En medio de un día soleado estaban cuatro personas mirando hacía el horizonte. Ellos estaban en medio de un puente que conecta dos torres. Una que estaba medio derruida y otra que en su cima, se había convertido en su hogar. Ellos miraban hacía las montañas que se divisaban a la distancia. Todos permanecieron en silencio, sin nadie que los interrumpiera en este momento. Ellos eran Elizabeth, Layla, Yennefer y Kain. Ellos estaban disfrutando de lo que sería su último momento juntos. Yennefer tenía pensado irse en una semana. Sin embargo, su rostro y acciones le decía al grupo otra cosa. Elizabeth la molesto, le pregunto ¿Si se había apegado mucho a cierta persona?. Yennefer por otra parte solo se ruborizo, nunca le contesto, pero sus acciones hablaron por ella.
Mientras los cuatro contemplaban las vastas montañas, Yennefer dijo -voy a quedarme. Por lo menos hasta que Elizabeth cumpla su misión-
Los otros tres la quedaron mirando, no dijeron nada al respecto y después siguieron mirando a las montañas. Para Layla y Elizabeth era clara la razón. Pero nunca lo expresaron en palabras. Este era un asunto entre Yennefer y Kain. Este último sonreía al escuchar esas palabras. Tomo la mano de Yennefer y siguió mirando a la distancia.
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-Bien- dijo Kain -vamos a pasar al siguiente nivel de tu entrenamiento- él saco cinco muñecos con armaduras y los coloco en el patio derecho del santuario. Miro a Yennefer y le dijo -ahora que haz dominado el dardo, vamos a ir con el gran dardo de Farron y objetivos múltiples, pero sin catalizador-. Yennefer que estaba a unos dos metros, asintió de buena gana y Kain continuo -ahora, mira. A diferencia del dardo normal. Este dardo tiene cuatro puntos de unión. Uno en cada punta y dos en el centro. De esa manera es más potente y comprimido- Kain miro a Yennefer para ver si estaba atenta, ella a su vez asintió y Kain continuo -como ya sabes hacer el dardo normal, no creo que te cueste mucho hacer esta magia. Sin embargo la dificultad estará en no utilizar catalizador. Ahora tienes que utilizar tu propio cuerpo para emitir magia ¿de acuerdo?-
Yennefer apretó el ceño, se mordió el labio inferior y le dijo -maestro ¿no cree que se está saltando varios niveles de dificultad?-
-No, no lo creo. Esto es por tu bien, acostúmbrate. Además, te ayudara a controlar tu energía-
Yennefer algo desganada, soltó un suspiro y asintió. Trato de emitir el simple dardo para empezar. Mientras hacía eso pregunto -dime ¿Por qué la magia de este mundo es tan difícil?-
-No es que sea tan difícil- respondió Kain mientras la miraba -lo que pasa es que en este mundo la magia se hace con el alma. Este mundo es beligerante. Mucho para mi gusto. Todo es peor que en la naturaleza, donde solo se caza para subsistir. Aquí se lucha por el constante miedo a transformarse en no muerto. La gente se vuelve loca por tratar de mantener su humanidad o volverse un no muerto. Bueno, la cuestión es, que en este mundo se sabe mucho del alma. Por lo general eso no pasa, el alma se mantiene como si fuera el corazón del espíritu y en muy pocos casos se investiga. La mayoría de las veces solo se investiga para revivir a los muertos o realizar invocaciones. Pero en este mundo, han ocupado el poder del alma para dominar los elementos y otros poderes-
Yennefer asintió y con una sonrisa vio cómo pudo emitir un dardo del alma sin usar un catalizador. Ella lo trato de lanzar pero este perdió consistencia y a medio tramo exploto. Ella lo vio como un fracaso, sin embargo para Kain fue un logro. Por lo general todos los tipos de guerreros se empecinan en aferrarse a sus armas. Sin embargo, en una pelea real, las puedes perder por varios motivos. Entonces quedas expuesto y sin posibilidad de defenderte. Por eso Kain no es muy partidario de depender de tales cosas. Después él se miró la mano derecha. Emitió la segadora de almas y se prometió que la dejaría ocupar. Era su carta del triunfo en muchos casos, pero si la seguía utilizando cada vez que se encuentre presionado, teme que su fuerza no aumente. Kain desvaneció la segadora del alma y sintió la cálida palma de alguien sobre su rostro. Miro hacia adelante. Yennefer lo miraba con preocupación. Él puso una sonrisa y le dio un beso. Entonces le dijo -no te distraigas de tu entrenamiento- la tomo por las caderas y la beso hasta que ella le dijo -está bien. No te emociones. A lo noche podemos continuar-. Kain asintió y se separaron. Ella siguió entrenando mientras Kain volvía a trabajar en sus anillos.
