Los relámpagos golpearon la barrera desde afuera y desde el interior las raíces, los cortes y los láseres de los drones buscaban destruir la barrera.
"¡Destrúyala!" Gritó Edward agitando su varita con fuerza.
Sus solas emociones empujaron a que la tormenta se manifestara más rápido de lo que jamás había logrado y los relámpagos que se crearon con su afinidad, cayeron golpeando la barrera.
¡Necesitaban más! ¡Más!
"¡Dinos que sucede!" Exigió Simpson produciendo una armadura de raíces, que cubrió su cuerpo y golpeó el interior de la barrera.
Edward se mordió los labios y volvió a agitar la cabeza, sintiendo que todos los demás también lo miraban dudosos.
"Las pesadillas. También afectaron a mi maestro. No sé lo que quiere hacer, pero no es él mismo." Dijo Edward con una voz profunda y sin mirar a los demás, añadió. "Necesitamos hacer que recupere sus sentidos."
No sabía lo que su maestro iba a hacer o en qué situación se encontraba y lo único que podía decir con claridad, era que esas pesadillas eran más de lo que había imaginado.
El problema era que no solo su maestro fue afectado por esas pesadillas, sino que las personas que a su alrededor.
Antes no se lo había preguntado, pero… ¿Qué hubiera sucedido si él se dejaba llevar por sus pesadillas, queriendo quedarse en ese lugar?
Atrapado en sus sueños, con todos sus deseos y objetivos cumplidos.
Sin tiempo para pensar, Edward empezó a emanar cientos de relámpagos que comenzaron a converger en el cielo, solidificándose en un rayo.
La barrera era de rango SS y eso significaba que, si necesitaba destruirla, debía utilizar una potencia similar.
Su 'Ira de Zeus' ya no era lo que fue en el torneo internacional y durante este tiempo había mejorado su hechizo personal, llevando a que ahora se manifestara en el medio de las nubes.
La sangre salió de su nariz, cuando la presión superó sus límites, sin embargo, Edward mantuvo su hechizo personal en control, sin importarle que la potencia alcanzara el rango SS.
"¡¿Edward estás loco?!" Cuestionó Simpson con una voz enfurecida.
"¡Cállate y busca protección!" Ordenó Edward y al ver que todos empezaban a crear su barrera, protegiéndose alrededor de Amy, esa joven se acercó a él, con su concepto activo.
La forma que creaba un escudo fue espléndida y Edward bajo sus manos con todas sus fuerzas, sintiendo el peligro de su propio hechizo.
*BOOOOM*
La tierra se partió, la onda expansiva destrozó la tierra de fuego, volando los árboles rojos de la zona y para sorpresa de todos, la barrera de viento se mantuvo durante unos segundos, siendo carcomida por los relámpagos antes de desaparecer.
Tosiendo sangre, por excederse en lo que era capaz de controlar, Edward usó varios pergaminos y lo utilizó en todos.
Uno de curación, otro de purificación y un último de defensa mentales.
"Tú crees…" Murmuró Simpson al captar los efectos mejor que nadie y guardando silencio, ordenó. "Movámonos. Tengan cuidado de sus alrededores y de ustedes mismos."
Purificar lo que fuera que estuviera en su mente y la defensa mental, en caso de que lo que ocasionó las pesadillas siguiera afectándolo.
¿Por qué no se le ocurrió antes? Pensaron que con la muerte de Davies todo terminaría, pero luego solo continuaron, suponiendo que, si dejaban el tiempo pasar, eventualmente el problema desaparecería.
¿Por qué no usaron pergaminos que contenían hechizos? ¿O artefactos de defensa mental psiónico o mágicos?
Amy cambió su escudo a uno con varias gemas púrpuras que liberaban pulsaciones psiónicas que buscaban calmar la mente y Simpson, utilizó una varita que contenía hechizos mentales de protección.
Los demás fueron iguales al emplear artefactos para la defensa de sí mismos… De cualquier efecto mental.
Volando hacia la torre, Edward se limpió la sangre y continuó con su corazón latiendo, tratando de no pensar en nada innecesario.
"Según el mural del templo, aquí se encuentra el Protector, ¿cierto?" Preguntó Simpson cuando descendieron a la gran entrada de la torre mágica.
Como se esperaba, la entrada era grande y alta, lo suficiente como para que gigantes de diez metros entraran con comodidad.
La pregunta de Simpson no necesitó respuesta y Edward al ver que la entrada estaba abierta, medio destruida siguió volando en busca de las escaleras.
