webnovel

121

Lisa

Estaba en mi oficina y Akira entró.

-Vamos a otra parte- me dijo.

-Tengo trabajo pendiente por hacer, será otro día- cerró la puerta y le puso seguro.

-¿Qué estás haciendo?- se acercó a mí y jaló la silla-. Ya no comiences con tus cosas.

-¡Cállate! Habíamos quedado en algo, pero al aparecer lo olvidaste.

-Sí, lo olvidé.

-Pues yo no- puso su mano en mi cuello y me obligó a mirarlo -. Tal parece que esos labios necesitan de los míos- lamió mis labios y me besó, esta vez fue él quien dejó escapar un quejido tierno. Hace mucho no lo escuchaba quejarse así y menos por un simple beso-. ¿Aún no me vas a escuchar?

-No tengo que escuchar nada, ya escuché suficiente, ¿Cómo puedes ser tan cruel?

-¿Cruel? ¿Acaso has olvidado todo lo que hemos pasado por esa gentuza? Te advertí que no te encariñaras de ese bebé y lo hiciste.

-Ese bebé no tiene la culpa.

-Tú tampoco la has tenido y siempre te utilizan para lastimarte. Esa vez que me drogaron, fueron ellos. Te violé y casi te mato, lisa. ¿No tengo suficiente razón para acabar con ellos? Mientras ellos sigan vivos esto se va a seguir y no podremos ser felices. Este negocio es así, preciosa. Si no mato a ese mocoso ahora, luego cuando crezca será un dolor en el trasero y no voy a seguir en este ciclo toda la vida. Guardo la esperanza de acabar con todo esto de una vez y dedicarme a ustedes como te prometí. Quiero que me des una oportunidad, pero cuando yo acabe con todo. Quiero que vuelvas conmigo y vivamos todos juntos otra vez.

-Eso no va a pasar, esta familia esta destruída ya y no vuelta atrás- solamente pensar en lo de Kaori y Lin, ya sé que las desgracias en esta familia van a seguir y siento miedo, mucho miedo.

-Mientras me sigas amando como lo haces, no me daré por vencido. Yo quiero cambiar, y sé que lo he dicho muchas veces, sé que ya no me crees una palabra, pero te juro que lo haré. Yo no veo una vida lejos de ti, eres la mujer que quiero. Contigo tengo mis dos hijos, contigo decidí pasar el resto de mi vida y sé que no merezco una oportunidad, pero la quiero. Mi futuro es incierto, y tengo miedo de morir sin tenerlos a mi lado. Quiero despejar todo problema que tengo, para que si falto algún día, no tengan que seguir huyendo por mi culpa. Entiéndeme, lisa.

-¿Por qué tienes que hacer esa expresión? - desvié la mirada-. ¿Por qué tiene que doler tanto amarte, Akira? ¿Por qué haces todo más difícil?

-No puedo simplemente dejarte o olvidarte, lisa. Te sigo amando como el primer día que te tuve en mis brazos. No quiero a otra mujer que no seas tú. Quiero que te quedes conmigo, aunque no lo merezca.

-Ya lo hiciste, ya me dejaste por mucho tiempo y a nuestros hijos también.

-Me sentía culpable, ¡maldita sea! No creas que no dolía, los echaba mucho de menos. Quería estar con ustedes, pero no tenía cara para enfrentarte luego de lo que te había hecho. Quise alejarme para olvidarme de ti, pero entre más tiempo pasaba, más miserable me sentía. El plan fue lo que me ayudó aliviar en algo la carga que sentía. Yo no quería hacerte daño y recordar lo que te hice, me hace sentir peor. Quería grabar en mi maldita cabeza que no te merecía, que no debía buscarte, pero moría de ganas por regresar; por mandar todo a la mierda y venir contigo. Tú y mis hijos son lo más que amo en el mundo, son lo único que tengo y no quiero perderlos nunca. Sé que soy un imbécil, un infeliz, lo peor que existe, pero yo los amo. -se puso de rodillas y recostó su cabeza en mi pierna-. Perdóname por equivocarme tanto y siempre hacerles daño. Quisiera poder ser otra persona que los merezca, pero este miserable monstruo soy - escucharlo llorar me partió el corazón como nunca antes. El nudo en mi garganta se agudizó al verlo en ese estado. Sentía una profunda tristeza y un dolor en el pecho. Me dolía el doble, porque apesar de todo, lo sigo amando y más que a mí misma; porque apesar de todo, me sigue doliendo verlo llorar. Acaricié y entrelacé mis dedos en su suave pelo.

-A pesar de todo lo que haces, lo que dices o lo que eres, yo te sigo amando, Akira-alzó la cabeza y me miró con su rostro lleno en lágrimas, se veía muy vulnerable; a pesar de siempre lucir como un hombre fuerte, en realidad también tiene sus momentos en que se derrumba por completo. Acaricié sus mejillas y sequé sus lágrimas. Antes él hubiera dado todo porque no lo vieran así, pero las cosas cambiaron con el pasar de los años. Se ha vuelto algo sentimental, quizás queda esperanza de que cambie y sea el hombre amoroso y cariñoso del que me casé. No quiero perder la esperanza de recuperarlo; al final de cuentas, mi amor por él se ha fortalecido cada día que pasa.

Bab berikutnya