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Por la tarde Kain fue como de costumbre a ver a André. El viejo herrero al igual que todos los días golpeaba el acero. No se cansaba y al parecer tampoco dormía. Kain lo quedo mirando durante una media hora, encendió su vista espectral. Constato sus sospechas, asintió y siguió esperando hasta que el viejo herrero termino.
-¿Qué quieres muchacho?¿ya no son suficiente esas tres muchachas para ti?- pregunto Andre en un tono jocoso.
Kain soltó una carcajada y le dijo -no eres mi tipo, viejo. Ven, acompáñame, tengo algo que preguntarte. Además, mientras estamos en eso podemos tomar una cerveza que te va a encantar-
André asintió de buena gana. Acompaño a Kain hasta las afueras del santuario. El viejo se estiro como si en años no hubiera salido al mundo exterior. Kain saco un barril, rompió la tapa y lleno dos jarras. Una se la dio a André mientras la otra se la quedo él. Se sentaron en la escalinata. Miraron hacía la distancia. Un camino lleno de lapidas se extendía delante de ellos. Los dos se tomaron su tiempo para saborear la cerveza. André mostró una sonrisa reconfortante. Miro a Kain y le palmeó la espada mientras le decía -muy bueno muchacho, muy bueno- y soltó una carcajada. Kain también se rio, le ofreció otro trago, lo cual fue bienvenido. Se tomaron una segunda jarra y después de eso, André se puso serio, le pregunto -¿De qué quieres hablar?-.
Mientras Kain sostenía su jara y la hacía girar entre sus manos le dijo -veras. Cuando fui a la Capital Profanada me encontré con un cáliz. Era una cosa de unos dos metros de alto por unos tres de ancho. Dorado, tenía unas inscripciones y dentro de esa cosa, habían cuatro poderosas almas. Estas ardían como un fuego-
-¿Qué hiciste con eso?- pregunto Andre intrigado mientras seguía mirando a la distancia. No obstante, su tono era serió, muy diferente del divertido de hace un rato.
Kain estiro su mano y saco de su anillo un enorme cáliz. André dejo la jarra en el suelo, camino hasta el cáliz y lo empezó a inspeccionar. Había melancolía en su rostro, tal vez arrepentimiento. Él soltó un suspiro y dijo -esta cosa. El no muerto elegido y la estupidez de un dios lo ocasionaron todo- miro a Kain y continuó -yo solo fui el artífice de esta cosa. Si realmente quieres respuestas, tienes que hablar con Belka. Ella te puede ayudar. Es la única diosa, que realmente era una diosa. Ella estuvo incluso antes que Gwyn, el pigmeo y los otros estúpidos que lo siguieron. Ella sabe los pecados que se cometieron-
Kain tomo una gran respiración. Miro al anciano, después miro su jarra con algo de disconformidad y siguió bebiendo. Al rato se fue André y solo quedo Kain mirando a la distancia. Siguió tomando cerveza hasta que llego Elizabeth. Ella le quito la jarra y se sirvió cerveza. Después volvió a Kain y se sentó entre medio de sus piernas. Ella bebió mientras miraba a la distancia. Kain por otra parte la abrazo por detrás. De vez en cuando ella le convidaba cerveza hasta que entre los dos se tomaron el barril. Elizabeth quedo como un trapo, no tenía consistencia y daba tumbos por todo el santuario. En un momento casi se cae por las escaleras, hasta que Kain la tomo y la llevo a la casa. Le dijo que tenía que dormir.