Habitaciones vacías, con equipo de investigación, en algunos lugares se encontraban cadáveres de gigantes en camas, abiertos y en huesos.
En algunas áreas, había rastros de destrucción y marcas de quemaduras, junto a restos de cadáveres y restos de los gigantes, dando el sentimiento de que lucharon entre sí.
¿Un conflicto interno que los llevo a la extinción? Tal duda no tuvo importancia en este momento y Edward voló por las escaleras hasta el segundo pasillo.
"Ese gigante es un rango SSS con un cuerpo que se regenera… Si lo llevamos, la investigación mágica podría avanzar a pasos agigantados y ni hablar si tenemos una sola muestra. Hasta podríamos recrear genéticamente a los gigantes." Murmuró Simpson con una voz que dejaba ver rastros de emoción.
No estaba mintiendo con la investigación y si su maestro estaba en lo correcto, entonces los resultados que conseguirían de un 'Semidiós' podrían ser esclarecedores.
No obstante, le pareció insignificante buscar datos de investigación, cuando podrían obtener los secretos para dar un paso a la 'divinidad'.
Ellos no sabían eso y Edward trató de controlar su expresión, buscando acelerar, no obstante, el grupo se detuvo.
"¿Investigación? Podríamos usarlo para nosotros. Volvernos los más ricos de todos." Dijo Román y sonriendo de forma ambiciosa, declaró. "Una vez que lo controlemos, podremos volvernos influyentes. Incluso formar nuestra nación."
Se había contado del gigante y si bien se mantuvo oculto bastantes cosas, se dejó en claro que crearon un arma y fue por eso que sabían del tema, aun así, su maestro no dijo que esa arma se podría controlar.
Ahora ellos no estaban pensando en una posibilidad, sino que, estaban hablando con exactitud, como si estuvieran seguro de ello.
"¿Y quién lo controlaría?" Preguntó Amy, levantando su escudo con lentitud.
Los demás empezaron a separar y Edward se dio cuenta a donde se estaba dirigiendo la situación y él empezó a sentirse ansioso.
Si alguien tenía que controlar esa arma seria él… Tal pensamiento provocativo fue apagado cuando el calor de su anillo empezó a arder, sofocando tales ideas.
"Si mi maestro se lo lleva nadie lo tendrá." Intervino Edward y al obtener la atención de todos, añadió. "Un rango SS en contra de nosotros."
Lo que fuera que lo estuviera afectando despertaba su lado más ambicioso y lo empujaba a que obtuviera todo para él, pero no lo convirtió en un estúpido, al menos no hasta ahora.
Si se mataban entre ellos, quien quedaba se enfrentaría a su maestro… Tal idea dejo Edward, antes de volar y al sentir que las presencias lo seguían, se dio cuenta de que comprendieron su punto.
Al empezar a subir el segundo piso, para dirigirse al tercer, sin sentir ninguna presencia, Edward rompió otros pergaminos de magia mental.
Eran pergaminos de rango S, que deberían calmarlos a todos y si bien en este punto, entendía que la fuerza que lo empujaba era mayor que un pergamino de rango S, esperó que al menos le diera una pequeña posibilidad para que todos se calmaran.
Al subir las escaleras caracol, el tercer piso quedo a la vista con un gigantesco agujero en la pared, de más de diez metros de ancho.
¿Sucedió cuando estaban discutiendo? ¡Ni siquiera lo notaron!
Sintiendo su corazón latiendo ante demasiadas extrañezas, todos pudieron distinguir por el agujero un portal visible a la distancia y finalmente sintieron el aura.
"Debemos…"
Un corte de viento cortó el brazo de Simpson y acelerando, dividió el cuerpo del arquero que estaba detrás, a la mitad.
Edward extendió relámpagos de sus manos, generando un campo de fuerza para protegerse, desviando dos cortes de aire.
Quien apareció fue Vincent flotando con su túnica balanceándose por ráfagas de viento y Edward captó los ojos rojos de su maestro.
No era él…
"¡Maestro!" Gritó Edward al tratar de defenderse de otro corte y soportando la cuchilla de viento que casi cortó su brazo y antes de que otros cortes lo golpearan, Amy se adelantó protegiéndolo con su escudo.
La luchadora trató de avanzar, pero al momento siguiente todos sintieron como si el aire en sus pulmones era arrancado de su interior.
"Ughh..."
Cuando todos estaban tratando de buscar una forma de respirar, el 'ta-ta-ta' vino de Román quien utilizó su casco de su armadura de combate de cuerpo completo.
