-Créeme, debes irte- dijo el hombre de negro. Su espada ya no emitía una simple llama obsidiana, ahora era un fuego voraz que ardía sin emitir calor.
Kain por otra parte, sonrió mientras sostenía sus katanas de cristal. Ante la emoción, emitió más energía de la necesaria, generando una sobre exposición de la electricidad. Kain salto, se apoyó en la reja, salto otra vez para caer a tres metros de su oponente. Para ser precisos, en su espalda. El guerrero se dio vuelta lo más rápido posible. Retomo una vez más su posición de combate y empezó a caminar mientras ostentaba su espada obsidiana. Kain tomo la postura del Ni Ten Ichi Ryu, miro como su enemigo avanzaba sin preocupaciones, lleno de aberturas. Esto último fue un poco decepcionante, sin embargo esa llama que emitía la espada, era algo extraña. Era similar al fuego de los hechizos de oscuridad. Por lo tanto, Kain nunca bajo su guardia.
El hombre de negro, levanto su espada con ambas manos, dio un salto y ataco con un espadazo. Kain bloqueo con sus dos espadas, recibió el golpe y sonrió. El hombre de negro se asustó al verlo, era como la expresión de una bestia. Entonces tratando de resguardarse, salto hacia atrás, retomo su postura y espero un contra ataque.
Kain mantuvo su sonrisa y le pregunto -¿Qué sucede? Pensé que querías que me fuera- entonces, como su oponente trataba de mantener la distancia. Kain tomo la ofensiva y trato de probar la resistencia de sus espadas lanzando tres cortes consecutivos. El hombre de negro aguanto los dos primeros golpes, sin embargo con el tercero no fue lo mismo. Kain había golpeado en simultaneo con sus dos espadas en dirección vertical. El hombre de negro a su vez, quiso bloquear el golpe. Se puso firme para interceptarlo, sin embargo la fuerza fue tanta, que fue obligado a arrodillarse. No obstante, las espadas de cristal perdieron su fuerza. Empezaron a crujir como un vidrió y al segundo después se rompieron. Kain dio un salto hacia atrás y negó con su cabeza algo decepcionado. Después miro al suelo y se dijo así mismo -parece que me falta reforzar la estructura de la magia- cruzo los brazos mientras se sujetaba el mentón y se continuo preguntando -¿será muy fuerte el imbuido de luz solar o la estructura del cristal será demasiado frágil para tal poder?- soltó un suspiro y miro al hombre de negro -lo siento, solo estaba pensando en voz alta. Dime ¿todavía quieres luchar?-.
El hombre lleno de ira le grito -¡te tienes que ir!- entonces tomo su posición una vez mas. Corrió hasta Kain, le dio un espadazo y paso de largo sin atinarle a nada. Kain por otra parte, paso por debajo de la hoja, se dio la vuelta, levanto su mano derecha, creo una lanza de luz solar y la estrello contra la nuca de su adversario. El cuerpo cayo decapitado y la espada a un metro mas allá. Después de que la espada abandonara la mano de su propietario, perdió sus llamas obsidianas. Kain dejo el cuerpo en el suelo, camino hasta la espada y la tomo. Era una mandoble con un mango de metal. La hoja se componía por cuatro hojas entrelazadas que creaban un cuerpo sin filo. Pero si al igual que lo qué hizo Kain, colocabas tu energía. La espada emitía un fuego negro que consumía la carne de sus adversarios.
Kain siguió revisando las runas que tenía la espada, hasta que alguien grito -¡Kain! Ayúdanos con la puerta-. Kain miro hacia atrás y se dio cuenta de que Elizabeth y Ciri aún seguían esperando. Guardo la espada en el anillo e incinero el cuerpo de su adversario. Después fue con total calma y tiro la reja, frunció el ceño y se preguntó ¿para que alguien necesitaba una reja tan pesada?. Este edificio no parecía ser un lugar donde la gente almacena tesoros.
-Gracias- dijo Elizabeth -¿te dijo algo ese hombre?-
-No, para nada, solo insistía con que nos fuéramos, ¿Vamos?-
-/Vamos/- respondieron ellas
Pasaron por al lado del cuerpo que estaba siendo devorado por el caos y caminaron hasta la entrada del edificio. Era una enorme construcción de piedra. La entrada no tenía puerta y estaba confeccionada en un arco de medio punto. Al entrar al lugar, se podían ver mesas y sillas de la más fina confección, sin embargo todo el inmobiliario, los estantes y hasta el suelo, estaban atestados de libros.