Elizabeth sonrió y le dijo con una voz borracha -hombre sucio. Todavía no es de noche y ya me quieres asaltar. Quieres probar este cuerpo. Bueno, no tengo quejas. Adelante- entonces ella como una alegre borracha, estiro sus brazos, cerro los ojos y puso una gran sonrisa. Kain negó con su cabeza, pero acepto su invitación.
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Kain abrazaba a Elizabeth mientras esta roncaba como una cierra. Aunque el sonido era incomodo, él no podía dejar de fascinarse con las delicadas facciones. Ella aún tenía esos labios perfectamente rosados. Le acarició el rostro y la abrazo mientras cerro los ojos. Elizabeth durmió sin preocupaciones hasta que fue despertada por Yennefer. Ella los encontró en la cama y los regaño. Esta era su habitación. Les dijo que si hacían estas cosas e iban a ocupar la habitación de otra persona, al menos la debían invitar. Elizabeth algo avergonzada se disculpó. Le dijo que a lo mejor la próxima vez la invitaba. Entonces las dos se guiñaron el ojo. Kain por otra parte bostezaba mientras las escuchaba. Elizabeth se fue y él se recostó en la cama. Yennefer lo quedo mirando. Lo destapo y le dijo -vamos Kain. Vamos a cenar. Tienes que bañarte, no sería lindo que te fueras a sentar hediondo a trago y sexo-
Kain la ignoro. Entonces Yennefer se acerco, lo quiso tirar de un brazo, pero Kain fue mas astuto, así que la tiro a la cama. La beso varias veces hasta que ella cedió. Yennefer se abrazo al cuello de Kain y le dijo -me rindo. Eres irremediable. Pero solo una ¿de acuerdo?-. Kain asintió y siguió con su baile carnal.
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Bien entrada la noche, los cuatro habitantes de la casa, cenaron en el comedor. Un aire incomodo llenaba el lugar.
Layla había encontrado a Yennefer cabalgando sobre Kain y moviendo sus caderas como si su vida dependiera de eso. Sin embargo, todavía era de día. Layla cerró la puerta un poco molesta y se fue a preparar la mesa. Después de que Kain y Yennefer terminaron lo suyo. Fueron a bañarse y se disculparon. A pesar de que solo dijeron que sería una, perdieron la cuenta. Ahora ya era de noche. No habían hecho nada para comer y más encima eran un poco ruidosos.
-Layla cálmate quieres- dijo Elizabeth -yo entiendo la situación. Además, tú eres la peor entre nosotras, o acaso se te olvida tus pequeños escándalos-
Ahora, solo se escuchaba el sonido de los cubiertos acompañados de un sentimiento de incomodad.
Kain trato de cambiar el ambiente, así que pregunto -¿Alguien sabe dónde hay un templo de Belka?-
Layla respondió -no existe tal cosa. Incluso la iglesia Azabache de Londor puede mantener un culto. Pero el culto a Belka está prohibida en todas las tierras-
Elizabeth levanto su mano y dijo -yo conozco un lugar. No es un templo, pero un altar-
Kain sonrió y le pregunto -¿adónde esta?-
-En el asentamiento de los no muertos-
-¿Dónde está eso?-
-Bueno, veras. Esta fuera del castillo de Lothric. Una vez me caía en una fosa, viaje por los pasadizos de un acueducto y encontré el altar-
Kain tenía muchas ganas de preguntarle cómo llego a ese lugar, pero lo dejo ser. Lo más probable es que en aquella época, Elizabeth era muy débil para defenderse. Apartando este hecho, Kain dijo -iré a ver ese altar-
-/Yo iré/- dijeron Elizabeth y Yennefer al unísono
-Al menos traten de ser de ayuda- dijo Layla en un tono mordaz -y no solo satisfacer sus cuerpo. Kain va a hacer algo importante. Controlen sus impulsos-
Kain soltó un suspiro y les dijo -tranquila. Será un viaje rápido. Bueno, primero tenemos que ver si la diosa nos escucha-
Entonces Layla se levantó, camino hasta Kain y se lo llevo del brazo. Elizabeth exclamo -Layla, eso es injusto-.