¿Tenía función para mantener su respiración? Tal pregunta vino a la mente desorientada de Edward y él pudo captar, como la atención cambiaba, permitiéndole volver a respirar.
Las balas del rifle de Román ni siquiera tocaban al poderoso mago, ya que su maestro cambió la dirección utilizando el aire a su alrededor.
"¡Maestro!" Gritó Edward, manifestando una armadura de relámpagos a su alrededor y lanzó varios rayos para captar la atención de ese anciano.
"¡No es él mismo!" Gritó Simpson tirando unas semillas que conformaron raíces para atacar a Vincent.
Una onda de viento los empujó hacia atrás, destrozando las raíces y descuartizando a la luchadora que no pudo esquivar, pero Edward solo se volvió a levantar y cargó hacia adelante, generando un relámpago en su mano.
Era su 'Ira de Zeus' miniaturizada y como usó los relámpagos de su armadura, pudo lograr que se creara en menos tiempo que lo normal.
*BOOM*
Vincent se protegió de tal ataque con una barrera de viento y tal reacción, le dio la oportunidad de Edward de tener toda su atención.
"¡Maestro! ¡Reaccione! ¡Sé que está ahí dentro!" Gritó Edward con cierta desesperación y esperanza.
¿Qué le dio esa confianza? Fue simple.
Aarón Vincent era un Gran Archimago de rango SS, conocido por lanzar un huracán y con la capacidad de robarle el aire de los pulmones a rangos S.
Un legendario héroe que fue uno de los fundadores del Gremio de Héroes y su fuerza, conocimiento y capacidad era incuestionable entre los magos de su tipo.
Asesinarlos a todos generando una ráfaga de cientos de cortes como el que había lanzado antes, era un juego de niños, sin embargo, no lo hizo.
Se estaba reteniendo y fue por eso que Edward observó a su maestro, esperando que recuperara su control.
Ocultando que, tras su lógica, que buscaba ser fría, había una confianza por el hombre que lo crio como si fuera un hijo.
"Edward… Ese hechizo fue ineficiente." Murmuró Vincent, cuando sus ojos volvieron a la calma y sonriendo, ordenó. "Váyanse y muévanse por el portal. Puedo captar al segundo gigante acercándose por el ruido."
Edward que estaba aliviado por su maestro, abrió sus ojos de sorpresa al comprender que él no iría con ellos.
******
Voces sonaban en su mente, algunas eran de recuerdos que parecían pasar por su mente, otros eran de fantasías y alucinaciones.
"¿Qué hará usted, maestro?"
Una voz lo despertó de vuelta y vino de su aprendiz, que estaba observándolo con miedo mientras que los demás, revelaban cautela.
La mirada preocupada, a veces era remplazada por una mirada llena de ambición y otras veces una mirada muerta y algunas de felicidad, como si fueran recortes de sus sueños y pesadillas hechas realidad.
"Me encargaré del gigante." Respondió Vincent a su aprendiz, que captó su mentira de inmediato y viendo esa mirada preocupada, murmuró. "No te preocupes, no moriré sin luchar."
Sus alrededores empezaron a difuminarse de vuelta y Vincent volvió a controlarse tanto él, como a sus recuerdos, sus sueños y las pesadillas que sentía que se manifestarían.
"Vete. Ahora. Y no mires hacia atrás." Ordenó Vincent y viendo que su estúpido aprendiz, dudaba en quedarse, sonrió y pidió. "Llévenselo. El portal está activo y… Cuidado."
¿De qué debían tener cuidado? Fue como si algo o alguien le hubiera arrancado esa idea de su mente.
Al reaccionar, pudo ver que Amy, Simpson y Román tomaban a Edward para llevárselo y cuando su estúpido aprendiz, estuvo por detenerlos, el aire empezó a dejar sus pulmones debilitándolo.
Tan solo para al siguiente momento, lanzarlo con una ráfaga de viento que los empujaría lo más cerca al portal.
Parpadeando otra vez, al abrir sus ojos se dio cuenta de que estaba en algún tipo de panel mágico, que tenía la misma capacidad de traducción que los murales.
En el centro, había un tipo de camilla de más de diez metros en horizontal que actualmente estaba vacía.
Proyectado se mostraban diferentes datos y Vincent que utilizaba sus manos sin darse cuenta para navegar por esos paneles, frunció el ceño.
Un tornado fue creado, destruyendo todo a su paso, arrasando la pared y derrumbando el edificio.
"¿Crees que obtendrás lo que quieres?" Cuestionó Vincent a la nada.
