Al final de cuentas, terminó siendo la supervisora quien me entregó el horario. Las cosas terminaron un poco mal anoche. No encontré a Gina por ninguna parte, no creo que haya sido para tanto lo que vio o es simplemente que ya estoy libre de asombro. Akira no vino a dormir a mi cuarto anoche, supongo que aún debe estar molesto. ¿Cómo puedo hacerle entender las cosas? Cada vez es más difícil entenderlo. Todo lo que digo o hago le está malo. ¿Será que soy yo la que está haciendo las cosas mal? No sé porqué no puede entender algo tan simple, siempre tiene que ser tan impulsivo. Así lo conocí y eso no lo ha cambiado, aunque a veces me gusta que sea así, pero otras veces no. Entré a la habitación de Kaori y ahí estaba Akira junto a ella abrazado, ambos estaban profundamente dormidos. Caminé lentamente para verlos más de cerca, me acerqué a darle un beso a Kaori y de paso uno a Akira; aunque esté molesto, así durmiendo no tiene que saberlo. Salí de la habitación sin más y me dirigí a la cocina cuando me encontré con Jefferson.
—Hola, Mr. Jefferson, ¿Qué lo trae tan temprano por aquí?
—Hola, lisa, necesito hablar con Akira de unos negocios. ¿Está en la casa?
—Si, está dormido con Kaori. ¿Cómo está mamá?
—Ella está bien, no te preocupes.
—¿Dónde la tienes, Mr. Jefferson?
—Compré una casa un poco lejos de aquí, estoy seguro que se debe sentir a gusto.
—¿Será que podré verla?
—Debes darle algo de tiempo, lisa.
—Entonces, ¿Piensas lo mismo que Akira?
—¿Me llamaron?— escuché la voz de Akira. Definitivamente está conectado a mi.
—Ahí está a quien buscaba, Mr. Jefferson. Permiso— salí del lugar y le pedí al chofer que me llevara al Hotel, ya que al estar en malos términos con Akira, no quiero que se vea obligado a llevarme y tampoco sería buena idea.
Al llegar a mi área de trabajo me encontré con Gina, se veía un poco desanimada.
—Hola, Gina, ¿Cómo estas?
—¿Bien y tú, Reiko?— respondió con una sonrisa, supongo que evitando preguntas.
—Bien, te tocó el mismo horario que yo, por suerte— aunque no entiendo cómo pudo saberlo, si se marchó antes de tiempo.
—Si, hagamos un buen trabajo— todo en la mañana salió de maravilla. Los huéspedes han sido muy amables y nos han felicitado por el buen trabajo, es algo que me hace sentir muy bien, estoy segura que a Gina también. Ha estado fingiendo estar bien, pero es claro que algo le sucede. No la conozco bien, pero ya había visto esa expresión antes en Yuji; aunque eso es algo en lo que no quiero pensar ahora.
Al llegar la hora de receso, la supervisora llamó a Gina y se la llevó. Ha pasado mucho tiempo de eso, solo me concentré en comer algo para seguir mi trabajo. Al salir de al pasillo me encontré con alguien inesperado.
—Recuerdo haberte conocido en la fiesta—dijo el esposo de la ex pareja de Akira.
—Sí, ¿Cómo ha estado?
—¿Bien y tú? No sabía que estarías trabajando aquí.
—Si, ya ve que estoy trabajando en este piso.
—Que coincidencia, estoy a cargo de este piso, pero no te había visto.
—¿Encargado?
—Si, te comenté que soy uno de los socios de este Hotel, mi trabajo es supervisar.
—Entonces, ¿Debe ser Kazuo?
—¿Ya sabe mi nombre? Que interesante— rio.
—Lo he oído mencionar.
—Quería agradecerte por haberme acompañado en la fiesta. ¿Supongo que encontraste a tu acompañante?— por suerte no se dio cuenta que Akira era ese acompañante. Él sería la persona menos indicada de saberlo.
—Si, ¿usted también encontró la suya?
—Si, estaba algo perdida— rio nervioso.
—Mi amor, ¿qué haces hablando con empleadas de servicio?— escuché la voz de la pequeña zorra. Mierda, está maldita casualidad va a acabar conmigo.
—Ella es una de las empleadas de las que estaré a cargo, nos conocimos...— interrumpí antes que dijera nada más.
—Seguiré haciendo mi trabajo, permiso— sonreí amablemente y me fui de ahí lo más rápido que pude. Solo espero que no se le ocurra decirle nada; aunque no sabe que soy esposa de Akira, me vio en la fiesta y eso me causaría problemas. Si supiera que esa mujer está pendiente de mi esposo. Que mujer tan cruel, él no parece ser alguien malo.
Seguí haciendo mi trabajo hasta que Gina se unió a mi. Se veía mucho más tranquila, supongo que arreglaron el malentendido.
—¿Te sientes mejor?
—Si, Reiko. A la hora de salida, ¿quieres ir a comer o tomar algo?
—Claro— accedí a su petición. Hace mucho no salgo, creo que me haría bien el poder distraer un poco la mente.
Dio la hora de salida, pero antes de que pudiera bajar a la oficina de la supervisora, para el cambio de turno, Me detuvo la ex pareja de Akira. ¿Ahora qué es lo que quiere?
—Debes guardar distancia con tus superiores, ¿Como te atreves hablar tan cariñosamente con mi esposo?— mira quién habla. Eso debería estar diciéndolo yo.
—Lo pido disculpas, señora, creo que ha malinterpretado lo ocurrido. De igual forma no volverá a pasar.
—Estoy segura que te he visto en alguna parte, ¿nos conocemos de algún lado?
—No creo, señora. Solo soy una pobre y simple empleada. Espero tenga una hermosa tarde — respondí con una sonrisa, antes de irme. Tal parece que tendré que aguantarme a esta mujer ahora más que nunca. ¿El día no puede ir mejor?