Layla bufo y le respondió -tu ya tuviste tu parte, ahora es mi turno- entonces desapareció junto con Kain detrás de una puerta.
Elizabeth miro a Yennefer y le pregunto -¿Qué hacemos?-
-Hay que lavar los tratos- respondió Yennefer -¿lo resolvemos a la suerte?-
-Vale-
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-Que pintoresco Lugar- dijo Kain mientras miraba el Asentamiento de los No Muertos. Era un lugar construido sobre acantilados. Por todo el lugar habían casas de madera a medio derruir. En las calles habían estacas y en sus puntas ruedas, en donde permanecían atados los no muertos. Otros no muertos era comidos por los perros de los también, no muertos lugareños. Otros eran utilizados como combustible para ciertas hogueras y unas enormes evangelistas, rezaban en esos lugares. En el suelo no crecían plantas y todo árbol que se veía seco, sin fruto ni hojas. Era como un pueblo fantasma, en donde no quedaba esperanza alguna.
Kain camino mientras limpiaba a todo no muerto que se mostraba hostil. Lo atacaron los lugareños que vestían ropas de campesino. También habían hombrecillos con capuchas que le tendían emboscadas. Las evangelistas fueron especialmente molestas. Ya que lanzaban una especie de bichos que infectaban la carne. Kain las incinero sin pensarlo dos veces. Camino por las calles. Avanzo por el sector izquierdo del poblado. Al final del poblado encontró un puente que cruzaba un acantilado. Al final del puente había una reja. Kain la quito, se metió en los acueductos y ahí encontró una enorme rata. Estaba deforme, herida e iba acompañada por otras ratas mas pequeñas. Después de limpiar la zona, Kain se encontró con otra reja. Aplico el mismo procedimiento y al entrar a las catacumbas. Se encontró con el altar.
Kain se arrodillo con disgusto y dijo -diosa Belka. Yo Kain Hill, vengo ante ti para solicitar tus palabras-. No paso nada. Kain cerró los ojos esta vez y pronuncio el mismo discurso. Tampoco paso nada. Soltó un suspiro y dijo -diosa Belka, por favor, escucha mis plegarias. Es por el bien del mundo-
La diosa hablo. Fue una voz autoritaria, casi seca y testaruda -¿Qué quiere un dios de esta diosa?-
-No soy un dios- refuto Kain algo confundido -solo soy un mortal que busca tu guía. Dime ¿Qué le paso a este mundo?-
La diosa en un tono mas suave, corrigió -no aceptarse a uno mismo, también es un pecado. Lo siento, no puedo perdonar los pecados de otro dios-
-Eso es irrelevante. Ahora, Dime, ¿Qué le paso a este mundo?-
-Los tres tontos tomaron la fuerza vital de este mundo. Tomaron lo que no era suyo y condenaron a este planeta. El quinto tonto solo tuvo suerte, mucha suerte. Pero como no tenía cerebro fue engañado por Gwyn y puesto bajo arresto. Ahora dime, ¿para qué quieres saber estas cosas?-
-Tengo cuatro almas y si mis cálculos son correctos, el alma de Gwyn debe estar en el horno. Dime, si devuelvo todas las almas a la primera llama ¿se necesitara volver a sacrificar más almas?-
Belka soltó un suspiro y respondió -puede que no se necesiten más sacrificios. El problema está en que las almas que ahora devuelves, están desgastadas. No son las almas originales. Puede que la primera llama no necesite más sacrificios, puede que necesite menos sacrificios, también puede que no sirva de nada. Este mundo está condenado. Por eso ahora no tengo templos en este lugar. Yo ya me rendí. Intente salvar este mundo, pero esos estúpidos se las arreglaron para arruinar mis planes. El no muerto elegido, así lo nombraron. Con solo esa historia y esas molestas serpientes, todo se vino abajo. Ahora no hay esperanzas-
Kain soltó un suspiro. Abrió los ojos y miro la estatua frente a él -dime ¿Dónde consigo el alma oscura?-
-No sirve de nada. El pigmeo la fragmento en miles de partes. Se las dio a sus descendientes y Gwyn se preocupó de esconderla de todo el mundo. Solo sé que ocupo a una pintora para crear un mundo. En ese lugar escondió a los pigmeos. Si aun quieres hacer algo por este mundo, puedo darte algunos indicios. En la capilla de lo profundo, hay un hombre que tiene algún vínculo con la pintura. Se precavido, puede que el hombre no se tome a bien tu existencia-
-Gracias-
Belka soltó una risita -no todos los días otro dios te agradece-
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-¿Cómo te fue?- pregunto Elizabeth cuando vio a Kain entrar a la casa. Ella estaba sentada en la mesa, conversando con Yennefer. Las dos se reían de buena gana.
