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CAPITULO 178 RÉGIMEN OPOSITOR por Sylar

PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

En mis inicios en Shanmatu (de mi anterior vida), fue aquella vez que le vendí armas a una banda criminal que presencie como un hombre con solo unas pinzas ordinarias, le extraía con una ortodoxa técnica médica varias balas impactadas en la zona abdominal a un pobre diablo. Sus gritos eran como una orquesta sinfónica en una cámara de tortura, por cada bala retirada, una cantidad de alcohol era puesto sobre la herida y cubierta por gasas.

Si, fue en aquel entonces, que me empecé a interesar sobre como curar heridas de balas, más concretamente, la extracción de estas cuando quedan incrustado en el cuerpo tras recibir un tiro limpio. Si bien, es algo que solo expertos cirujanos deben llevar a cabo en condiciones necesarias de por medio de un procedimiento de cirugía.

Pero la realidad es que en el bajo mundo no todos tienen a su disposición el privilegio de acudir a uno cuando ocurre tal desgracia, lo último que quieres es que la policía te interrogue para descubrir como llego esa bala en primer lugar. De allí surgen los cirujanos clandestinos, o personas dedicadas a ofrecer asistencia médica de dudosa capacidad y efectividad en torno a heridas por proyectiles de armas de fuego.

¿Quieres que te remuevan esas balas incrustada en el cuerpo sin preguntas?, ellos eran tu tipo, tal es la desesperación para evitar ir a la cárcel, que elegirían hacerse atender con servicios médicos ilícitos. Incluso si las condiciones del lugar donde se llevan a cabo tales procedimientos no son los idóneos, incluso si las herramientas utilizadas para tal vital labor tampoco eran las adecuadas.

Y aquí me encontraba, en un mundo fantástico, haciendo de un intento de cirujano clandestino con una paciente semihumana para sacarle unos perdigones en la zona abdominal, una mesa se hallaba a mi lado, con un plato encima, numerosas vendas, una botella color ámbar llena de licor y un lingote de hierro. Del lingote produzco a través de mi ESP lo que se denominaría una pinza semejante a las de instrumentales quirúrgicos utilizados en quirófano.

Pero con un añadido especial, mi habilidad esper me permite manipular ciertas propiedades de los metales, no poseo capacidades como transmutar el cobre en oro u otros tipos de metales, pero sí de manejar su grado de dureza y el magnetismo en este. En simples términos, incorpore en las pinzas una fuerza magnética para facilitar la extracción de los perdigones incrustado en el cuerpo de la Anubian.

Si decidiera sacarlo simplemente por mera fuerza, existe el riesgo de que termine por un movimiento brusco dañarle más los tejidos de lo que ya están. Pero con la ayuda del magnetismo, estos se pegaran a la pinza para poder retirar el proyectil sin tener que aplicar demasiada fuerza de mi parte, solo debo tener cuidado en el proceso. Por supuesto, eso no evitara que haya sangrado o lesiones (mínimas), pero son daños menores comparado a otras opciones.

— ¿Cómo hiciste eso?, pensé que eras un no mago –La propietaria pregunto con curiosidad y cierto asombro tras ver la manipulación del lingote que realice cerca de ella.

— ¿Quieres salvar a tu protectora?, no hagas preguntas que no te incuben y céntrate en esto –Fue mi contestación inmediata.

Comencé a mover con detenido cuidado las pinzas hacia la primera de varias heridas en el pecho de la Anubian, mis manos temblaban pero a un ritmo reducido, es el mismo temblor que sentía cuando dispare un arma de fuego la primera vez. Al meter las pinzas dentro de la primera herida, la inconsciente Namida aun en su estado, reacciona moviendo levemente brazos y piernas, como también expresando en su rostro su dolor.

—"Esto va a ser problemático".

Pude sentir mediante el tacto del metal, que la pinza hizo contacto y atrajo al primer perdigón, al retirarlo, la herida comienza a perder sangre, una consecuencia prevista. Destapo la botella de alcohol y se la aplico en la herida, la Anubian sintiendo el dolor aun en su inconsciencia, comienza a agitar sus extremidades en respuesta.

— ¡Que alguien la agarre de los brazos y piernas!, ¡y que otro se encargue de vendar la herida sangrante!.

