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Capitulo XV

Me levanté y me lave la cara, me puse algo de maquillaje para ocultar un poco las lágrimas que solté, me tranquilice y salí con Carlos, fuimos al plató dónde ya había empezado a grabar el programa y hay estaban los chicos, esos dos amores de los que una vez me habia enamorado tan perdidamente que no hacia otra cosa q pensar en una vida de sueño con mi dos sevillanos a mi lado. Estan tan guapos como siempre, Dani esta ilusionado seguramente por el disco y Jesús se le veía igual, aunque también preocupación o era mi imaginación, sentí vibrar mi móvil, fui a mirar de quién se suponía quien era, solo ponía número privado, así que lo dejé estar, seguramente seria publicidad de alguna idiotez que no me interesa. Al poco tiempo recibí un mensaje de ese mismo numero, lo abrí y era dos imágenes, me pareció muy extraño, un desconocido tenia mi telefono y a primera vista parecían inofensivas. La primera imagen era de un coche con la parte delantera en llamas y destrozada, no tenia ningun sentido que me enviaran una cosa tan horrible, tal vez parte de una noticia o algo. La segunda era del mismo coche destrozado y en su interior unas personas en llamas, no entendía nada. ¿Porqué esas imágenes? Y la pregunta final. ¿Quiénes eran? Recibí otra llamada del y esta vez se lo cogí.

-¿Quién eres? ¿Y como que tiene mi número?

-La pregunta correcta es... ¿Porqué no moriste? -su voz parecia grave, al vez de un hombre de 40 años.

-¿Disculpa? ¿Me puedes decir quién es usted?

-La persona que arruinó tu vida.

-¡A mi nadie me la ruino! - eda voz me da grima. ¿De que va diciendome esas cosas?

-Yo creó que sí. Fíjate bien en las fotos, ¿no los reconoces?

-No lo volveré a decir, ¿quién eres? - intento mantener la calma pero es en vano.

-El asesino de tus padres. - Esas palabras se me clavan a fuego en mi corazón ya destrozado.

-¡Mentira! ¡Mis padres murieron en una accidente, no fueron asesinados!- se me aguan los ojos al imaginarme esa escena. No pude edtar presente pero me lo contaron y volver a recorgar todo aquello se me hace agua los ojos y la respiración se pausa en mi gafganta sin que deje pasar ni una sola gota de oxígeno.

-Piensa lo que quieras, pero ire a por ti, tus padre tenían una cosas que me pertenece y lo recuperaré .

-Mis padres a usted no le hizo nada. ¡Déjame empaz! - la respiración volvia por segundo a mi pero se volvia a ir de enseguida, mi voz quebrada se daa a entender.

-Mía Fernández, estoy cerca de ti, pronto los veras de nuevo. Eso te lo prometo. - a traves de la otra linia se escucho unas leves risas.

-¡Déjame empaz! No se quién eres, ni como conseguiste mi número. ¡solo déjame vivir! -Grité llorando. Todo a mi al rededor se percataron de que algo no hiba bien.

-Nunca. Tengo algo que te pertenece, esperó que vengas a por ella, el tiempo corre.

-¿De quién hablas?

-...

-¿Oiga? ¿Esta usted hay? ¡¿A quién tienes?! -Volví a gritar, pero no dijo nada.-¿Señor a quién tiene?

-¡No por favor, no! Ahhhh!-Se escuchó gritar a una chica de 17 años creó. Lasedades no es mi punto fuerte, pero eda voz se le escuchaba tan débil.

-Si quieres saber quién és, acatarás mis órdenes si no quieres que la maté como hice con tus padres, en esa carretera.

-No por favor, déjala ir, haré lo que sea, pero no le hagas nada, solo dime ¿que tiene que ver conmigo?

-Busca entré tus recuerdos, hasta otra, Dulce.-se despide con otra risas y cualga sin dejar que le contestará.

Espera, me llamó Dulce. La única persona que me llamaba era el amigo de mamá. ¿Porqué lo hizo? ¿Porque me tortura? ¿Que tenían mis padres de él ? Caí al suelo de rodilla, las imágenes que vi eran del accidente, un accidente provocado, todo lo que me dijeron era mentira... ¡Una mentira cruel! Sentí una cálida mano en mi hombro derecho, levanté la vista, para ver de quién se trataba y me sorprendí de quién era, en ese momento no pensé en lo que hacia así que me eché a sus brazos y lloré. A los minutos me separé y me limpié las lágrimas que seguían cayendo por mis mejillas, en esos momentos sentía dolor y rabia.

-No llores más. Una princesa tan hermosa no se merece que esas lágrimas dolorosas le estrope el día.

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