Kain les dio una sonrisa forzada y dijo -más o menos. Solo obtuve algunos indicios, pero al final todo es una apuesta en blanco. No hay nada seguro-
Elizabeth se paró, camino hasta Kain y lo abrazo. Ella le dijo -no te preocupes, no es tu culpa. Yo sé que estas tratando de hacer lo mejor posible-
Kain asintió algo cansado. La abrazo y le dio un beso. Un tos se escuchó y cuando Kain levanto su cara vio a Yennefer a su lado. Ella sonrió, se coló entre Elizabeth y él y le dio un beso. Después se fueron a sentar, comieron, bebieron e hicieron el amor. Después durmieron por el resto de la tarde. Ya bien tarde vino Layla a despertarlos. Todos se levantaron, se bañaron y fueron a comer. Kain compartió una amena conversación con las tres y les dijo -mañana vamos por el alma y la ceniza del príncipe-
Elizabeth asintió con seriedad y dijo -ok-
-Tu misión tendrá que esperar. Buscaremos la forma de recuperar varios fragmentos del alma oscura y así, junto con las otras almas, devolverlas a la primera llama. A lo mejor con eso puede ser que no se necesiten más sacrificios-
Elizabeth asintió con una sonrisa, el miedo era visible en sus ojos. Sin embargo, ella acepto esto. Ella ya se había hecho la idea de entrar al horno una vez más.
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Dos días después, Kain, Yennefer y Elizabeth estaban frente a la recepción del castillo de Lothric. Habían acabado con los cuatro caballeros que custodiaban la entrada y ahora se disponían a entrar. Adentro todo estaba oscuro salvo por la tenue luz que dejaba entrar el vitral de la recepción. Las escaleras de madera aún permanecían intactas. Sin embargo la anciana que estaba sentada en una silla, ahora estaba en el suelo. Los tres se acercaron a ella y Elizabeth la quiso ayudar. La anciana le dio una sonrisa y le dijo -ser de la ceniza, por favor, convence al príncipe de que enlace la llama- entonces la anciana se volvió partículas de luz y desapareció.
Después de eso, las puertas de la recepción se cerraron. En el techo de la catedral algo se movía, cayo con un súbito estruendo y una enorme, pero delgada armadura apareció. Yennefer miro a sus acompañantes y les dijo -déjenme esto a mi- entonces, ella en una sutil, pero refinado movimiento, desenvaino su espada. Con dos dedos imbuyo en magia y se lanzó a luchar. Kain y Yennefer miraron como la campeona de la ceniza vencía a su adversario. Ella esquivaba, golpeaba, utilizaba magia y después volvía a esquivar. Parecía imparable, parecía una heroína, parecía invencible. Nada la detenía, incluso cuando su adversario saco otra espada y comenzó a danzar en un frenesí de fuego y oscuridad.
Elizabeth utilizo los pilares para crear distancia entre ella y su enemigo. Por su puesto el enemigo la buscaba, la perseguía pero cuando la logro encontrar, Elizabeth la recibió con una gran flecha del alma. Le dio al enemigo en toda la cara y lo dejo aturdido. Entonces Elizabeth aprovecho de meterse entre los brazos de la armadura y golpear la carne entre medio de las aberturas. La criatura dio un gran grito al cielo y cayo de costado sin poder moverse. Un alma cayó al suelo y después de cerciorarse de que no había peligro, Elizabeth se recostó en el suelo.