Amira entonces le dio órdenes en su idioma a los dos magos con artes curativas de mana y a dos sirvientas responsables de traer todos los elementos que utilizo para este procedimiento. A los dos primeros (lo magos) les indico que sujetaran los miembros superiores e inferiores de la semihumana y a los restantes de aplicar los vendales en la zona con hemorragia.

— ¿¡Porque le hechas la bebida en la herida!?, ¡está sufriendo! –Exclamo Amira con quejosa angustia.

— ¿¡Quieres que sobreviva!?, ¡trata de no desconcentrarme! –Vocifere como protesta ante su queja.

En este mundo son consiente de que una herida con suciedad es propenso a causar enfermedades, pero desconocen el mecanismo biológico de la causa, pues Avalia aún no domina el concepto de "microorganismos". Con la alquimia se crearon diversas medicinas para tratar heridas sucias, pero es más que seguro que desconozcan las propiedades del alcohol como un buen desinfectante.

Sin embargo, no es una desinfección del 100%, por no mencionar que su misma propiedad en contacto con el tejido causa que la cicatrización sea lenta, pero en este caso, es mejor una larga recuperación a una infección segura que te mate a futuro. Si no aplico la medicina creada por la alquimia en este caso, es porque desconozco sus propiedades desinfectantes en heridas bastantes abiertas (y varias de ellas), si por algo uso el alcohol en su lugar, es por las numerosas fuentes que he leído sobre actos clandestinos como estos que hayan resultado más bien que mal.

El primer perdigón fue retirado y lo dejo en plato, me veo obligado a tener que sacarlo de la pinza con la otra mano, dado a que la fuerza magnética del instrumento lo tiene bien sujetado. Procedo entonces a repetir el mismo procedimiento con las demás heridas, los nervios me invaden, el dolor de la inconsciente Anubian hacia que se agitara con más brusquedad y Amira no paraba de preocuparse.

—¡¡Está sufriendo más!! –Manifestó con inquietud la propietaria de pelo turquesa.

—¡Tus quejas no me están ayudando Amira!.

Los minutos pasan, el sudor baña mi frente, voy removiendo perdigón por perdigón, echar alcohol, las sirvientas cubren la herida y evitan el sangrado, finalmente doy con el último. Los magos que la sujetaban tuvieron que usar fortalecimiento para mantener a la inquietante Namida quien se movía por reflejo de su dolencia.

—Está hecho… -Coloco el ultimo proyectil en el plato.

Fue pura suerte, ninguno de los perdigones milagrosamente llego a perforarle algún órgano, el más cercano estuvo próximo y casi de impactarle en el hígado.

— ¿Ahora estará bien? –Pregunto una insegura Amira.

—Acabo de realizar un procedimiento riesgoso por primera vez en toda mi vida, con un conocimiento MUY LIMITADO del tema, ¿crees que soy adivino? –Conteste con sinceridad —Ahora todo depende de la Anubian, dile a tus magos que comiencen a hacer uso de su poder de sanación sobre ella.

Amira les ordenó a sus magos a proceder con su magia curativa de principio básico, ellos al llevarla a cabo, uno le habla a la mujer de cabellera turquesa y la propietaria emocionada afirma que la curación comienza a actuar de manera regular como debe. ¿Entonces la semihumana se salvara de esto?, podríamos estimarlo en un 50 a 50.

Todo depende del sistema inmunológico de la Anubian, desconozco si son como los de los humanos o mejor, pero esta "cirugía" llevada a cabo sin los medios médicos de higiene necesaria, aún existen posibilidades de que una potencial infección. Es por eso, que ahora todo está en manos de las defensas naturales del organismo de Namida, para darle guerra sin cuartel a los potenciales belicosos microrganismos infecciosos.

Noto que en la puerta se encontraba el hombre calvo corta y punto purpura en la frente, Adil, si mal no recuerdo era su nombre, miraba fijamente hacia nosotros, ¿llego recién o estuvo todo el tiempo observando?.

—A… mi…ra… Ami…ra… -Pronunciaba la dormida Anubian.

La propietaria sujeto su mano, hablándole en su idioma con serenidad, era como ver un paciente tras una operación siendo visitado por parientes y conocidos. Ya no tenía razones para seguir aquí, en eso el hombre calvo llamado Adil con el asentir de su cabeza me indica seguirle, ¿adonde?, estaba por averiguarlo.