Estos últimos a su vez, estaban cubiertos de polvo, como si dijera que este lugar fue ocupado hace mucho, mucho tiempo. Ciri y Elizabeth entraron primero. Kain por otra parte, escucho un ruido en el patio que antecedía al edificio. Así que les dijo -voy y vuelvo. Tengan cuidado con lo que tocan-. Él no espero la respuesta y las dejo solas.
Las dos caminaron por la biblioteca, le daban pequeñas miradas a los libros pero no encontraron nada interesante. Ciri miro unas esculturas mientras que Elizabeth camino hasta la parte trasera de la biblioteca. Ciri siguió mirando otras dos esculturas. Como eran mas altas que ella, tuvo que levantar su vista y al hacer esto, noto que algo había en el techo. Era como una escalera que estaba sujeta al techo. Ciri saco algunas conclusiones y empezó a buscar algún mecanismo. Ella llego hasta el fondo de la biblioteca. Elizabeth la vio mientras ojeaba un libro y con curiosidad le pregunto -¿Qué buscas?-. Ciri apunto al techo y le respondió -allá hay unas escaleras, supongo que debe haber algún mecanismo para bajarlas, ven y ayúdame-. Elizabeth asintió, tiro el libro sobre la mesa y empezó a buscar en las paredes.
-o-
Cuando Kain volvió a la biblioteca, no encontró ni a Ciri ni Elizabeth. Camino hasta el final de la biblioteca y ahí encontró unas escaleras que llevaban al ático. Él escucho unas risas que provenían de ese lugar. Entonces cuando subió, encontró a Ciri y Elizabeth acompañando a la diosa. Kain la miro mientras subía por las escaleras. Ella estaba sobre una mesa, su contextura era la de una niña, no menos de diez y no mas de trece años. Tenía el cabello blanco, sus ojos tenían un iris rojo y sus pupilas formaban una línea, similar a los reptiles. Su piel era pálida y tersa. Solo llevaba una túnica que lo mas probable es que no fuera suya, ya que le quedaba demasiado holgada. Kain puso una sonrisa y les pregunto -¿veo que hicieron una nueva amiga?-
La niña escucho a Kain y salió de su estado de diversión. Se tapo con lo que parecía ser un frazada. Entonces Elizabeth le toco la cabeza y le explico -tranquila, este es Kain. Él es mi hombre, algo así como mi familia-
La niña mientras se cubría la cabeza y solo se veía su rostro, pero asintió. Entonces con una voz limpia y cristalina le respondió -entiendo-
Kain sonrió y le pregunto -hola pequeña ¿Quién eres?-
-Hola, me llamo pintora-
-¿Ese es tu nombre?- pregunto Kain algo confundido. Su confusión no fue porque no le creyera. Los ojos de esta niña le decían que estaba diciendo la verdad. No obstante, siempre es raro encontrar a alguien que no tenga nombre, más aun si esta es una diosa.
Ella asintió y le pregunto -¿no has visto a mi tío Gael?. Él se fue hace tiempo. Wilhem me dijo que él se fue de viaje-
-¿Él es un anciano que tiene una capucha roja y lleva una armadura?-
-Así es. Yo le pedí algo. Le pedí que me mostrara la llama, sin embargo si hubiera sabido que él se iría tanto tiempo, nunca se lo hubiera pedido. Es solitario sin él- entonces ella agacho la cabeza algo cabizbaja.
-Lo vimos. Él está bien, así que no te preocupes, él volverá por ti. Por otro lado- Kain sonrió -el cumplió tu pedido. Elizabeth es la campeona de la ceniza, ella te mostrara la llama-
Pintora abrió los ojos grandes y con un rostro lleno de expectativas, miro a Elizabeth esperando su confirmación. Elizabeth la miro a los ojos, le mostró una sonrisa y le dijo -sí, no te preocupes, yo te mostrare la llama-
-Gracias- dijo la pintora, con una voz suave, llena de gratitud y continuo -necesito ver la llama para poder dibujar un nuevo cuadro. Mamá decía:
"Los que no conocen el fuego, no pueden pintar un mundo.
Los que han sido absorbidos por el fuego, no deben pintar un mundo"-.
