Leslie acarició su rifle y luego acercó su dedo al gatillo.
Su objetivo de práctica estaba a más de tres mil metros de distancia y era un maniquí de un humano que se movía entre medio de unos árboles.
Sus ojos se ajustaban a su objetivo dejando en evidencia una mejora en su visión, pero lo que resaltaba más era la sensación que ella sentía.
Tres mil metros de distancia había desde ella a su objetivo y en medio de todo eso se encontraban árboles, pero ella en vez de estar nerviosa por un tiro a larga distancia, sabía lo que tenía que hacer para acertar.
A que distancia realizar el disparo, en que momento y en que ángulo debía hacerlo.
Entendía el efecto de la gravedad, del viento y las decenas de factores que influían en su disparo.
Ese entendimiento fue natural de la misma forma que aprendía 'habilidades' repentinas y se dejó llevar por esa sensación.
Moviendo su rifle con cuidado, ella realizó su disparo.
"…"
No hubo sonido debido a que había activado su encanto de silencio del rifle, pero ella pudo sentir como su bala surcaba el aire.
Avanzando a una enorme velocidad, más rápida que sus disparos comunes, viajo por medio de los árboles y se acercó a su objetivo mientras era afectada por el viento y la gravedad.
Ese cambio de dirección estuvo planeado y cuando el maniquí estaba saliendo de esconderse de otro árbol, la bala golpeó su cabeza.
Leslie no necesitó verlo para darse cuenta de que había alcanzado su objetivo, lo pudo sentir de inmediato.
"¡Felicidades! Un objetivo a tres mil metros, todo un desafío."
Una voz se escuchó a su espalda y Leslie sin sorprenderse, se levantó y con su rifle en sus brazos realizó un saludo.
"¡Gracias capitán!"
Su voz fue solemne y eso era porque la persona que estaba al frente de ella era el capitán Luukas Waris.
No solo estaba él, sino que se encontraban algunos compañeros del ejército que la miraban con cierta envidia.
A pesar de que sus compañeros avanzaron con más fuerza que ella, la verdad era que su mejora comparada a otros, resultaba ser notable.
Este año cumplía sus diecinueve años, pero ya era un rango A y ahora necesitaba tomar el elixir y su fuerza solo mejoraría.
"Si se quedan en el ejército atlante lo único que deben hacer es obedecer y trabajar duro. Nosotros proveeremos todo lo que necesitan para que ustedes se vuelvan fuertes." Dijo Luukas y observando a los soldados, agregó. "Ahora retírense."
Los soldados se alejaron y Leslie no se movió, ya que ella no fue ordenada.
Se había adaptado al ejército y a las órdenes.
"Ven, sígueme." Ordenó Luukas y empezó a caminar.
Leslie lo siguió de inmediato con su rifle a cuesta sin guardarlo en su anillo espacial.
Su movimiento fue disciplinado y parecía como si estuviera marchando, lo que hizo que ese Archimago de rango S se riera.
"Los talentos son bastante peculiares. No sabemos de dónde vienen, pero no se sienten natural, ¿lo sientes?" Cuestionó Luukas y cuando ella asintió, comentó. "En este mundo los individuos psiónicos o mágicos pueden empujarse con su voluntad. El entrenamiento cuenta, pero es el objetivo que empuja al humano a romper sus límites."
Lo 'natural' que se estaba refiriendo se trataba de aquello que no podía ser cambiado y que se podían considerar las 'reglas' de este universo.
Al igual que Terra nova tenía 'niveles', permitiendo que los individuos que nacían en ese lugar se pudieran matar entre ellos para volverse fuerte, en la tierra la 'voluntad' y el 'objetivo', jugaban un papel vital.
Los humanos necesitaban entrenar, pero era la fuerza de voluntad lo que empujaba para romper los límites, alcanzando lo 'sobrehumano'.
Esas eran las 'reglas' de este universo… Esa era la forma por la cual todo se manejaba.
"Pero aun con esa naturalidad, los talentos se sienten diferentes… ¿No lo crees?" Preguntó Luukas con una sonrisa.
"Sí, es cierto." Respondió Leslie con honestidad.
Su deseo de mejorar era evidente, pero no alcanzó el rango A en una circunstancia que la empujaba o con un objetivo importante, lo logró a través de un disparo que la hizo darse cuenta de que golpearía su objetivo.
Su compatibilidad con su arma, su manejo de ella y su cuidado le permitió conocer su arma por completo, ya no con su talento de 'maestría de armas' sino que personalmente.
