Desperté a la mañana siguiente con el timbre del teléfono. Mi cabeza dolía y me sentía algo mareada. Akira ya estaba despierto y vestido, como si fuera para alguna parte. Estaba sentado en el borde de la cama.
—No planeas irte sin mí, ¿Verdad?
—Buenos días, corderito— evadió la pregunta.
—¿Me puedes explicar por qué me drogaste?
—Un buenos días no creo que cueste nada, ¿O sí?
—Buenos días, mi amor— fingí una sonrisa —. ¿Ahora podrás responder mi pregunta?— Akira rio descaradamente
—Te has vuelto obediente, preciosa.
—¿Y por eso te burlas?— se quedó en silencio y sonrió. El teléfono volvió a sonar, ya había mucha insistencia.
La cara de Akira mostró como si algo estuviera pasando y estaba tratando de ocultarlo. Apagó el timbre del teléfono y se levantó.
—¿Vas a ir conmigo, princesa?
—Eso no se pregunta— me levanté de carrera al baño e hice todo lo que tenía que hacer. Escuché la voz de Akira en la habitación. ¿Será del trabajo?
Akira
Llamada telefónica
—No has venido al Hotel, ¿Sucede algo?— preguntó Amaya.
—Hoy pasaré por allá.
—¿Podemos salir a cenar esta tarde?
—Si, como gustes.
—Tengo mucho que hablar contigo, Akihiro.
—Si supieras que yo también, preciosa— colgué la llamada.
Lisa
¿Eh? ¿Será con Amaya que habla?
—Puedes salir, no tienes de qué preocuparte no voy a comerte por espiar conversaciones ajenas, corderito— dijo Akira. ¿Cómo supo que estaba ahí?
Salí del baño a la habitación en toalla para vestirme.
—No sabía que a Amaya también le decías preciosa.
—Oh, ¿Estás celosa? — arqueó una ceja.
—Dijiste que ibas a cortar con ella.
—Eso planeo hacer hoy. Cortar por completo con ella y su manager.
—Tienes cara de tener algo planeado.
—¿Cómo crees?— sonrió.
—¿Puedo saber?— Akira se levantó de la cama y se acercó.
—Como ves que esa dos preciosuras me deben algunas explicaciones.
—¿Crees que tengan que ver con tu hermano?
—Sí, estoy seguro.
—Ahora que recuerdo vi a tu hermano hablando con la manager de Amaya en el Hotel.
—Debían estar en comunicación, ya que mi hermano llegó al Hotel días después que ella llegó.
—¿Era ella quien te ha estado llamando toda la mañana con tanta insistencia?
—Si, su voz sonaba desesperada. Supongo que debe saber que ya para este tiempo su hermanito está muerto.
—Baja la voz. Lin está en la casa. — Akira se acercó a mi oído.
—Me saliste una chica mala— besó mi hombro.
—Fue en defensa propia.
—A todas las personas que he matado a sido en defensa propia también y eso me convierte en un asesino, preciosa.
—¿Me estás diciendo asesina?
—Si, por defensa propia— se escuchó el sarcasmo detrás de lo que dijo—. Eso no le cambia el hecho de que lo mataste, linda. No te sientas mal, prefiero esta lisa que está dispuesta a todo — no pude aguantar la risa, a lo que Akira me miró sorprendido.
—Antes evitabas que me ensuciara las manos y ahora me sales con esto. ¿Sabes lo contradictorio y enfermo que suena, mi amor?
—Podemos decir que no me gusta que te las ensucies cuándo puedo hacer algo por ti, pero las circunstancias han sido diferentes.
—A mí no me gusta que te las ensucies tampoco, pero tu forma de excitarte por eso es enfermizo, querido.
—Cuando se tiene el poder de tener a la persona que más odias en frente y poder hacer lo que quieras con ella es excitante.
—No te quiero imaginar teniéndote de enemigo. No quiero imaginar lo que hubieras hecho conmigo si no estuvieras enamorado de mi— Akira sonrió
—Aún enamorado de ti como lo estoy y a veces siento ganas de hacerte cosas que solo se le podría hacer a alguien que odies, ¿A eso le llamarías ser enfermo?— en otras circunstancias me hubiera molestado o quizás reprochado, pero no sentía ganas de hacerlo. Quizás me he vuelto igual de enferma que él.
—Absolutamente.
—Te odié por mucho tiempo, supongo que aún quedan secuelas, preciosa.
—¿Estas diciendo que me odias todavía, Akira?
—Estoy diciendo que te odio, pero a la misma vez te amo.
—No se puede estar entre el amor y el odio, o me amas o me odias— Akira agarró mi cuello sin ejercer fuerza y obligándome a mirarlo.
—Te odio, pero a la misma vez te amo. Digamos que estoy entre ellos. Quiero cuidarte y que nada malo te pase o te lastime, pero a la misma vez quiero ser yo el único que lo haga.
—No entiendo nada, Akira.
—A veces quiero matarte, pero cuando me pongo a pensar en lo que pasaría si lo hago, simplemente no puedo.
—¿Hay alguna razón para sentirte así?
—Tienes un poder en mi que en muchas ocasiones me molesta. No me acostumbro a que me quieran manejar y tú eres esa maldita debilidad que puede hacerlo— puse mi mano en su cuello.
—¿Y qué hay con eso? No puedes tener control de todo, Akira. ¿Crees que no lucho con esas ganas de matarte también?— sonreí inocentemente.
—Entonces cásate conmigo otra vez.
—¿Y si digo que no? — sonreí.
—Te obligaré hacerlo.
—No es algo que debas decidir tu, cariño.
—¿Y quién lo dice?
—Tu debilidad— dije con sarcasmo y solté su cuello—. Si quieres que acepte, sé un buen hombre y acaba con ese orgullo pendejo que te cargas— empujé su mano a un lado y lo besé en la mejilla, para seguir vistiéndome.
—Eres una niña mala, pero aceptaré tu reto— sonrió maliciosamente, antes de salir de la habitación. Sentía mi corazón acelerado. No sé cómo de un tema llegamos a otro, pero me emocionó de alguna manera.
Al terminar bajé a la sala donde estaba esperándome con Kaori en mano. No puedo cansarme de verlo cargándola. Se ven tan tiernos los dos.
—¡Hermanita!— Lin corrió a mis piernas—. ¿Puedo subir a tus brazos?— preguntó Lin.
—Por supuesto — lo cogí al hombro y el peso de él, no es el mismo de Kaori. Tal parece que le hizo feliz. Recostó su cabeza en mi hombro. Akira se quedó mirandome fijamente y arqueó una ceja. ¿Está celoso por eso?
—Oye, vayan a desayunar— dijo Akira soltando a Kaori y caminando hacia nosotros. Akira cogió a Lin en sus brazos y se quedó con el—. Pesas mucho, ¿Comes piedras o que?— ¿Qué tipo de comentario es ese? Solté un carcajada ante su pregunta.
—Eres muy alto, algún día te alcanzaré— le dijo Lin a Akira.
—Estoy esperando para ese momento, así podré golpearte cómo quisiera — Lin comenzó a reírse, como si le hubieran hecho cosquillas. ¿Qué tipo de relación es esta? ¿Cómo le dice eso a un niño?
—¿Podré darte de vuelta? Si es así espera por mi— Lin se veía más cómodo con Akira. ¿En qué momento pasó eso?
—Vamos a comer con todos antes de irnos, lisa — Akira estaba sonreído, es la primera vez que lo veo sonreír con Lin. Me hace feliz, pero me preocupa a la vez su cambio repentino.