Cuando ella termino de decir estas palabras. Elizabeth le hablo de todo tipo de cosas. Pintora se relajo tanto con esta conversación, que se saco la frazada. Ella se reía de algunas cosas chistosas que le contaba Elizabeth. Kain por otra parte, las miraba y meditaba en las palabras que dijo la niña. Muchos pensarían que es solo una metáfora. Sin embargo, Kain no espera eso de una diosa. Cuando los dioses dicen cosas así, es porque en muchos sentidos, es una regla inquebrantable.
-o-
En el ático de la biblioteca habían tres habitaciones llenas de libros. Kain, Ciri y Elizabeth se dedicaron a limpiar durante horas. Abrieron las ventanas, barrieron la tierra y dejaron limpias dos habitaciones. Cuando llego la noche, Elizabeth le dijo a Pintora que ahora podía dormir en una habitación. Sin embargo esta ultima no entendió. Entonces Elizabeth la llevo al cuarto y le explico todas las comodidades que significaba tener una cama. Las dos se rieron hasta altas horas de la noche y solo se callaron, cuando Pintora cayo dormida. Elizabeth salió de la habitación y volvió a donde estaban Kain y Ciri. Estos dos ya estaban abrazados y durmiendo. Elizabeth algo enojada, salto a la cama y cayo encima de los dos.
Kain le pregunto entre dormido -¿Qué pasa Eli? Al menos si te vas a tirar a la cama, no te lances con armadura y todo. Puedes romper los soportes-
A Elizabeth le palpitaba la ceja derecha. Ella vio que tanto Kain como Ciri estaban desnudos. Era claro que ellos no estuvieron conversando. Entonces ella le dijo -es tu castigo por divertirte solo-
Ciri bostezo y le respondió -ok, Eli, sácate la ropa y duerme. Si quieres, mañana en la mañana puedes tener la primera-
-Mas te vale-
Kain por otra parte, se refregó los ojos, miro a Elizabeth y le pregunto -¿se durmió?-
-Sí, costo bastante, es una niña muy curiosa-
-No creo que fuera eso, es una diosa, ella no necesita dormir. Si duerme es por el capricho y el placer que representa-
Elizabeth y Ciri exclamaron un "¡Eh!" y quedaron mirando a Kain. A ambas se les había quitado el sueño y ahora sus miradas solicitaban una respuesta. Kain se quiso golpear y se preguntó ¿Por qué no aprende a cerrar la boca?. Entonces haciéndose el ánimo, dijo -ella es una diosa ¿Qué esperaban que significaran sus palabras cuando hablo de crear un mundo?¿una metáfora?-
Elizabeth algo molesta por las preguntas, se acercó, le pellizco y le dijo -bueno, ¿Qué te puedo decir? No todos los días te encuentras con una diosa-
-Bueno, es verdad, pero al final y al cabo, es una diosa. Se podría considerar que le regalaste un gran presente. Como te decía, los dioses no necesitan dormir-
Elizabeth se termino de quitar la ropa. Su piel morena era visible a la luz de las velas. Kain le dio una mirada y pudo decir una vez mas, que le gustaba ese cuerpo esbelto. Sin embargo cuando llego a la cara, Elizabeth le regalo una sonrisa picara y como los tres estaban despiertos. Ella lo ataco y fue respaldada por Ciri.
-o-
Paso una semana desde la llegada del grupo. Todo este tiempo estuvieron conversando, compartiendo información y leyendo con Pintora. Kain por lo usual pasaba todo el día en la parte baja de la biblioteca. Leía sin parar, tratando de buscar la razón detrás de este mundo. Quería saber porque nevaba todo el día sin descanso. Porque los hombres de este mundo tenían apariencias de no muertos con cabeza de pájaro. Lo único que encontró es que los residentes de esta tierra se llamaban corvían.
Después de leer, compartir con Pintora e intimar con Ciri y Elizabeth. Kain salía a mirar el poblado corvían. Como los otros no muertos del mundo exterior, los corvían lo atacaban en cuanto lo veían. También estaban los caballeros corvían, que según parece, cazan sin descanso a todos los que se acercan a la biblioteca. Ellos vestían armaduras oscuras, se cubrían con una capa y una máscara de metal. Como arma utilizaban dos garras de metal o una garra y un estoque. Eran muy agiles, saltaban, atacaban, lanzaban cuchillos y apuñalaban a sus contrincantes hasta matarlos. Kain los encontró buenos guerreros. A los diez que se encontró en sus viajes, los mato con espada, como se merecía un gran adversario. Después incineraba los cuerpos y seguía revisando.