Kain camino hasta ella, emitió una luz dorada y le dijo -bien hecho-
Con una fuerte respiración, Elizabeth logro articular un -gracias- sin embargo no se pudo levantar. Ella se sentía agotada.
Después de que Elizabeth se recompuso. Ella, Kain y Yennefer se fueron a ver al príncipe Lothric. En el camino se encontraron con varios enemigos, sin embargo Elizabeth dijo que se encargaría de ellos, dijo que este era su desafío. No obstante, a mitad de camino encontraron una hoguera y volvieron al santuario. Elizabeth dijo que estaba muerta de cansancio. Kain se largó a reír pero asintió. Entonces la campeona de la ceniza descanso por el resto del día.
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Al otro día, después de una buena comida, volvieron al castillo. Kain le dijo a Elizabeth que ya no podían retrasar mas su viaje. Entonces ella le dijo que no tenía problemas, que estaba super fuerte ahora y que podía subir corriendo el castillo. Kain puso una sonrisa, negó con su cabeza y siguió su camino.
Cuando llegaron al primer puente, donde estaba una armadura. Kain noto el extraño movimiento en los cielos. Las criaturas ramificadas se movían y se acercaban al puente. Una de ellas se poso sobre la armadura y esta a su vez se empezó a mover. Lo primero que hizo fue atacar a Elizabeth. Ella a su vez les grito que la dejaran sola, que ella se encargaría de todo.
Kain y Yennefer miraron desde un extremo del puente. Elizabeth era rápida, más rápida que la armadura. Sin embargo si en algún momento la armadura la hubiera alcanzado habría quedado herida de gravedad. La armadura usaba un enorme escudo y una enorme hacha. Los blandía con soltura y por su forma de golpear, se veía que utilizaba el rayo como complemento. Yennefer en dos ocasiones grito, en otra le pidió a Kain que interviniera. Pero este último no se movió y siguió mirando como Elizabeth brillaba. Se desenvolvía en el campo de batalla como si flotara en el aire. Ella sin duda alguna estaba brillando, era el brillo de un estrella antes de apagarse. Era el momento fugas en donde más ardía, antes del trágico final.
Elizabeth logro vencer a la armadura. Kain la curo y después de eso, ella le pidió que descansaran. Kain le dijo que no podían descansar. Entonces ella se quejo y le dijo que ahora él tendría que luchar. Que ella estaba exhausta y que llegando a la casa tendría que darle muchos masajes. Kain sonrió y acepto, a lo que Elizabeth respondió con un rostro complacido. Después de eso siguieron el camino regular por la biblioteca. No hubo mas guerreros, lo que dentro de todo molesto un poco a Elizabeth. Ella dijo que si lo hubiera sabido antes, le habría pedido a Kain que luchara primero. Este ultimo se rio a carcajadas mientras seguía caminando. Por otro lado, las muchachas un poco curiosas querían leer los libros. Era prácticamente una torre de seis pisos llena de libros. Todo el lugar estaba lleno de ellos. Sin embargo Kain les dijo que ahora no podían, que primero fueran a ver al príncipe. Que después habría tiempo para satisfacer su curiosidad.
Casi llegando a la última zona que anteced��a al salón del trono. Kain se encontró con algo triste. Orbeck leía un manuscrito, sin embargo sus brazos y piernas se habían vuelto de cristal. Elizabeth y Yennefer al verlo se pusieron a llorar. Kain tomo el libro que tenía entre las manos. Después reviso a Orbeck y se dio cuenta que no estaba vivo. Lo miro con cuidado y encontró un pequeño libro en el bolsillo de su chaqueta. Posterior a eso guardo el cuerpo en su anillo. Ni Kain, ni Yennefer ni mucho menos Elizabeth se refirió al tema. Era como si un gran peso hubiera caído sobre sus cabezas y los obligara a caminar agachados. Fue un momento triste sin lugar a dudas. Lo terrible es que cuando murió Orbeck nadie lo vio, nadie lo pudo socorrer. Murió en silencio y solo.