"Para mejorar necesitas equipamiento avanzado, pero no solo eso. Entenderlo, ya no de forma superficial, sino que de forma profunda." Señaló Luukas y deteniéndose, comentó. "No poseo un talento, pero estoy seguro de que para avanzar no solo necesitas práctica o entrenamiento… Si no que experiencia para el camino que estás tomando."
La 'experiencia' no se refería a luchar en contra monstruos, un francotirador no actuaba en un combate cercano disparando a corta distancia.
Estaba diseñado para actuar de lejos y eso significaba que tal experiencia no se podía conseguir matando monstruos.
Leslie puso una expresión seria.
Su padre era dueño de una gran empresa de armas y tenía relación con varios rangos S del tipo mecánico que poseían talentos de maestrías de armas y sabía que quienes lograban avanzar más rápido, eran los antiguos soldados.
Aquellos con más experiencia real, eran más expertos en su control y su capacidad… Ellos prácticamente usaban su maestría como apoyo y no como su fuerza principal.
Combinaban su conocimiento que aprendieron por su cuenta, con el conocimiento que le brindaba su maestría y lograban una mayor fuerza.
De la misma forma que ella había conseguido ascender.
"De todas formas, la recompensa al azar termina en este punto." Dijo Luukas observando su reacción.
Leslie devolvió la mirada y no se sorprendió por tales palabras.
Algunas recompensas al azar fueron increíbles con maestros poderosos, pero otras recompensas estaban diseñadas de forma muy específica.
En su caso fue para ascender de rango y entender cómo usar su talento, siguiendo la disciplina de un soldado.
Sin embargo, no se movió, podía ver que Luukas tenía algo para decir… Y lo hizo.
"Pero hay un medio por el cual seguir avanzando. Ese medio es unirte a un equipo privado." Señaló Luukas y sonrió sin explicar nada al ver su expresión.
"No estoy interesada en estar atada a ningún lado." Respondió Leslie con un tono solemne.
Unirse al ejército atlante no era su objetivo y si bien, no tenía un objetivo a seguir más grande, deseaba centrarse en mejorar su fuerza sin ataduras.
Si bien su padre no la forzó a que se hiciera cargo de la empresa familiar, sin duda iba a tener que ofrecer cierto apoyo en algún momento.
"Lo sabemos y lo entendemos. Es por eso que este equipo no está atado al ejército, sino que a la Empresa Cosmos. Y es posible que hagamos ver esto, como un trato de amistad y cooperación con la Empresa Taranis." Declaró Luukas y dando una expresión seria, especificó. "Por supuesto, lo que hacemos en este equipo no son asuntos insignificantes, sino que son asuntos muy importantes que requieren silencio y dedicación. Que incluso pueden llegar a ser mortales, para nosotros y para otros."
Su expresión seria y solemne le dejo en claro que la invitación no era un juego y el 'equipo' tampoco era simple.
A pesar de que todo no parecía simple, la consideración de la otra parte para que ella entrara sin ataduras, la hizo ponerse en guardia.
"¿Por qué me permiten entrar?" Preguntó Leslie con seriedad.
Nombro la Empresa Taranis la cual su padre era dueño, pero ante sus ojos estuvo claro que esa no era la razón principal y solo fue utilizado como un medio para dejar en claro que no tendría ataduras.
Luukas dio una sonrisa.
"Mi jefe aprecia a una persona muy cercana a ti y ese 'aprecio' se extiende a ti de esta forma." Dijo Luukas y al ver que ella estaba curiosa, declaró. "Claro, este aprecio puede verse de forma agradable… O no. Así que es mejor veas antes de decidir."
Con tales palabras utilizó su reloj holográfico para enviarle la fecha a una reunión.
******
Cithrel caminó por medio de un club nocturno mientras la música sonaba fuertemente.
Ella observó como las mujeres y hombres bailaban pegando sus cuerpos de una forma que en Terra nova impactaría a la nobleza.
"Me agrada…" Murmuró Cithrel con una sonrisa y mirando a su compañera, expuso. "Pero creo que, si bailo de esa forma, terminara muy diferente."
Venali bajo ligeramente la mirada debido a su tono tan coqueto.
Las mujeres terrícolas llevaban vestidos muy agradables a la vista y cuando bailaban se apegaban al cuerpo de sus parejas, algunas veces acercándose al oído para susurrar.
Por supuesto, estaban otras parejas que se besaban en medio de su baile como si estuvieran en su propio mundo.