-o-
Hoy era el séptimo día de residencia en la biblioteca. Nevaba al igual que siempre. Kain salió a dar una vuelta, entonces reviso las casas donde antes, hace muchos años, vivían los corvían. Kain entro a varias casas, ahí habían corvían muertos, otros vivos y enloquecidos. Sin embargo, por ningún lado había respuestas a sus preguntas. No había nadie que le dijera porque este mundo estaba en este estado. Sin embargo cuando expreso su molestia la respuesta vino del lugar menos esperado.
Kain miro una casa, le faltaban las puertas y ventanas. Sus pisadas crujían con la nieve en el centro de la casa. Camino por un pasillo y reviso una de las habitaciones. Los hongos como protuberancias estaban por todo el piso, cubrían una parte de las murallas y al parecer, emergían desde un cadáver corvian. Después de revisar las otras habitaciones, volvió a la recepción. Tomo una silla y trato de sentarse. Sin embargo al momento de intentarlo, la silla cedió, él se cayó y se generó una pequeña polvareda. En medio de eso se escuchó un graznido. Kain se levantó en un estado alerta, pero no pasó nada. No llegaron corvían ni mucho menos guerreros. Entonces soltó un suspiro, pateo lo que quedo de la silla y camino hasta la cocina. Ahí había un corvían, estaba sentado en una silla, cerca de la cocina. Su cuerpo estaba inerte, era como un cadáver que solo estaba esperando desaparecer. Kain lo quedo mirando, le paso las manos cerca del rostro, pero el corvían nunca respondió.
Kain soltó un suspiro. Algo desganado se apoyó en la pared y pregunto -¿Qué acaso no hay nadie que guarde algo de humanidad?¿nadie que sepa porque esta todo tan mal?-. Entonces negó y se quedó contemplando el suelo. Solo salió de su estado cuando el corvían que estaba delante de él, pregunto -¿Qué más allá de saber que este mundo se está pudriendo, necesitas saber?-.
Kain levanto su vista, puso un rostro serio. Miro por un instante al corvian y le pregunto -por ejemplo ¿Por qué este mundo esta así?¿porque la podredumbre y la nieve lo cubren todo?-
-El buen padre- dijo el corvían con una voz cansada -el hombre que estaba encargado de cuidar la llama, fue engañado por esa bruja. Él tomo la decisión de esconder la llama y nunca dejar que llegue la era del fuego-
-¿Dónde está esa persona?¿Que podemos hacer para cambiar este mundo?-
El corvían con una voz más apagada, le respondió -esta, en la iglesia. En la parte superior de la montaña. La última vez que vi ese lugar, cortaron los puentes, así que tienes que guiarte por los pasadizos de la montaña. Por favor, incinera este mundo, incinera la podredumbre. Es un sacrificio que aceptamos-
Kain apretó su ceño. Si él escucho bien, eso quiere decir que cuando se usurpa la llama, el mundo se convierte en un remanso de nieve y podredumbre. Por el otro lado, si el mundo seguía la estúpida dirección de los dioses y continuaba prolongando la era del fuego, se producía la maldición del no muerto. Ambos extremos son malos, al final debería haber un equilibrio entre el fuego y la oscuridad. Kain tomo esto en consideración, lo pensó un poco más y pensando en el resultado de su apuesta, pensó que dejaría disconforme a André. Kain soltó una risa y dijo -no te preocupes, quemaremos este mundo y con eso, la podredumbre se ira-
El corvían asintió y ya no dijo nada mas.
-o-
-Hola Kain- saludo Elizabeth cuando lo vio entrar al ático de la biblioteca. Ella estaba sentada junto a Pintora. Esta última estaba callada, algo tímida y no levantaba la mirada.
Kain mostró una sonrisa y le dijo -Hola Eli ¿Qué hacen?-.
Elizabeth le puso la mano en el hombro a Pintora. Ella a su vez levanto la mirada y asintió. Entonces se levantó de su silla, llevo un libro hasta Kain, lo tendió y sin levantar la mirada, le dijo en un tono bajo que era casi un susurro -K-Kain, yo, bueno, yo…no, eso no es. Elizabeth y yo estuvimos leyendo varios libros y encontramos esto. Elizabeth dijo que te gustaría-. Entonces Kain tomo el libro y Pintora se fue corriendo y abrazo a Elizabeth.