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Lo ideal no habría sido haberle seguido por cuestiones de confianza, quien sabe qué clase de trampa me habría metido, aunque llevaba la TEC-9 y la escopeta recortada conmigo, toda preocupación nunca viene de más. Termine llegando a una habitación del segundo piso donde junto estaba ocupado por 3 hombres de túnicas blancas y turbantes del mismo color.

Me eran familiares y no tarde en saber porque, esos hombres que estaban en la habitación, vestían de la misma forma que los agresores que atacaron a los esclavistas y mismo que dispararon una flecha a la carreta donde Riha y yo estábamos apresados. Pero sobre todo, en la espalda de su vestimenta, llevaban la misma marca de una figura, era como la de un hombre sin rostro ni cabello, carente de piernas y con seis brazos, cada una empuñando un sable.

Adil hablaba con ellos, dado a que era incapaz de entenderle, solo me sitúe a un costado de la pared, escuchando y en constante alerta, no disimularon sus miradas hacia mí, no sé qué les dirá ese hombre calvo, pero seguro algo que despertó su interés hacia mi persona.

—Siento la tardanza, ahora podemos comenzar con la reunión.

Amira había llegado a la habitación, ella haría de intérprete en esta charla, dado a que es la única capaz de hablar con fluidez mi misma lengua, de ella depende que entienda todo lo que se diga o hable en esta reunión. Adil fue la primera persona en comenzar con el dialogo, me quede al margen hasta la hora en que fuera traducido oralmente por la propietaria.

Primero se me explico (a través de Amira) la situación en el reino de Quíatar, la cosa es más o menos así, en el pasado, toda la región donde yace El corazón del Oasis (ubicado en el lado oeste del reino) fue gobernado anteriormente por un benevolente Azim Alnabil, Aqrame Shatuuel.

Según describen, es considerado justo, sincero y de humilde origen, poseedor de un nato talento para gestionar varios pueblos y de un carisma incuestionable que le daba el afecto de su gente. Esto llamo la atención del sultán quien le otorgo por sus destacadas capacidades, el puesto de Azim Alnabil para dirigir la ciudad de Askaatab y los pueblos cercanos a la región, del cual el corazón del Oasis esta anexado.

Fue entonces que un nombre popular empezó a llenar a oídos de todos, Muer Afigad, perteneciente a un reconocido linaje de Alnabil de clase alta con numerosos antepasados ligados al surgimiento de esta nación. Los Afigad, deben su fama y poder gracias a su natural talento en el manejo de la económica del reino y su capacidad de abrir relaciones comerciales internacionales con otros reinos, ya fueran de este u otro continente.

Muer Afigad dirigía la ciudad de Naar´thue, ubicado en el sur del reino, pero su influencia crecía considerablemente con el pasar de los años, Alnabil de todas las clases se afiliaban a él, su política llenaban las arcas de los nobles. Pero a consecuencia afectada con mayor negatividad el estilo de vida de plebeyos y en especial semihumanos.

La clase plebe como mineros o granjeros, solo podían ganar lo suficiente para sustentar sus necesidades básicas como comer y un techo donde dormir, solo aquellos con oficios de artesanos y soldados, tenían posibilidades de permitirse un mejor capital. Dichas chances aumentaban si eras un mago de mínimo Nivel C, los nivel D recibían casi el mismo trato que no magos.

Otra forma de ganarse una vida cómoda como plebeyo, era la vida como aventurero, desde la caza de bestias mágicas, recolección de materiales, trabajo de protección a nobles o la subyugación de bandidos, eran de las tantas actividades de las cuales un gremio de aventurero de este reino disponía.

En resumidas cuentas, si naces como plebeyo bajo la política de los Afigad, es mejor que olvides la idea de poder darte algún que otro lujo o placer con los ingresos que hagas de tediosos trabajos con largas jornadas casi inhumanas. Por no mencionar que los trabajos pesados, como ser mula de carga, asistente de herrero, minero o incluso un granjero, son propenso a lesiones físicas o acumulación de tensión que a la larga producirá daño irreversible en músculos como huesos y la atención médica es solo un lujo para aquellos que puedan pagar.

—Vaya, es la tierra prometida este lugar –Hable con un tono sarcástico.

