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—Este será tu regalo de cumpleaños, Lin— le entregué el arma que tanto le había prometido—. ¿Te gusta?

—Es perfecta, papá. Pensé que sería más pesada.

—La mandé hacer exclusivamente para ti, tiene tu nombre escrito. Deberás cuidarla bien.

—¿Puedo estrenarla?

—Eso no se pregunta, para eso estamos aquí. Recuerda que no es un juguete. ¿Cuándo la vas a utilizar?

—Para defender a cualquier miembro de mi familia o si mi vida corre peligro.

—Cuando cumplas tus quince años te mostraré el negocio más de cerca, ahora lo primero es lo primero. Quiero que aprendas a manejarla, ya cuando eso suceda, quiero que entres de lleno a tomar el lugar que te corresponde, ¿Te parece?

—¿Vas a cumplirme lo que prometiste?

—Si, entre más rápido aprendas a manejar el arma mejor.

—¿Por qué no le has dicho nada a mamá?

—No es el momento, Lin. Necesito que te concentres para que puedas ponerte al nivel del puesto que voy a darte. Cuando eso suceda, cumpliré todos tus deseos, lo prometí.

—Para eso vine, papá.

—Empecemos.

Lisa

Akira y Lin no han regresado. Quedó en venir temprano, pero ya han pasado más de 5 horas y ni siquiera una llamada. ¿Qué pueden estar haciendo?

Akira

—Me saliste bueno, nada comparado a tu madre, creo que tendrás que darle unas clases a ella.

—¿Harás lo mismo con Kaori?

—Nos va a tener a nosotros, no habrá necesidad de eso. Espero guardes bien el secreto, Lin. Sabes que tu madre nos va a interrogar ahora cuando lleguemos, debe estar preocupada. Vamos a venir más seguido. Me quedaré con el arma hasta que logres manejarla, luego tendrás que guardarla muy bien para que nuestra querida mamita no la vea.

—¿Y qué haremos con la Sra. Karlett?

—No te desesperes, hijo. Ahora solo vamos a la casa. Haremos un plan mañana, ¿Está bien?

—Sí, papá.

Lisa

Me quedé esperándolos, no podía dormir de igual forma. Siento esa preocupación por dentro. Han estado actuando extraño los dos. Solo espero que Akira no esté haciendo nada indebido y me lo esté ocultando. Los vi regresar, ambos entraron como si nada estuviera sucediendo.

—¿Qué hora es esta para llegar, Akira? Mañana el niño tiene escuela y dijiste que no estarías hasta tan tarde — ninguno respondió. Ambos miraron para todos lados. Sus expresiones era como la de un niño cuando lo regañan por hacer algo malo. Reí internamente.

—Mira lo que me compro, papá — Lin se acercó a mi, mostrándome un libro.

—Que bueno, mi amor. Espero lo disfrutes. ¿Por qué no subes y te das un baño? Mañana tienes escuela.

—Sí, mamá, te amo—me abrazó y subió las escaleras.

—Tenemos un asunto que resolver, querido— Akira sonrió y subimos a la habitación.

—¿Qué tienes entre manos, Akira? A mí no me engañas.

—¿De qué hablas, corderito? ¿Está mal pasar un tiempo con nuestro hijo a solas?

—No, lo que está mal es el extraño comportamiento que han estado teniendo. Solo espero no estés haciendo algo indebido o me voy a molestar mucho.

—Oh, ya quiero verte molesta, ¿Cómo vas a desquitarte, princesa?— sonrió maliciosamente.

—No estoy jugando.

—Mañana empiezas a trabajar en el café y no has dormido nada, preciosa. ¿No crees que deberías dejar de preocuparte por nada? Solo salimos a pasar un rato juntos y divertirnos. Un día que se rompan las reglas no es nada.

—Lleva pasando esto hace una semana. Salidas extrañas, comportamiento extraño y secretos. Ya te lo advertí, si estás haciendo algo que no debes, procura que no me entere, porque no respondo de mi. Te amo, querido. Dulces sueños — lo besé en la mejilla y me fui acostar a la cama.

Al rato escuché que se metió al baño. La realidad del asunto es que no me molesta que pase tiempo con Lin, pero me preocupa el hecho de que aún después de tantos años, Akira tenga un comportamiento extraño, y claro, incluyendo los celos. Desde que aceptó a Lin para ser parte de nuestra familia, considero que fue muy ligero el cambio que tuvo con él. Akira es muy misterioso, pero siempre que hace algo, es por un razón que mayormente es por beneficio propio y ahí es donde entra mi preocupación. Procuré quedar dormida antes de que saliera del baño.

A la mañana siguiente ya se había ido al trabajo y dejó una nota encima de la mesa deseándome un buen día en el trabajo. Ya se ha vuelto algo normal que deje notas antes de irse, no puedo negar que me gusta. Me puse el uniforme y me fui al trabajo. Era mi primer día y no es la gran cosa, solo será un trabajo temporal, necesitaba algo en que ocupar mi mente cuando los niños y Akira no estén. Siempre estoy sola en la casa y necesitaba respirar. Para que Akira aceptara fue bastante complicado, pero terminó cediendo.

Conocí a mis compañeros y jefe. Me mostraron rápidamente como hacer las cosas. No es para nada complicado como creí. Me sentí muy cómoda en el ambiente que estaba. Todos eran muy amables y serviciales.

El día pasó muy rápido y sin darme cuenta ya era hora de salida. Quise mantener mi distancia de todos, no quiero hacer amigos o amigas, solo quiero trabajar, ya con las malas experiencias es mejor no encariñarse de nadie. Me despedí de lejos de mis compañeros y fui a donde él jefe, quien me dio el  horario. Antes de salir vi el auto de Akira estacionado frente al local. Creí que enviaría al chófer. Se bajó del auto para ayudarme a subir.

—No pensé que me buscarías tu, Akira.

—Buscaremos a los niños y quiero que estemos a solas. Hace tiempo no salimos los dos. ¿Cómo te fue en el trabajo?

—Bien.

—¿No estás feliz de verme?

—Si, solo que no lo esperaba— Akira puso su mano en mi cuello y me obligó a mirarlo—. Estas caliente, querido.

—Siempre que te veo me pongo así, tal parece que eres tú quien no se pone de la misma manera.

—¿Qué dices?

—Llevamos varias semanas sin hacer nada, ¿Crees que no deseo estar con mi esposa? Me has tenido de esta forma, ¿Cómo se supone que sigamos practicando? — claro, todo se basa en eso. Antes cuando el sexo no era parte de un "tratamiento" ni habían "reglas a seguir", era mucho mejor. Ahora que se a convertido en eso y en una monotonía, es estresante. Dice que no le afecta lo del bebé, pero todo el tiempo que vamos a tener sexo lo menciona. Así no vamos a llegar a ninguna parte. Me gustaría que si quiere tener sexo conmigo, que al menos sea porque lo desea. Desde que se convirtió en un objetivo el embarazarme, no me agrada. Se me quitan las ganas, me hace sentir frustrada.

—Me siento cansada, Akira. ¿Por qué no lo dejamos para otro día?

—Esta bien — accedió rápidamente. Es obvio que esta molesto. ¿Por qué me tiene que doler rechazarlo de esta forma? Me gustaba más el Akira de antes. Quizás el problema soy yo porque no soy lo suficiente para él.

Buscamos a los niños y llegamos a la casa. Akira se bajó a despedirse como si nada hubiera pasado.

—Regresaremos pronto, corderito — me besó y se fue con Lin sin decir una sola palabra más.

Akira

—Bien, Lin. Ya tengo el plan listo para esta noche.

—Perfecto.

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