Kain sonrió y le respondió -muchas gracias-.
Elizabeth mientras abrazaba a Pintora, complemento el regalo -es un libro escrito por ese hombre, Sullyvhan. Aunque no es una magia tan escandalosa como la que usas, es una magia bastante única. Por lo menos nunca he visto este tipo de magia-
Kain asintió, camino hasta Elizabeth y Pintora. Las abrazo a ambas y los tres permanecieron así.
-o-
Por la noche, Kain subió al techo de la biblioteca. Mientras miraba a la distancia, fumaba tabaco y pensaba en lo que había dicho el corvían. Siguió pensando en el futuro mientras el tabaco se consumía en su pipa. Después soltó una bocanada de humo, mantuvo su pipa en la mano y se tumbó sobre el techo. Hoy parece que el frio había disminuido, la nieve caía más suave. Aspiro una vez más la pipa y alguien lo saco de su estado de contemplación
-¿Qué haces?- pregunto Ciri mientras se asomaba por las escaleras. Ella subió al techo y se sentó al lado de Kain. Este último también se sentó derecho y le respondió -nada en especial. Solo pensando en las cosas que tenemos que hacer. Dime ¿Cómo te sientes?-
-Bueno, no podría decir que estoy bien, pero tampoco estoy mal. La verdad es que me he sentido un poco deprimida por todo este ambiente. Es un mundo lamentable por decirlo poco. Pensé en un momento que Lothric estaba mal, pero este lugar esta cien veces peor-
-Es un mundo en donde los dioses no han tomado su responsabilidad en serio. ¿Cómo es tu mundo?-
Ciri sonrió, se ganó más cerca, hombro con hombro y le dijo -existen varias formas de magia si es lo que quieres saber. Pero están muy lejos de ser cercanas a las de este mundo. Los reyes sueñan con poder, pero nunca se atreverían a desafiar a un dragón, mucho menos existen dragones eternos-
Kain sonrió y le pregunto -¿Qué hay de tus padres?-. Ciri lo miro algo incomoda, puso una sonrisa forzada pero Kain le dijo -algún día los voy a conocer, tengo que saber algo de ellos para no cagarla-
-Ok, tu ganas. Ella es una hechicera y mi padre es un brujo-
Kain levanto las cejas, encontró la respuesta bastante desabrida, así que siguió preguntando -¿como son sus personalidades?-
Ciri soltó un suspiro, lo miro como preguntando si era necesario, pero Kain aspiro la pipa y levanto sus ceñas como esperando su respuesta. Ella asintió, se levantó, le hizo señas con sus manos. Kain abrió sus brazos y ella se acostó ocupando su pecho como respaldo, después le dijo -mi padre es un hombre sencillo, con mucha experiencia y muchos años. Su oficio se llama "brujo" y caza monstruos. Según él esa no es la esencia del oficio, pero eso es lo que yo veo. El junto a Vesemir me enseñaron todo lo que sé. Nos hemos encontrado varias veces y nos hemos separado varias veces. Él se llama Geralt y si quieres caerle bien, deberías regalarle una de tus espadas. Por otra parte, mi madre se llama Yennefer y si quieres evitar su enojo, tienes que evitar ignorarla o menospreciarla. Si quieres caerle bien, deberías regalarle uno de tus anillos. Ella lo más probable, es que te quiera raptar y llevar a la logia de hechiceras. Tu conocimiento para ella sería precioso-
Kain asintió, abrazo el esbelto cuerpo de Ciri y le dijo -¿Quién es Vesemir?-
-Algo así como mi abuelo-. Kain asintió, entonces dejo de hablar y Ciri le pregunto -dime ¿en tus vidas, haz conocido a alguien importante?-
Kain soltó una sonora carcajada. Le dio un beso y le dijo -bueno, ¿por dónde empiezo?. Artoria, empecemos por ahí…-
-o-
Al otro día todos se prepararon para partir a la iglesia. Elizabeth decidió quedarse con Pintora, ella dijo que primero fueran a ver qué camino podían tomar, lo limpiaran y después volvieran por ellas. A lo que Kain accedió después de evaluar las aptitudes de la niña. No parecía tener más de doce años y aunque era una diosa, no parecía tener ninguna habilidad de combate. Después de aceptar la sugerencia de Elizabeth. Kain y Ciri se prepararon y tomaron el camino que conducía a un bosque, detrás de la biblioteca. Este bosque ascendía bordeando el acantilado y los llevaba cerca de la montaña, en donde el corvían dijo que existían unos pasajes.