El baile, la música, el ritmo y la atmósfera lograba que las personas se soltaran dejando salir sus deseos.
Y para Cithrel esos 'deseos', eran sumamente agradables pero peligrosos para otros.
Golpeándose los labios tratando de no dejarse llevar, ella volvió a caminar otra vez.
En medio de la sala de baile, las personas se apartaban de forma natural y nadie las notaba o molestaba.
Estaba usando un anillo encantado con magia mental lo suficiente poderoso como para engañar a un rango SS.
Las personas comunes se apartaban de forma inconsciente, abriéndole paso y nadie podía sentir nada.
Incluso cuando paso al lado 'VIP' del bar nocturno, nadie se dio cuenta de su presencia.
"Veamos, quien es mi objetivo de hoy." Murmuró Cithrel observando las diferentes secciones privadas.
Este bar en Nueva York estaba controlado por un pandillero muy importante en la zona y bastante peligroso.
Le gustaban las fiestas nocturnas y según el informe, esta noche se encontraría en este lugar.
Buscando en las secciones identificó a su objetivo.
Ese hombre de sonrisa vulgar estaba sentado en una sección privada con sus guardias mientras que en la mesa al frente de ellos se encontraba una mujer bailando de forma erótica.
Cithrel volvió a caminar sin miedo y jugando con su anillo hizo que ese grupo de ese lugar la pudieran ver.
"¿Tiene un momento para hablar?" Preguntó Cithrel observando a la guapa mujer que bailaba eróticamente y luego dirigiendo su mirada a ese hombre vulgar.
Ese hombre al principio dio una mirada feroz, pero cuando vio su rostro, dirigió su mirada a su cuerpo y sonrió de forma lasciva.
"Claro, puedes tener todo el tiempo que desees." Respondió el hombre con una sonrisa golpeando su regazo, instándola a sentarse.
Cithrel pudo sentir que Venali fruncía el ceño, pero ella solo agitó suavemente su mano e hizo que la bailarina bajara de la mesa.
Esa bailarina no había visto su rostro y solo esos hombres la estaban viendo.
Tras realizar esa pequeña tarea se sentó al frente de ellos mientras que Venali se quedó parada a su lado.
"Vengo a preguntar sobre porque me vigilaban y cuál es la razón. No necesitan negarlo, ya lo sé." Dijo Cithrel sin rodeos.
El hombre vulgar no se molestó, sino que sacó una daga que estaba bajo su chaleco en su pecho y jugo con ella.
Estaba tratando de asustarla.
"¿Por qué debería decirte?" Preguntó el hombre liberando su presencia de rango S.
Los guardias a su lado también dieron sonrisas y liberaron su presencia de rango A.
Era un rango S acompañado de cuatro guardias de rango A… Esa era la razón por la cual era considerado peligroso como pandillero.
Tenía una fuerza notable y en vez de crear un gremio con su gente, mantenía sus negocios nocturnos, disfrutando de las mujeres y las noches llenas de pasión.
"Por supuesto, siempre podemos arreglar el asunto entre nosotros, pero tienes que darme algo." Señaló el hombre y luego sonrió mientras la miraba.
Observó sus piernas, su cintura y sus pechos, para dar su mirada a su cuello y luego a sus labios… El deseo y la lujuria era intenso.
Cithrel no sintió asco o repugnancia, solo sonrió.
"…"
Una sonrisa encantadora que hizo que esos hombres respiraran profundamente sintiendo que su deseo de tomarla se elevaba.
"Es peligroso que una elfa ande sola en este mundo. Y más cuando alguien te está apuntando." Dijo el hombre y resistiendo su deseo, agregó. "Pero si pasas una noche conmigo… Tal vez pueda solucionarlo."
Su deseo fue tan intenso que no se anduvo con rodeos.
Cithrel pudo ver que Venali ponía su mano en su espada con una frialdad absoluta y ese hombre se dio cuenta de ello y la observo a ambas.
"¿Ustedes dos tienen algo?" Dudó el hombre y en vez de reírse, sonrió de forma lujuriosa y declaró. "No me importa, puedo tomarlas a ambas. Tengo la resistencia para toda la noche."
La expresión de Venali se volvió más fría y su agarre en su espada, se volvió más fuerte.
¿Ganaría?
Uno de sus cortes con todas sus fuerzas, lograría dividir a esos rangos A de inmediato… Cithrel lo entendía perfectamente.
Aun así, le dio una mirada a Venali para que se calmara junto a una sonrisa.