Los semihumanos eran lo que peor trato tenían, para empezar no podían adquirir el título de Alnabil, ni aunque contribuyeran inmensamente con excepcionales habilidades administrativas o tuvieran grandes fortunas. Son vistos por meramente como una "existencia inferior" del cual solo sirven para trabajos que apliquen fuerza bruta, ya sean como mineros o soldados (sin la posibilidad de que puedan adquirir rangos militares altos).

Con una económica sustentable, los territorios de Muer Afigad podían gozar de una mejor seguridad con mayor número de tropas y guardias que están mejor equipados, una considerable reserva alimentaria como también de agua (recurso indispensable) y artesanos más hábiles (sastrería, joyería, herrería normal y arcana, etc).

Los territorios de Aqrame Shatuuel en cambio, aunque no gozaban de la superioridad económica de Muer, sus tierras que eran abundante para la agricultura, ganadería y con depósitos subterráneos de minerales (cobre, hiero, cristales de mana, etc). Sus habitantes plebeyos sin embargo, gozaban de mejor trato, tal como mejor paga en sus labores (incluso como minero), menor discriminación por parte de las clases sociales altas y la posibilidad de ascender a puestos de trabajos más prestigiosos si se posee las facultades necesarias.

Cabe destacar que los semihumanos en sus territorios no sufren tanta discriminación, ya que el mismo Aqrame permitió a un Anubian ser miembro de un consejo dedicado a la administración pública de la ciudad y los poblados en las cercanías de Askaatab. Incluso un plebeyo que tras aprender a leer y escribir, con su propio esfuerzo consiguió liderar uno de esos pueblos bajo el nombre de su Azim Alnabil.

Su territorio prosperaba con normalidad, aunque no podían igualar en términos de economía, recursos o fuerza militar el poder de los territorios bajo el dominio de Muer Afigad, lo compensaba brindándole a sus residentes más humildes un estilo de vida favorable. Y entonces un día en los dominios de Aqrame alguien se le apareció, con una propuesta acompañada de grandes sumas de dinero y solo una condición.

—Aceptar la política Afigad –Hablo Amira.

El mismísimo Muer Afigad, cuya influencia ya cubría todo el sur y también el este del reino, quería ahora tener cierto dominio sobre los terrenos de Aqrame Shatuuel. Aqrame seguiría gobernando sus tierras aún bajo las palabras y leyes tanto del sultán, pero obedeciendo ahora la forma de gobernar de las áreas de Afigad.

Eso significaría que la clase Alnabil dominaría en cuestión de privilegios sobre sus tierras, los plebeyos ya no tendrían ese modo de vida prospero del que gozaban bajo su forma de gobierno. Los semihumanos perderán su ventaja de ser favorecidos con mejores estatus sociales, para solo permitírsele trabajos que aplique solo el uso de su fuerza.

Por supuesto, eso significara que sus dominios gozaran de considerable riqueza, una mejor fuerza armada y la disponibilidad de más recursos como comida y agua, también obtendrá accesos a tratos comerciales extranjeros personales (bajo la autorización de Muer). Tan solo debía firmar unos papeles que validara la política de Afigad en su forma de gobierno, entonces sus bolsillos gozaran de fortunas de por vida y su dominio prosperada a costa de sacrificar la felicidad de sus plebeyos.

—Su respuesta fue…

Rechazo tal oferta, aunque sus terrenos nunca igualaran la notable productividad de Muer, estaba más que satisfecho con saber que su gente vivía con grata comodidad. Pues este hombre era alguien que creería que todo individuo sin importar su clase o que fuera semihumano, con tener buena voluntad y autorrealización, merecían por sus esfuerzos y méritos tanta igualdad como un Alnabil que no hace nada y tiene prestigios solo por nacer en una clase acomodada.

—Todo un visionario, es buen tipo –Opine.

—Sin duda lo fue… -Comento Amira.

Tres años después de rechazar la propuesta de Muer Afigad, Aqrame Shatuuel es encontrado un día muerto en su cama, no había indicios de que sufriera una muerte violenta física o mágica. Se sospechó incluso sobre utilización de discretos venenos para asesinarle, pero especialistas alquímicos tras varias pruebas, no encontraron rastro alguno de toxina en el cuerpo.

Dado a las circunstancias su muerte fue considerara no como asesinato, sino por una causa natural, pero eso no evito que se levantan sospechosa por parte de los ciudadanos de los territorios de Shatuuel. Todos y cada uno de ellos tenían una conclusión en común.

—Fue obra de Muer Afigad –Concluí de mi parte.

