Humanos contra demonios.
CAPÍTULO 121
(Pov- Sandro.)
Siempre he visto a Daniel como alguien increíble, alguien que parece el típico chico bueno y puro, pero cuando es necesario, se vuelve un hijo de perra. Lo admiro mucho, es el aventurero más poderoso que conozco... Y realmente nunca me lo imaginé verlo así.
Daniel... Perdió.
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(Pov- Daniel.)
—D-Daniel...- Dijo Sandro asustado... Tiene sangre en su rostro y le falta el ojo izquierdo.
Nermel está dándome la paliza de mi vida, me está golpeando el rostro con sus puños, mientras se ríe de mí.
Estoy realmente herido, tengo heridas profundas por todo el cuerpo, y me falta el ojo derecho, este hijo de puta me lo destrozó. Tengo todo el cuerpo rosa.
Estamos al lado del castillo, en un lugar plano, donde solo hay césped y uno que otro árbol.
Él está realmente herido, tiene heridas por todo su cuerpo, está cubierto de sangre, pero parece que no le afecta.
Sus hijas están en el suelo, heridas gravemente e inconscientes... Fuimos humillados.
—¡Vamos, ¿ya te rendiste?!
Me toma del cuello y me levanta.
—¡¿Acaso pensabas que tenías la oportunidad de derrotarme?!
Sonrío y comienzo a reír.
—¡¿Qué es tan gracioso?! ¡¿Te volviste loco?!
—¡Lo que pasa es que recordé que besé a tu madre! ¡La he besado varias veces, y de lengua!- Digo burlándome de él.
—¡Mentiroso!
—¡Si la vuelvo a ver, me acostaré con ella! ¡Cuando robe tu alma, haré que veas mientras lo hago!
—¡Cállate!
Con un gran y rápido golpe con su puño derecho, atraviesa mi pecho, justo en la parte donde se encuentra el corazón.
—¡¡Daniel!!- Gritó Sandro.
Lo siento... Lo siento, Sandro...
—Perdón por... ser... débil...
Cerré los ojos.
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Arrojó el cuerpo de Daniel lejos de él y volteó a ver a Sandro.
—¡Solo quedas tú!- Dijo Nermel con una gran sonrisa.
—Daniel... ¿Daniel perdió?
Nermel comienza a caminar y Sandro se aleja lentamente.
Está muerto de miedo.
—Si Daniel fue derrotado, yo no tengo ninguna oportunidad de ganar...
"Oye..."
Sandro escucha la voz de Daniel en su cabeza.
"Nunca te des por vencido."
—Es cierto... Debo intentarlo... No debo rendirme.
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(Tiempo atrás.)
Sandro estaba tosiendo sangre, mientras que Daniel estaba saltando frente a él.
Estaban al lado del carruaje, mientras que los demás los estaban observando.
—Y-ya no puedo...- Dijo Sandro cansado.
—¿Te rindes?
—S-sí...
Daniel le dio una gran patada en la cara con su pie derecho, que lo sacó volando.
—¡Tienes que decir que descansarás, no digas que te rindes, idiota!
Se acercó a él mientras Sandro intentaba levantarse del suelo.
Lo tomó del cuello y lo levantó.
—Nunca te rindas, solo descansa y vuelve a intentarlo. Nunca te des por vencido.
—S-sí... Comprendo.
—Los verdaderos héroes nunca se dan por vencidos, recuerda eso.
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(Presente.)
"Huir no es de cobardes, siempre y cuando regreses y lo intentes de nuevo".
—¡Debo pensar en un mejor plan!
Sandro se aleja corriendo, pero escucha la voz de la niña.
—¡Hermana, hermana, despierta, por favor!- Dijo la niña, intentando despertar a Crismi. Está llorando.
—¡Mierda, esa niña!
—¡Crisme, supongo que ya quieres morir!- Dijo Nermel riendo.
—Está en peligro...
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(Tiempo atrás.)
Daniel estaba repartiendo dinero en un pequeño pueblo.
Sus compañeros lo estaban ayudando a repartirlo.
—¡Señor, ¿por qué eres tan bueno?!- Dijo una niña pequeña, de unos 7 años.
Se agachó y le sonrió.