"Si, si querida, no te pongas celosa." Bromeó el hombre riéndose de forma vulgar y observando a ambas, añadió. "Si aceptan, tendrán una noche maravillosa."
Cithrel se levantó de su asiento con calma.
"También estoy de acuerdo. Esta noche será agradable." Respondió Cithrel y al ver que ese hombre se emocionaba, se acercó.
Cada paso que daba lograba atraer la mirada de la otra parte y ella pudo sentir como deseaban su cuerpo.
Ella no se molestó… Podía entender el deseo que la otra parte tenía, solo que, en su caso, el deseo de su naturaleza se combinaba con hambre.
Lamentablemente esa naturaleza de su lado más oscuro nunca apuntó a los hombres.
"Terminaré rápido, luego quiero divertirme con Venali." Murmuró Cithrel e ignorando la vergüenza de su compañera, levantó su mano.
Su mano empezó a volverse gris y aumentó ligeramente de tamaño mientras que sus uñas se transformaron en garras retráctiles muy afiliadas.
La palidez se extendió por los rostros de ese hombre y sus guardias, entonces cuando sus miradas se dirigieron a sus ojos, todos se quedaron quietos.
"Les sacaré todo lo que saben."
Esta vez su sonrisa fue distorsionada.
******
Cithrel salió del bar nocturno y frunció ceño de malhumor.
"Su Majestad creó que exagero." Señaló Venali con un tono serio.
Su expresión se notaba ligeramente preocupada.
"Oh, sí me pasé un poco, pero vivirán." Respondió Cithrel de forma indiferente y al ver que Venali seguía preocupada, detalló. "Solo los torturé un poco. Sé que a ti no te importa."
Venali se quedó en silencio ante su respuesta y no pudo negarlo.
La preocupación no iba por esos humanos, sino que apuntaba a la propia Cithrel, en preocupación de que fuera descubierta.
Cithrel había pensado que hoy iba a ser su día de suerte y estaba emocionada.
Pensó que esos pandilleros podrían decirle quien era quienes la perseguían e incluso descubrir un poco más sobre Frederick Crawford o descubrir sobre ese hombre tan odiado en este mundo.
Pero fue inútil… Ese pandillero a pesar de que era fuerte e importante, no sabía nada.
Había sido contratado por uno de sus clientes secretos y era imposible descubrir de quien se trataba.
Las personas que la vigilaban solo eran peones, que eran enviados por otros peones, quienes a su vez hicieron un trato con alguien más.
Era posible que luego de descubrir el intermediario, hubiera otro individuo más antes de llegar a la mente maestra.
Muchas personas se ocultaban en las sombras observando la primera pista que guiaba al 'Enemigo de la Humanidad'.
Estaban a la espera de la siguiente persona que venía a buscarlo y seguramente esperando ver cuánto era lo que descubría antes de actuar.
"Todo fue inútil." Murmuró Cithrel molesta.
Esta no era su primera vez cazando a uno de los individuos que la buscaban, pero todos terminaron de la misma forma… Sin nada.
Venali le dio una mirada preocupada, pero no supo qué decir para reconfortarla.
Tal reacción le agrado a Cithrel y ella sin contenerse, acarició las mejillas de esa elfa.
Verla volverse tímida agitó su naturaleza oculta e hizo que ella lamiera sus labios, sin ocultar su deseo de sangre.
"Mi culpa. No tengo que mostrarlo." Murmuró Cithrel golpeándose los labios y volviendo a retirar su mano.
Su hambre surgía con gran rapidez y como ella se había convertido antes de venir en este mundo, su naturaleza latente era fuerte.
El Linaje de Caín era conocido por sus 'gustos' y por su naturaleza… Amaban luchar, comer y 'jugar' con mujeres.
La lujuria y el deseo era extremadamente fuerte y cuando se combinaban con 'comer', era bastante difícil de resistir.
Cithrel volvió a golpear sus labios.
Esa naturaleza era incorregible y solo se podía suprimir, pero era un pequeño precio para el poder del linaje y para la 'inmortalidad' en edad de los vampiros.
Observando la calle todavía muy movida, ella suspiró cuando pudo controlar sus deseos.
"Su humor le hace difícil controlarse. Puedo entenderla Su Alteza." Dijo Venali con una mirada solemne e igual de seria, advirtió. "Pero estamos en la tierra, debe controlarse para no causar un escándalo."
La Princesa Heredera del Imperio Falion, un vampiro del temido Linaje de Caín, realizó un acto atroz como un monstruo… Cithrel pudo imaginar el encabezado de la noticia y se rio.