—Sí, pero sin pruebas que pudieran refutar tal acusación, el sultán no podría tomar acciones contra Muer –Explico Amira.

Han pasado 7 años desde la muerte de Aqrame Shatuuel, un año antes de que falleciera, empezó a sentirse más fatigado que de costumbre, y días antes de fallecer, pasaba más tiempo en cama que despierto. Tal coincidencia no dejaba de ser bastante sospechosa, pero sin forma de comprobarlo, solo eran meras conjeturas.

—Con la muerte de Aqrame Shatuuel, Askaatab necesitaba un nuevo Azim Alnabil, es entonces que la influencia de aquella persona ante el sultán, consigue que alguien asuma ese puesto… -Relata Amira con un deprimente suspiro.

—Déjame adivinar, el nuevo Azim Alnabil aplico la forma de gobierno de la política Afigad.

—Sí, y los drásticos cambios no tardaron en llegar…

Todos los puestos administrativos, tanto en el ámbito social y económico, que albergara a un capacitado individuo de origen plebeyo, fueron reemplazados por un Alnabil de clase media o alta. Los semihumanos por su parte, ya no podían practicar oficios burocráticos de ningún tipo, solo se les permitían trabajos que aplicara el uso de su fuerza física.

— ¿Acaso la gente no se quejó con su nuevo gobernante y su manera de dirigirles? –Pregunte.

—Lo hicieron, un conflicto entre plebeyos y Alnabil de clase baja se alzó contra el nuevo Azim Alnabil y sus súbitos –Contesto Amira.

Un conflicto civil se manifestó con el disconforme de la inmensa mayoría de los ciudadanos, cobrándose la vida de numerosas personas, del cual inocentes que nada tenían que ver con tal lucha terminaron perecieron en medio de las contiendas. Más de la mitad de las fuerzas armadas eran leales al fallecido Aqrame Shatuuel y con el apoyo de los plebeyos junto a los semihumanos, confrontaron contra las fuerzas del nuevo Azim Alnabil.

—Al principio la victoria parecía estar a la mano de aquellos que aún mantenía firme la manera de gobernar de su amado líder, pero entonces… -Amira apretó sus puños con frustración.

El nuevo Azim Alnabil fue apoyado con las fuerzas armadas de otros territorios, del cual aplicaban la forma de gobierno de Muer Afigad, entonces la lucha empezó a inclinarse por el bando enemigo. El conflicto duro varios meses y finalizo con la inminente victoria del actual gobernante de Askaatab, la política Afigad ondeo entonces en toda el área.

Tras 7 años desde aquella derrota, los fieles partidarios de los ideales de Aqrame Shatuuel aun vivían, una resistencia en las sombras combate contra la actual opresión de los actuales gobernantes. Su misión es recuperar todas las tierras que alguna vez pertenecieron a su benevolente y fallecido regente, que su ideal vuelva a instaurarse sobre estos dominios y la gente humilde vuelva a vivir aquellos días de regocijo.

—Pero las cosas no han hecho sino complicarse… -Recalco Amira.

Hace 2 años, el sultán Muaqhad Al-dub II Kalize murió, fue encontrado muerto en su cama, las circunstancias oficiales consideraron que su muerte fue por causa natural. Eso conllevo a que su único primogénito, Alistary Al-dub III Kalize asumiera el trono a una prematura edad de 15 años.

— ¿Solo un primogénito?, pensé que como sultán tendría muchos hijos –Opine con cierta sorpresa.

—Los tenia, un total de 12 descendientes –Amira revelo.

9 varones y 3 mujeres, 4 de ellos desaparecieron en circunstancias misterios y sin dejar rastro alguno (1 varón y las 3 únicas mujeres), 7 murieron en batalla territoriales contra el reino vecino Learis, tratando de ganarse el favoritismo de su padre mediante méritos militares. Eso dejo solo al único descendiente vivo y para empeorar las cosas, el sultán ya tenía problemas con concebir nuevos hijos con sus concubinas.

Aunque Alistary Al-dub III Kalize asumió el trono, era muy joven para gobernar, en su lugar el reino de Quíatar era dirigido por el "Consejo de la duna", un conjunto de 10 sabios fieles a los sultanes. Cumplen su función como fuentes de conocimientos que asesoran al monarca principal y hacen de su voz en todo el reino.

