Yoongi
—¿No te cansas de esto?— preguntó Parker.
Yoongi golpeaba repetidas veces el saco de boxeo. Una vez que terminó de practicar con las armas en un salón especial, se dirigió al gym del edificio junto a Parker para seguir entrenando. Perder el tiempo en ocio no está dentro de lo que suele hacer para matar su tiempo libre. Si bien les dijeron que no era bueno presionarse un día antes de una misión, Yoongi le dio la misma importancia que un adulto a un documental del cartón secándose. Cero. Las palabras del líder del equipo le entraron por un oido y le salieron por el otro.
Para él entrenar había quedado plasmado en su cabeza. Era lo que hacía a diario aunque fuese por poco tiempo. Los hábitos no se pueden cambiar. Además, Parker no se opuso a ello. Incluso cuando la notó cansada ella le dijo que estaría con él. De cierta manera tocó el corazón de Yoongi, pero prefirió no mostrar reacción alguna, como siempre.
—No— respondió el chico—. Desde antes de entrar aquí me enseñaron que uno nunca debe dejar aquello que lo hace fuerte. No puedo dejar de entrenar, ya se me ha hecho un hábito.
—Ah, ¿solo eso te hace fuerte?
—Tú piensas de la misma manera— acusó—. Cuando te conocí solo querías volverte más fuerte, mejor. Te le vivías aquí, golpeando este mismo saco por horas.
—¿Me observabas?— Parker se recostó en la banca junto al saco que Yoongi golpeada repetida veces.
—No era a propósito— excusó después de unos segundos—. Creo que ni siquiera yo conozco la razón detrás de eso— golpeó aún más fuerte—. Tal vez detestaba que estuvieras sola.
—Lo dice un lobo solitario— rió sarcástica.
—Tengo a Jungkook— objetó—. Él es suficiente.
—Ouch— quejó la chica—. Gracias.
Yoongi se dio cuenta de la idiotez que dijo. Dejó de golpear el saco de boxeo y cerró los ojos en señal de frustración. Incluso si Parker solo estaba siendo sarcástica respecto al tema, Yoongi no pudo evitar sentirse culpable. No es bueno con las palabras. Ella es importante para él, más de lo que parece, pero no sabe cómo hacérselo saber. ¿Flores, cenas románticas, escapadas? Él no sirve para eso, ni siquiera cree que Parker sea el tipo de chica que busca a ese tipo de chico. Se enamoró de él por ser como es, ¿no? No hay necesidad de cambiar.
—Me refiero a que, después de distanciarme de Daehyun, Jungkook estuvo ahí para mí— explicó Yoongi—. Incluso si él también tenía sus propios problemas, no me dejó solo. Intenté hacerlo a un lado, pero no funcionó. Se puede decir que es mi mejor amigo, confío en él. No creí que existiera alguien además de él que se pudiera ganar mi confianza. Luego apareciste tú.
—Puedo decir prácticamente lo mismo— justificó ella—. Cuando era pequeña un hombre solía acosarme— Yoongi la miró buscando una explicación, ¿qué clase de depravado acosa a una niña?—. De poco a poco fue aumentando el grado de sus palabras y acciones. Mi madre temió por mi seguridad y me mandó con Justin. No confiaba en él, no confiaba en Namjoon, no confiaba en Taehyung y sigo sin confiar en la vieja castrosa de Eleonor— rió ante esta última—. Solo confiaba en mi madre. Al pasar el tiempo aprendí a confiar en aquellos a quienes ahora llamo hermanos y en aquel a quien ahora llamo padre. Luego apareció Jimin, como Tae confiaba en él yo también lo hice. Estar en un equipo me hizo pensar que debía dejar a un lado mi falta de confianza. Confío en todos, pero ninguno se compara contigo— bostezó al final de sus palabras.
—Ve a descansar— pidió el chico un poco preocupado—. Necesitas estar lista para mañana— besó los labios de Parker delicadamente.
Parker respondió el beso como si se tratase de un reflejo. Tomó al chico de la nuca y profundizó el toque de sus labios. Yoongi no protestó, pues tomó sus mejillas entre sus manos. Él es frío, calculador y violento; pero alguna vez fue frágil, cálido y con una sonrisa que encantaba a todos. Parker no pretende que vuelva a eso, se enamoró del él de ahora. Ella lo ama y él la ama. No hay dudas. Solo existen las cosas no dichas, y a veces esas pueden ser el detonante.