La respuesta fue la influencia perforando en sus recuerdos, buscando y tomando todo lo que podría encontrar, hasta que golpeó una parte más recóndita, en donde guardaba sus mayores secretos.
Buscaba adentrarse a la sala de su grupo de amigos, queriendo saber quiénes eran y que clase de organización se trataba y…
"Vacío… Ellos… ¿Quiénes eran?"
"Un grupo de amigos."
Los recuerdos más importantes y secretos fueron eliminados, borrados y transformados, ocultando cualquier rastro de su grupo de amigos.
A la vez, una pequeña y remanente fuerza mental, lo protegió permitiéndole que finalmente tuviera un sentido de sí mismo.
Llevando a que escuchara la voz que habló por medio de él, junto a su propia respuesta.
"Esperando durante bastante tiempo. ¿Deseas el grimorio? ¿Saber mis recuerdos? No conseguirás nada." Murmuró Vincent flotando en el cielo, preparando su mejor hechizo, captando al segundo gigante.
Había otro gigante… Su hilo de pensamiento fue otra vez borrado y Vincent solo se concentró en su hechizo y a su vez en su mente.
Esa influencia, buscó todo lo posible, pero no encontró nada en sus recuerdos y Vincent se rio.
El arma guardada en la torre fue activada y Vincent únicamente recordaba haberla enviado a la tierra y en este punto, lo único que pudo hacer fue suponer las viles intenciones con las cual fue programada.
No obstante, cuando trató de averiguar el método que los gigantes usaron para convertirse en Semidioses, él lo destruyó todo y ahora…
"…" Un gigantesco huracán cayó en la torre mágica, desgarrando su muro, destruyendo su interior y atrapando al gigante.
La fuerza tan poderosa, causó que la tierra se agrietara y los elementos se descontrolaran, provocando un terremoto que produjo una grieta que se extendió a lo lejos, siendo llenada por la lava.
Mientras controlaba su hechizo, la influencia en su mente volvió a rebuscar sobre su grupo de amigos y el grimorio, manteniéndose alejado de los peligrosos nombres de deidades, que podían ser invocadas con un pensamiento y a la vez impidiendo que él utilizara esos nombres.
¿Qué era el grupo de amigos? Era un simple grupo con el cual se juntaban a beber unas cervezas, disfrutando de contar sus historias, pasando el tiempo.
¿Quiénes eran los miembros? Sus amigos.
Vincent dio una sonrisa al darse cuenta de que todo lo que esa influencia estaba haciendo, fallaba y mantuvo esa sonrisa, a pesar de que sintió que perdía el control en su totalidad.
"No importa cuánto busques, nunca lo encontrarás." Su voz ante su huracán que destrozaba el gigante, pudo ser escuchada.
Vincent pensó que su huracán hubiera podido ser mejor, al igual que muchas de sus decisiones pasadas.
Al final mientras su mente quedaba en blanco, su último pensamiento fue la esperanza de que su aprendiz viviera.
******
Corriendo con todas sus fuerzas, sin poder volar a causa de que la fuerza del huracán alcanzaba esta zona, los miembros restantes de la expedición, pudieron sentir alivio.
"¡Pronto llegaremos!" Gritó Simpson con una sonrisa llena de esperanza.
Edward que iba atrás, se giró para mirar al huracán, esperando que su maestro viniera, pero en lo profundo supo la verdad.
"¡Solo un poco más! ¡Un poco más!" Exclamó Román al ver el portal tan cerca.
El alivio, la esperanza y el deseo de dejar este lugar llevó a que todos se emocionaran, pero en ese momento la tierra tembló.
Edward que estaba pisando perfectamente para mantener su equilibrio, lo perdió cuando su propia mano se movió hacia atrás, logrando que cayera al suelo, llevando a que rodara por el mismo temblor.
Cuando se trató de levantar de vuelta, pudo captar una sombra en la tierra y al levantar la cabeza lo vio.
*BOOOM*
Un gigante de diez metros cayó arriba del grupo que se había adelantado y la fuerza expansiva empujó a Edward en contra una pared, logrando que quedara inconsciente.
Desde su anillo el calor se extendió y luego se convirtió en fuego, tomando la forma de una figura de una niña.
"Espero que mis suegros hayan llegado a tiempo." Murmuró la pequeña al ver que el gigante se adentraba al portal, abriendo una puerta que atrajo a todas las criaturas y bestias cercanas.
Al final, dio una mirada al niño y el fuego los tragó, haciendo que Edward apareciera en una cueva con un cuadro a su lado.
En cuanto a la pequeña, volvió cuadro, como si nunca hubiera aparecido.