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—Esta es mi hermosa princesa, mamá.

—Es tan hermosa, me recuerda tanto a ti cuando estabas pequeñita.— mamá tomó en sus brazos a Kaori

—No veo la hora en que Akira la vea.

—Señorita, ¿siente alguna molestia?— preguntó el doctor, al entrar a la habitación

—¿Qué tipo de molestia? En la herida me duele aún al caminar, pero no es tanto como ayer.

—Señorita, ¿usted va a lactarla?

—¿Cómo hago eso?—mi madre comenzó a reír

—Es normal que no sepa, no se preocupes. Te enseñaré, aunque su mamá debe de poder enseñarle mucho mejor. ¿Sientes molestia en tus senos?—me sentí algo incómoda ante la pregunta

—Si, los siento algo sensitivos, pero no me duelen ni nada parecido.

—Deberás tomar un momento para que lacte a su hija. Le he estado brindando leche materna, pero es mucho más recomendable que tenga ese momento y vaya creando más lazos contigo. Es un momento que ayuda mucho a la bebé y también a la madre. Sentirás algo de alivio si cada cierto tiempo la alimentas.

—¿Cada cuánto debo hacerlo?

—Permitiré que la tengas en tu habitación de ahora en adelante. Sé que han pasado por mucho y no han podido estar con ella. Dado que la niña está en perfecto estado de salud y ya no tiene que estar en la incubadora, sería recomendable que esté cerca de su madre.

—¿No hay alguna forma de que podamos estar los tres en una misma habitación? Así Akira podrá estar en contacto con ella tanto como yo.

—La única forma sería llevar otra camilla, porque no puede desarreglarse como anoche.

—No lo haré más, pero permita que Akira esté al contacto con su hija.

—Daré la orden para que puedan estar en la misma habitación. No sé supone que se haga, pero por ser ustedes y por la amistad que tengo con Mr. Jefferson, lo permitiré.

—Gracias, doctor. Eso ayudará a Akira a recuperarse más rápido. No sabe lo agradecida que estoy.

—Mamá, llevaré a Kaori con Akira. Te pido que le digas a Mr. Jefferson que venga luego. Necesito hablar con él.

—Esta bien, mi amor.

—Mamá… si algo pasa avísame, ¿Si?

—Claro, mi amor.— sonrió

Quise asegurarme, pero no dijo nada. Sigo pensando que algo raro le está sucediendo. Será mejor que hable con Mr. Jefferson por si sabe algo.

Al llegar al cuarto de Akira, él estaba dormido. No quisiera despertarlo, pero quisiera que la viera. Al acercarme coloqué a Kaori en su pecho y ella se encargó de despertarlo. Akira abrió sus ojos de par en par al ver a Kaori. Sus ojos se llenaron de lágrimas en segundos. 

—Hola, preciosa—subió su mano buena y la sujetó a su pecho

La pequeña manita de Kaori sujetó la camisa de Akira. Ese acto tan hermoso hizo que mis lágrimas bajarán también.

—Se parece tanto a ti, Akira.

—Acércate, lisa.— me pidió

Me acerqué y Akira limpió mis lágrimas con su mano y me acercó a los dos. Un pequeño abrazo entre los tres bastó para que mi tristeza se fuera. Me sentía tan feliz en este instante, quisiera más momentos así.

—Grácias, lisa—la voz de Akira sonó afligida

—¿Por qué, Akira?

—Por darme una hermosa hija. Es tan hermosa y chiquitita. Su piel es tan suave y delicada. Se ve tan feliz. —Kaori no dejaba de mirarlo, creo que lo reconoció al instante. ¿Cómo no hacerlo? Son iguales.

—Akira, no sabes lo feliz que me siento al verte con nuestra hija.

—Las amo a las dos.

A pesar de no reconocerme supongo que muy dentro de él siente el amor que le tenemos Kaori y yo. Kaori no dejaba de sujetar su ropa, tanto ella como yo nos hacía falta estar tan cerca de Akira.

—Te amamos, Akira.—los abracé a los dos suavemente. No quería lastimarlo, sé que debe dolerle todo el cuerpo

Estuvimos largo rato los tres abrazándonos. Las cosas no fueron como esperé algún día de este encuentro, pero estoy tan feliz de ver la emoción de Akira al ver por primera vez a su hija.

Hubo un toque en la puerta por lo que dirigimos la mirada a esa dirección. Era Mr. Jefferson y mi madre.

—Que linda familia. Es hermosa mi querida nieta. Tiene los ojos igual que su padre. ¿Puedo sujetarla?— sonrió

Mr. Jefferson se veía muy feliz. Es la primera vez que ve tan de cerca a Kaori.

—Claro que si, Mr. Jefferson. —le puse en sus brazos a Kaori

Kaori se veía muy feliz al estar en los brazos de Mr. Jefferson. Debe sentir el amor que todos aquí le tenemos. Todos esperábamos su llegada con mucho amor. Mr. Jefferson estuvo sujetándola y jugando delicadamente con ella. Luego la recostó en la pequeña camita d hospital. 

—Akira, vengo enseguida. Necesito hablar con Mr. Jefferson. Espero no te haga sentir incómodo, pero estaremos los tres en la misma habitación. Hablé con el doctor para que nos permita estar cerca.

—Nada me haría más feliz—respondio Akira con una sonrisa

Le hice una seña a Mr. Jefferson para salir del cuarto, realmente necesito hablar con él a solas. Mi madre se quedó con Akira. Al salir del cuarto nos fuimos un poco lejos, donde pudiera preguntarle varias cosas y nadie escuchara.

—Mr. Jefferson, necesito hablar con usted sobre mí mamá. Ella se ha estado quedando en su casa. ¿Ha pasado algo mientras ella ha estado ahí?—Mr. Jefferson se vio confundido

—¿Algo como qué?

—No sé, la he notado extraña. Ella es muy mala para mentir y ya que han estado pasado sitúaciones no quiero ninguna sorpresa. Siento que algo la está molestando.

—No he notado nada extraño en ella.

—Por favor, le pido que la vigile. Su actitud es demasiado extraña. No quiero que nada la esté molestando. Ella se guarda siempre las cosas para no preocupar a los demás. Si vez algo extraño no dude en avisarme, por favor.

—No te preocupes, lisa. Yo estaré al pendiente de ella.

—Quería aprovechar el momento y preguntarle otra cosa más.

—¿Qué podría ser?

—Sé que no debe ser mi problema, pero ¿Ustedes están durmiendo juntos?

El rostro de Mr. Jefferson cambio por completo. Supongo que hice una pregunta muy personal y fuera de lugar, pero dado a que la situación a estado rara y necesito saber.

—Es una pregunta muy extraña, Srta. Lisa. No sé si deba responder eso.— desvió la mirada

—Tu actitud me muestra que es un sí.

Mr. Jefferson no respondió, pero su cara roja me respondió por él. Entonces sí es cierto.

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