencillo, no le gustaba que le miren la cara. Para ser mas específicos es el parche. Muchos hombres la quedaban mirando. La diosa es bella, pero una vez que captan su parche, tienen curiosidad por saber que hay debajo. Algo que a la diosa no le gusta mencionar, mucho menos mostrar. Algunos hombres mas desubicados le han preguntado de frente. Así que gracias a ellos, ahora ella trata de mantener la distancia, sobre todo con los que se creen galantes.

De las seis sillas en el palco, ocuparon las tres primeras. Igual que antes, Kain se sienta en medio, mientras que Lilia y Hephaestus se colocan a los lados. Solo quedan veinte minutos para la subasta y el salón de eventos esta lleno. La galería abajo esta repleta, con gente caminando de aquí para allá. Varios dioses menores se saludan y también están los aventureros. Algunos tienen riñas personales, pero con la ayuda de la guild y los aventureros de alto nivel (Rómulo e Irene) no prosperan. Los murmullos suenan como un enjambre de abejas. Mas allá, en el tercer piso, en el palco del fondo a la derecha. Una cara se asoma. Es un rostro angelical, el cual saca suspiros. No obstante, ella no le dirige la mirada a los dioses ni a los aventureros. Mira hacia Kain, que esta al otro extremo de la sala y le hace señas. Kain hace una suave sonrisa y también mueve su mano. Lilia a su lado esta furiosa y lo pellizca con fuerza.

-¿Por qué saludas a esa zorra?- le pregunta Lilia indignada

-Porque es cortesía, cariño. Alguien que esperaba trabajar en el castillo de su reino, debería entender de estas cosas- dice Kain sin perder su sonrisa

-No deberías ser tan amigable- añade Hephaestus, que por alguna razón, también esta molesta

-¿Tu también?. Bien, te lo voy a explicar. Resulta que mi madre tiene un carácter coqueto y esa mujer me la recuerda. Por eso soy cortes, no hay nada entre nosotros. Además, su encanto no me afecta y yo no tengo ningún interés en ella-

-Ella es la moza de Zeus. Gracias a eso, puede mantener a los buenos aventureros-

-¿Y tu?¿que le haces al viejo dios para mantener un contrato?-

Hephaestus lo miró molesta y baja la cabeza -no he hecho nada- dice ella -no quiere tocar a alguien tan fea como yo. Pero nos tiene amenazados, así que solo podemos seguir haciendo nuestro trabajo. Fui con Urano, pero no dijo nada al respecto-

Kain soltó un suspiro, pensando en que la había cagado y le tomo la mano -lo siento- dijo con pesar -he hablado mas de la cuenta-

-Lo sé, Lilia ya me hablo de tu estupidez, pero te lo digo en serio. Mantente alejado de ella o Zeus puede tomar esto como una afrenta personal-

-¿Mas que golpearlo y noquear a toda su familia?-

-Mas que eso. Una cosa es su familia, que visto de otro modo es su juguete. Otra cosas son las mujeres que le gustan-

-Entendido-

De repente, el gran salón de eventos quedo en completo silencio y apareció Margarete, la asesora de la guild. Las dos cosas que más resaltaban en ella, eran su rostro pálido del nerviosismo y su vestido rojo intenso. Ella se paró en frente de todos y anuncio -Señoras y Señores, Diosas y Dioses, la subasta va a comenzar…-

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