"Por supuesto, puede soltarse cuando usted esté con la persona adecuada." Agregó Venali y al recibir su mirada intensa, se sonrojó y murmuró. "Como, por ejemplo, Taqiyya o Aurora."
Estaba tratando de desviar su atención al nombrar a Aurora y Cithrel se rio con suavidad, pero mantuvo su mirada para que continuara.
"O yo…" Murmuró Venali avergonzada.
Su humor volvió a mejorar de inmediato, pero esta vez se volvió a controlar y en vez de responder, pensó en el tema prioritario.
El hambre iba y venía, pero, aunque le costaba controlarse, ella no cedía a su naturaleza con facilidad y la limitaba como correspondía a una gobernante.
Con el poder del Imperio Falion caer en su naturaleza vampírica lograría que el palacio se convirtiera en un burdel… O un cementerio.
"Las autoridades de Norteamérica que me siguen, no pueden ser tocadas. Tal vez me estén protegiendo en secreto o quizás quieren saber a dónde puedo llegar. El punto es que no tengo formas de contactar con sus jefes y tratar de averiguar la información que tienen." Murmuró Cithrel concentrándose en sus objetivos.
Su mente volvió a trabajar y analizar los diferentes escenarios y caminos que actualmente tenía disponible.
Las autoridades que fueron enviados para vigilarla pertenecían a 'Los Estados Unidos de América del Norte' y ella no sabía quién entre el gobierno podía saber algo.
Frederick Crawford era el antiguo Secretario de Defensa de Estados Unidos durante la guerra civil estadounidense y era posible que alguien no deseara que se supiera algunos secretos o tal vez algo más oscura.
Las posibilidades eran tan múltiples que hasta era posible que solo desearan protegerla para evitar que alguien la dañara en sus tierras.
Ella era la Princesa Heredera de un Imperio de otro mundo, pero nadie trataría de subestimar la autoridad y el poder que había tras su espalda.
Al ser la única heredera, si le llegaba a pasar algo, era posible que el Imperio Falion actuara.
Su padre el Emperador era un hombre que deseaba dejar el trono lo más rápido posible, pero al igual que su tía, era alguien que cuidaba a su familia.
"Escuche que el Sabio Su Chin también conoció al 'Enemigo de la Humanidad' durante Terra nova, es posible que en su momento tuvieran contacto en la tierra." Murmuró Cithrel y con un tono abatido, declaró. "Lamentablemente está concentrado en su investigación."
El Sabio Su Chin era conocido por ser el Sabio de la Diosa del Conocimiento y a pesar de que normalmente tendría una conexión con el Imperio Falion debido a la diosa, ese hombre rechazó todas sus cartas.
Supuestamente estaba en una investigación importante y el problema era que como cualquier Archimago, no dejaba su laboratorio fácilmente.
Por supuesto, el Sabio Su Chin a pesar de que tener un conocimiento abrumador de magia, no podía utilizar la energía mágica y no era mago, solo un teórico.
Todavía quedaban algunos individuos que la seguían para investigar, pero Cithrel no tenía esperanza.
"Trataré de pedir una reunión con el jefe de la Iglesia de la Creación… Tal vez ellos sepan algo." Dijo Cithrel y con un largo suspiro, murmuró. "Al menos esa iglesia sigue en pie después de todo este tiempo."
Una iglesia que adoraba a un humano que era extremadamente odiado y temido en este mundo, seguía en pie durante todo este tiempo.
Era posible que tuviera algún tipo de respaldo.
Después de todo se había mantenido en pie y había continuado sin que nadie pudiera derribarla.
******
Aurora observó las últimas noticias de los portales abismales.
Cécile parecía preparase y su objetivo apuntaba a recuperar a la gente que fue capturada.
La manera no fue descrita y tampoco fue informada, pero Aurora sabía que era posible que no fuera nada bueno.
Esa Archimago, maestra en la Academia Merlín no era tan simple y no parecía moderada.
Era conocida como el 'ejército de una sola mujer' y el problema era que, como una invocadora masiva, ella no tenía consideración por sus invocaciones y la usaba a su favor.
Tal era su estilo y eso significaba que llegada la situación no sería nada misericordiosa con los Tartak.
Por otra parte, Vladislav ya había informado que su equipo se había preparado y era posible que comenzara de moverse por completo.
Su objetivo era cerrar el portal definitivamente.
Aurora dio un largo suspiro.
Lo único que podía hacer era desearle buena suerte.