Cuando el dúo llego a la mitad del camino, se encontraron con sus viejos amigos, los seguidores de la legión. Estos estaban distribuidos de forma estratégica por toda la montaña. Kain con su visión espectral pudo contar treinta guerreros, repartidos en formaciones de tres. Por alguna razón también habían guerreros de millwood. Los que estaban apostados en la parte superior de la montaña.
Kain le informo de esto a Ciri. Ella insistió en que fueran por separado, pero Kain se negaba. Al final discutieron y ella desapareció utilizando sus poderes. Kain molesto pateo el suelo, quería gritar que tuviera cuidado, pero cayó en la cuenta de que esto solo atraería la atención. Al final, Kain utilizo su magia de ocultamiento y camino por la montaña. En vez de alertar a los guerreros, fue utilizando un hechizo llamado niebla pestilente. Según contaban los pergaminos, esta era una magia que creaba una nube de mercurio que mata lentamente a los enemigos. Kain practico un par de veces y después le agarro gusto. Era rápida, fácil de ocupar y mientras los enemigos no se movieran de su posición, morían sin emitir ningún ruido.
Cuando Kain llego a la cima de la montaña, se encontró con un caballero de millwood. Este poseía una enorme martillo de guerra y estaba resguardando una cueva. Detrás de él había otro soldado, pero este llevaba un gran arco, también tenía un hacha en su cintura y un escudo en su espalda. Kain se acercó sin emitir ningún ruido, camino hasta quedar a unos cinco metros y entre medio de los dos guerreros, creo una nube de mercurio. Los guerreros no se dieron cuenta de nada, poco a poco sus posturas se fueron debilitando. Cuando Kain pensó que se desmayarían. El guerrero que llevaba el arco, lo alzo, coloco una flecha y apunto hacía abajo. Kain dirigió su mirada por un momento y se horrorizo al ver el blanco. Él grito "CIRI TU ESPALDA". Acto seguido, ella desapareció después de abatir a uno de los seguidores de la legión y la flecha paso de largo. Kain al ver que no le paso nada, soltó un suspiro de alivio. Volvió a mirar a los caballeros de millwood y se dio cuenta de que estos cayeron al suelo sin saber que los mato.
-Eso estuvo cerca- dijo Ciri mientras aparecía detrás de Kain. Lo abrazo por la espalda y le dijo -gracias-
Kain se dio vuelta, le dio una mirada algo cansando, negó y le dijo -vamos-
-¡Oye! lo hice bien- reclamo Ciri
-Sí, ok, lo que tu digas-
-o-
-Está un poco oscuro ¿no crees?- dijo Ciri en un susurro. Por otra parte Kain la miro de soslayo, asintió y siguió caminando. Entonces Ciri le pregunto -¿estas enojado?-
-Mas o menos- respondió Kain
-No sé porque te enojas. Luche bien-
Kain siguió caminando por un corredor hecho de piedra. No se podía ver nada, pero con su visión espectral, Kain vio un centenar de criaturas unos treinta metros mas allá. Producían un sonido ridículo, como el del revoloteo de moscas. Sin embargo para que se escuchara tan fuerte, deberían ser por lo menos del tamaño de un perro. Cosa que Kain nunca ha visto. Ciri por otra parte lo seguía de cerca, ella podía ver su espalda a un metro, pero dos metros mas allá de él, todo era tinieblas.
-Kain ¿por qué no prendes una antorcha?- pregunto Ciri
Kain se detuvo de repente, Ciri choco contra su espalda, entonces él se dio la vuelta y le dijo -no podemos y es mejor que me des tu mano, en unos treinta metros nos encontraremos con enemigos-
-¿Por qué debemos tomarnos de las manos?- pregunto Ciri, no le hacía gracia ser tratada como una damisela.