—Entiendo que el sultán haya muerto y uno joven asumiera el trono, pero siendo incapaz de gobernar hasta cumplir la mayoría de edad, ¿pero eso que tiene que ver con Muer? –Pregunte.

—Las circunstancias en que murió el sultán Muaqhad Al-dub II Kalize, eran similares a las de Aqrame Shatuuel –Afirmo la propietaria.

Un año antes de que el sultán falleciera, empezó a mostrarse menos en público, pasaba más tiempo encerrado en su palacio, dejando al consejo de la duna desenvolver los eventos a su nombre. Muchos sospechaban que el sultán era víctima de una enfermedad, pero no querían que tal trágica noticia saliera a la luz, alimentando el temor de su gente y dándole motivaciones al reino de Learis para invadirles.

—Muer Afigad, ¿verdad? –Pregunte entonces.

La influencia de Muer Afigad ha alcanzado casi todo el reino, muchos Alnabil y Azim Alnabil han reavivado sus tierras bajo la forma de gobierno con las políticas Afigad. Se especula, que el plan definitivo de Muer, es eliminar con total discreción y fuera de toda sospecha al descendiente restante del fallecido sultán, Alistary Al-dub III Kalize. Con su muerte, el podrá asumir el trono como nuevo sultán y su linaje gobernara como el monarca principal en generaciones futuras.

Si este hombre llega a convertirse en la figura de autoridad más alta de este reino, el futuro de aquellos de clase baja y los semihumanos, será un desenlace trágico y sombrío. Lo peor es que según la propietaria, Muer tiene tal cantidad de poder e influencia en toda Quíatar, que incluso los Muhaqdad están a su servicio personal.

— ¿Qué son los Muhaqdad? –Con duda consulte.

—Las autoridades máximas del ejercito de nuestro reino –Me respondió Amira.

Se podría asumir que "Muhaqdad" era un título semejante a general de todas fuerzas armadas de Quíatar, en total tres ocupaban ese puesto a la vez y eran considerados los guerreros más fuertes de todo el reino. Esos mismo guerreros, ahora están de parte de Afigad y más concreto, de que su plan para convertirse en sultán sea un éxito.

—Caramba, literalmente están jodidos –Con sinceridad opine.

—Quizás, pero siento decirte que también estas anclado en ese jodido dilema –Amira opino.

Los ojos y oídos de la autoridad de este noble codicioso estaban presente en cada zona clave que precisaba para regresar a mi continente, ciertamente, estaba atrapado aquí.

—"Me he involucrado en un tremendo problema" –Pensé con intranquilidad.

Todo se resume en una lucha contra un régimen opositor, y el bando en el que estaba, era considerado por el reino en general como "rebeldes". Es decir, Insurgentes y enemigos jurados de toda Quíatar.

—Esto es una broma, me siento como en una parodia, lo último que quisiera es jugar a ser el "chico al-Qaeda" –Exprese mi disgusto en voz alta.

— ¿Al-Qa… como dices?... –Replica con confusión la propietaria.

—Al menos díganme si su "grupo rebelde" logro hacer algún avance en todos estos años, ¿tienen algún plan formulado minuciosamente?, ¿cómo pretenden vencer a alguien que prácticamente tiene más poder económico, territorial y militar?.

Amira miro unos momentos al tal Adil, el hombre calvo asiente su cabeza y la propietaria vuelve su mirada hacia mí.

—Tenemos un plan que se ejecutara muy pronto… -Amira me confirmo.

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PERSPECTIVA: Tercera Persona

2 Semanas después – En alguna parte de Quíatar…

Bajo el manto de la noche sobre un frio desierto, Rozuel y Riha se encontraban caminando vistiendo ambos una túnica, el esper en sus manos sujetaba un rifle francotirador equipado con un silenciador y una mira telescópica.

A más de 600 metros a la distancia, se hallaba ante el dúo una inmensa fortaleza custodiada por numerosos guardias tanto en el interior como su exterior. Viento con arena soplaba moderadamente fuerte en el ambiente.

—Se aproxima la tormenta… -Anuncio Riha mirando a su alrededor.

—Es hora –Dijo Rozuel.

Roz asume una posición de cuerpo a tierra, acto seguido apunta con el rifle francotirador a uno de los guardias de la fortaleza.

—Que dé comienzo la operación –Afirmo el esper con el jalar del gatillo del arma.

Continuara…

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