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-Nos volvemos a ver- dijo el príncipe Lothric. Su tono sonaba suelto, simple y sin presión. Estaba acompañado de su hermano, él estaba atrás de él. Sin embargo, Lothric no apartaba su visión de Elizabeth. Él continuo -veo que ahora traes al campeón de las cenizas ¿vienes para llevarme al trono?-
Elizabeth le quiso decir algo, pero Kain se adelantó y le dijo -sí y no. Quiero que vayas al trono, pero esta vez para que sea la última-
-Oooh, interesante. Explícate-
-Converse con una de las diosas. Ella me dijo que habían posibilidades de reparar la primera llama. Yo tengo en estos momentos cuatro fragmentos de almas. Las que le pertenecieron a los grandes señores. Si eso lo acompaño con las almas de los señores de la ceniza y el alma oscura, puede que todo se solucione. Puede que este mundo ya no esté al borde de la ruina ¿Qué me dices?¿vendrás?-
-Eso te lo dijo Belka. No te preocupes, también lo sé. Sin embargo, es una apuesta en blanco- el príncipe Lothric toco a su hermano con la mano izquierda y después continuo -no iremos. Sí quieres llevarnos será por la fuerza-
-¿Por qué insistes en esto?- grito Kain molesto -¿Cuál es la razón para negarse?-
-Somos un señor de la ceniza. Hemos visto miles de veces este escenario. Esta lucha, y ya no creemos en los dioses-
Kain iba a insistir, pero Elizabeth le coloco la mano en el hombro para detenerlo. Ella dijo -déjalo Kain. Si él quiere que las cosas sean a la mala, entonces será a la mala-. Kain tomo una gran respiración, asintió y fue a ver a Yennefer. Él la tomo y se gano en un lugar seguro.
El hermano del príncipe dio gruñido, utilizo una magia y apareció en la parte baja de trono. A unos cinco metros de Elizabeth. Ella saco su espada, la imbuyo en magia y se colocó en posición de combate. Por alguna razón el príncipe Lorían no podía caminar. Sin embargo, aunque estaba de rodillas y se apoyaba en una mano, aun así era tan grande como Elizabeth. Lorían soltó un gruñido y moviéndose sobre sus rodillas avanzo a gran velocidad y le trato de propinar un contundente golpe. Pero ella a su vez esquivo el ataque, después el segundo y hasta un tercero. El príncipe quedo en una mala posición. Entonces Elizabeth aprovecho de apuñalarlo tres veces. El pr��ncipe al sentir el dolor, se dio vuelta con un súbito giro y trato de asestarle un espadazo. Elizabeth a su vez esquivo, pero la espada al parecer estaba imbuida en fuego. Solo el roce dejo marcas de quemaduras en la armadura. Elizabeth se propuso tener más cuidado, tomando distancia emitió grandes flechas del alma pesadas. Cuando el príncipe se acercaba lo golpeo en reiteradas ocasiones hasta que cayó. Después de eso el príncipe Lothric, utilizando alguna magia se movió hasta su hermano. Rezo y ejecutando alguna especie de milagro, lo revivió. El príncipe Lothric se subió a la espada de Lorían. Elizabeth vio todo esto y sintió que era injusto, ahora tenía que luchar con dos a la vez. El príncipe Lothric emitió varias masas del alma imbuidas en sagrado y las lanzo contra Elizabeth. Ella se resguardo detrás de un pilar, pero el príncipe Lorían apareció frente a ella. La trato de atacar, pero ella esquivo, evito los golpes y ataco de forma simultánea con su espada y magia.
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Kain vio como el príncipe realizaba su ultima exhalación. Lothric decía que todos estaban malditos, que no había solución y que lo que Kain intentaba hacer era solo un delirio. Que era la ilusión de un tonto.