-Porqué vamos a utilizar magia de ocultamiento, si no nos tomamos de las manos, nos podemos separar-
Ciri cedió y estiro su mano. Kain la tomo y con un simple ademan se volvieron invisibles en la oscuridad. Su pasos no producían ruido y solo gracias al tacto de sus manos, sabían que estaban junto al otro. Cuando llegaron a unos cinco metros de la entrada de una gran habitación. Kain le dijo a Ciri -habla solo si es necesario, no hagas ruido y si te vas a asustar tapate la boca ¿entendido?-. Aunque Kain solo sentía el cálido tacto de la mano de Ciri, escucho claro un molesto -entendido-.
Cuando llegaron a la puerta, Kain se dio cuenta de que por algún lugar entraba luz. Gracias a eso, se podía divisar una enorme habitación, de treinta por treinta metros. Después de mirar la habitación, Kain quedo asombrado. Se podían ver esos hongos rojos que parecían protuberancias por toda la habitación. También habían montañas de cadáveres, pero lo mas sorprendente y asqueroso fueron las moscas. Eran tan grandes como lobos. Todo su cuerpo estaba bañado en porquería y carcomían cadáveres. Esta era la podredumbre de este mundo. Por la superficie todo se veía cubierto por nieve, por dentro estaba todo lleno de hongos que parecían ampollas y supuraban un liquido nauseabundo.
Ciri se acercó a la puerta. Ella fácilmente podía contar un centenar de moscas. Se bañaban en la podredumbre y carcomían cadáveres. Entonces Ciri se preguntó ¿Cómo eliminarían a todas estas moscas?, ella susurro -¿qué vas a hacer?-.
Kain le susurro -mantente lo más a alejada de la puerta y no hagas ruido, voy a ocupar una magia, ¿te acuerdas de niebla pestilente?-
-Sí, el hechizo que nos dijiste qué tuviéramos cuidado-
-Bien, ahora vas a ver porque te lo decía-
Kain entonces soltó la mano de Ciri, sin embargo, ella estiro la mano y se afirmó con fuerza. Kain por otra parte le susurro -tengo que soltarte para poder hacer la magia en ciertos lugares. Ahora vuelvo-. Entonces Kain se apartó de Ciri y ella no escucho ningún sonido más, solo pudo esperar en el dintel de la entrada.
Kain avanzo hasta ganarse casi en el centro. Desplegó la nube de mercurio cerca de las moscas. Poco a poco fueron cayendo. Las que volaban por el techo se estrellaron contra el suelo. Kain aplico esta magia cinco veces con gran éxito en cada ocasión. Al cabo de media hora no quedaba ninguna mosca en pie. Kain elimino su magia de ocultamiento y volvió con Ciri. Esta última le dijo -realmente era una cosa terrible esa magia. Orbeck y yo la utilizamos en la sala de estudios pero nunca funciono-
Kain apretó el ceño, le dio un coscorrón y le dijo -estúpida, casi te matas ¿Qué acaso no te lo dije que tuvieras cuidado?-. Ciri se agarró la cabeza, estaba molesta por ser reprendida, pero esta vez no pudo decir nada a su favor. Por otro lado, se quiso golpear por no cerrar su boca.
Kain tomo una gran respiración para calmarse y le dijo -ten cuidado y no bajes la guardia. Todavía pueden haber mas de esos bichos-. Ciri asintió y Kain ocupo su magia de ocultamiento. Después entraron a la habitación. Con cada pisada que daban, crujían los restos de cadáveres y los hongos. Estos últimos explotaban con un ruido crujiente y liberaban un olor a pus. Después de rondar durante media hora por los túneles, se encontraron dos habitaciones mas con el mismo contenido. Kain aplico el mismo procedimiento en esas dos ocasiones. También encontraron una habitación que lo mas probable, era la bodega de la iglesia. Al final de esa habitación había una puerta y unas escaleras de piedra. Por lo cual intuyeron que era la salida.
Subieron las escaleras y se encontraron con una trampilla. Kain la levanto con cuidado y se dio cuenta de que afuera estaba bastante iluminado. Sin embargo era un luz falsa, como la de las velas. Él levanto la trampilla y al mirar que no había nadie, la levanto por completo y salió a una capilla. Todo el lugar poseía cuadros de una mujer. Aparte de eso, habían candelabros y en el fondo había una estatua de lo que parecía ser Belka. Sentada a su lado estaba una monja. Ella llevaba puesta una sotana gris y sobre ella llevaba un manto negro que le cubría una parte de la cara. Ella quedo mirando a Kain, no se levantó, no dijo nada. Sin embargo Kain pudo decir que estaba alerta. Mas allá de lo que una monja debería estar.