—Porque disfruto ayudar a las personas. Siempre que tengo la oportunidad de ayudar, lo hago.
—¡¿Arriesgarías tu vida por ayudar a una persona?!
—Siempre que veo a una persona en peligro, siempre la rescato... Los verdaderos héroes son las personas que están dispuestas a arriesgar su vida para salvar a otra, y yo siempre quise ser un héroe.
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(Presente.)
"Los villanos son las personas que pueden salvar a una persona, pero que no lo hacen".
"Nunca perdonaría a una persona que le hace daño a otra".
"Al salvar a las personas, me siento feliz, pues una madre no perderá a su hijo, o un hijo no perderá a su madre".
—Salvar a las personas...
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(Tiempo atrás.)
Sandro y Daniel estaban sentados juntos en una mesa, en un restaurante.
—Vaya, vaya... Ya veo... Perdiste a tu familia...
—Sí... Un grupo de aventureros asesinó a mi familia para robarnos lo poco que teníamos.
—Debió ser duro... ¿Cómo te sentías bien? ¿Qué hacías?
—Tener sexo... Era la única manera en la que me sentía mejor.
—Qué directo... Yo ayudo a las personas, así me siento mejor.
—¡Fuera, váyase de aquí!- Dijo un hombre.
Daniel volteó y vio que un hombre estaba empujando a una anciana.
Se levantó y se dirigió a ellos.
—¿Hay algún problema?
—No se preocupe, no es nada.- Dijo el hombre.
—¿Por qué la está empujando?
—Está prohibida la entrada a los pobres que solo vienen a pedir dinero.
—¿Piden limosna?
Sacó una pequeña bolsa de su pantalón.
—Dígame, señora, si yo le doy dinero, ¿qué comprará?
—Comida para mis nietos, Daniel.- Dijo la anciana con los ojos llorosos.
—Dices la verdad...
Tomó su mano derecha y le entregó la bolsa.
—Tome, cuando regrese a su casa, deje la bolsa en una mesa y solo diga: "vuelve a tu tamaño normal". Es dinero, para que compre comida.
La anciana lo abrazó mientras lloraba.
—¡Gracias, aventurero Daniel!
Le acarició la cabeza y sonrió.
—De nada. Adiós.
Se alejó de ella y se sentó con Sandro.
—Realmente eres muy bueno.- Dijo Sandro.
—Comprará comida para sus nietos... Una abuela siempre se preocupará por sus nietos... Ayudar a las personas me tranquiliza... Por ejemplo, tal vez sus nietos estén a punto de morir de hambre, y gracias a mí, seguirán viviendo... Pensar en que, tal vez, alguien siguió con vida gracias a mí, hace que mi corazón sienta paz.
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(Presente.)
—Esa niña fue torturada... Merece ser feliz...
"Adopté a Nirfa porque su vida ha sido muy difícil y llena de dolor, quiero que sea feliz... Quiero que sea feliz y que olvide su horrible pasado".
—Debo salvarla...
De su cuerpo comienzan a salir rayos verdes.
Nermel está a punto de golpear a Crisme en la cara con su puño derecho. Ella simplemente cerró los ojos y esperó lo peor.
Sandro apareció frente a ella rápidamente y detiene el golpe de Nermel con su espada.
—¡No permitiré que sigas lastimando a una niña! ¡La protegeré con mi vida!- Dijo Sandro con un tono admirable, a pesar de saber que no puede ganarle, él está dispuesto a pelear.
—¡Admirable!- Dijo la voz de una mujer.
Una espada hecha de viento aparece frente a Sandro.
—¡Mi nombre es Dix, y soy tu nueva espada!
—¿D-Dix?
—¡Rápido, úsame, no hay tiempo de explicaciones!
Sandro la toma con su mano derecha y Nermel se aleja rápidamente de él.
—¿Dix? ¡Pero él no es un elegido! ¡¿Por qué puede usarla?!
Las heridas de Sandro desaparecen y su ojo se regenera.
—¡Porque Sandro es el nuevo elegido!- Dijo Dix.
—No sé qué está pasando... Pero no me importa... Por Daniel, por tus hijas, y por esta niña, ¡juro que te derrotaré!
(Nota del autor: Dejen comentarios :"y)