Kain quedo pensando en todas estas cosas. Sin embargo miro a Elizabeth. Estaba cansada, su rostro demostraba estar al borde del agotamiento. Sin embargo, la encontró más brillante y hermosa que nunca. Se dijo así mismo ¿si ella quiere llegar tan lejos, porque no me atrevería?. Sacando las dudas de su mente, siguió contemplando a Elizabeth. Ella parecía relucir con la luz que pasaba atreves de las ventanas. Un súbito toque lo saco de sus pensamientos y escucho -ella está cansada ¿Por qué no la ayudas con tu magia?-. Kain asintió, se dio la vuelta y vio que Yennefer tenía un rostro apagado. Entonces él sonrió, la tomo, le planto un beso y le dijo -te amo-. Ella lo miro sin saber que decir. Entonces Kain la dejo y fue a ver a Elizabeth. Después Yennefer lo siguió con una sonrisa más suave.
-Esa fue una buena pelea- dijo Kain mientras emitía una luz dorada que sanaba a Elizabeth. Esta última se dejó estar en el piso y dijo -necesito comer, necesito mi cama. Llévame por favor-
Kain soltó una risita y le dijo -primero vamos a ver que tiene el príncipe en sus aposentos-
Entonces Elizabeth abrió los ojos como platos y dijo -vamos-
Por otro lado, según ella, ya no tenía fuerzas para caminar. Así que a Kain le toco llevarla.
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-Aaah, una cama- grito Elizabeth que se apresuró a recostarse. Sin embargo fue detenida
Kain frunció el ceño y le dijo -¿Cuántas veces te he dicho que no te apresures?-
Elizabeth mostró una simpática sonrisa y respondió -muchas-.
Kain lo único que pudo hacer fue soltar una exhalación. Utilizo su vista espectral y reviso el lugar. Pensó que en estas cosas se ve la calidad de gente. Aunque el príncipe y Sulyvahn estudiaban la magia. El príncipe no tenía ningún objeto maldito al contrario de Sulyvahn.
Kain asintió y dijo -no hay cosas peligrosas. Sin embargo tengan cuidado ¿bien?-. Yennefer con curiosidad y Elizabeth con sueño asintieron. Kain le paso una sabana a Elizabeth y le dijo que la colocara sobre la cama. Él le dijo que lo mas probable es que sea un lugar que no se a ocupado ni limpiado en años. Elizabeth feliz, asintió y se fue a acostar.
Kain y Yennefer prosiguieron con su investigación. Ella reviso las estanterías, mientras que Kain reviso los baúles. Ahí encontró muchos químicos, en su mayoría eran plantas que servían para sanar todo tipo de enfermedades. Después reviso los diarios del príncipe. Como él había dicho, ya sabía todo lo que sabía Kain. Sin embargo, jamás se atrevió a hacer nada. Kain no sabía que detuvo al príncipe de intentar mejorar este mundo, pero no le dio importancia. Los que no hacen nada aun sabiendo, son igual de inútiles que los que no saben nada. Entonces, después se dedicó a revisar las magias que tenía el príncipe. Ahora que Kain revisaba este material, se dio cuenta de cuan generoso fue el príncipe en primera instancia. Todo lo que le había dado en el pergamino era lo mejor de lo mejor. Se pregunto porque el príncipe desde el principio lo favoreció tanto. Al final soltó un suspiro y lo dejo. Ahora el príncipe estaba muerto, por lo tanto no valía la pena pensar en cosas sin respuesta.
De repente un ronquido que sonaba como un serrucho lo desconcentro. Era Elizabeth. Dormía con los brazos extendido. Kain se acercó, la miro más de cerca y se dijo así mismo, que esta mujer sería sin duda la más hermosa si solo durmiera de una manera más refinada. Después soltó una risita y fue a ver a Yennefer. Ella estaba leyendo varios libros. Muchos de ellos tenían teorías sobre el tiempo y el espacio. Kain la acompaño hasta cuándo llego la tarde. Entonces le dijo que se fueran a casa. Allá podía seguir leyendo con calma. Yennefer acepto y se llevó treinta libros. Kain los metió en su anillo, tomaron a Elizabeth y volvieron al santuario.