—Te amo— dijo por primera vez la chica al separarse del beso.
Era la primera vez que los decía en voz alta. Ambos sabían los sentimientos del otro, pero no lo habían puesto en palabras. Por lo mismo, Yoongi entró en una clase de transé por un momento.
—Me voy a dormir, pero no te quedes despierto hasta tarde— pidió.
Yoongi asintió. Vio a la chica tomar una botella de agua, subir las escaleras del gimnasio y desaparecer tras la puerta que la llevaba al lobby de los dormitorios. Verla irse hizo que le doliera el pecho. No puede dejarla, no quiere. ¿Cómo se supone que llevará a cabo su cometido y la deje ir? No la quiere perder. Sin embargo, ese puede ser el último beso que reciba de ella.
Con frustración, Yoongi golpea el saco de boxeo hasta tirarlo del soporte y este terminara en el piso. Se pasó las manos por el cabello sin importarle estar lleno de sudor. Pateó la banca, en la que previamente reposaba Parker, y esta se rompió por la mitad.
—Si no dejas de romper cosas quedarás en deuda con Justin Turner— dijo una voz proveniente de las sombras.
—Lárgate, a quien menos quiero ver es a ti— rugió Yoongi.
—Bien, solo me quedaré aquí, en la oscuridad, para que no me veas— rió—. Después de todo, no me notaste llegar minutos antes de que Parker se fuera.
—Escucha. Ya tengo suficiente con lo qué lidiar como para tenerte en mente ahora. Te pido que te vayas— dijo entre dientes.
—¿Y perderme la diversión?— el chico salió a la luz—. Nah, hace mucho que dejé de darte el gusto.
—Daehyun, en serio no estoy para esto— Yoongi comenzaba a perder paciencia.
—¿Por qué? ¿Porque mañana tienen su dichosa misión?— bufó—. Escúchame bien— se acercó sin vacilar—. Ambos sabemos que tu final llega mañana. Por fin se te va a caer tu máscara, todos te darán la espalda, yo habré tenido razón, perderás a tu mejor amigo, y Parker te mirará con desdén y disgusto. Nadie en esta organización lo nota, pero yo sí. Desde Hyomi he sabido que andas en algo grande. No quise cuestionarte porque te consideraba mi mejor amigo. Tu comportamiento dio un giro tan drástico que me fue imposible no sospechar de algo— empujó al chico por el hombro—. Tú te diste cuenta y me apartaste por eso. Sin embargo, toda la información que recaudé me dice que mañana es tu fin. Podría haberte delatado, pero no sería divertido verte ser miserable— escupió seguro de sus palabras.
Yoongi no se movía de su lugar. Odiaba a Jung Daehyun. No puede negar que ha hecho un buen trabajo investigándolo, sabe más de lo que dice. Si tan solo hubiera tenido un ojo en él nada de lo que ocurre ahora estaría pasando. A fin de cuentas, le está dando el gusto de verlo dudar de sus decisiones y de que sea tan pequeño comparado con él. Ya no puede hacer nada. No es como si Daehyun mintiera.
Mañana todo se acaba.
🍬🍷🍬
Parker
Las puertas del elevador se abrieron frente a mi. Un bostezo salió de mi boca. Ayer no dormí por todo el asunto del estrés sobre la confirmación del plan. Estaba nerviosa y esos mismos nervios no me dejaron dormir.
Estaba cansada. Yoongi me dijo que lo acompañara a entrenar y así hice. Solo aguanté un par de horas, el sueño comenzaba a hacerse presente, así que lo despedí y subí para ir a dormir. Siento mis pies pesados. No puedo levantarlos, por lo tanto el sonido de la suela arrastrándose por el piso es lo único que se escucha en el pasillo. Cuando estoy por entrar a mi habitación, la puerta de enfrente se abre. Una mano sale de esta y me jala hacia dentro.
Ni siquiera tengo la energía para luchar contra Jungkook, quien me ha metido a su habitación. Vuelvo a bostezar en señal de sueño. Podría dormirme aquí, pero no sería muy conveniente.
—¿No dormiste anoche?— preguntó Jungkook sentándose en su cama mientras yo permanezco en la de Yoongi.
—No. Estaba demasiado estresada y un tanto nerviosa con lo de la aprobación de mi padre hacia el plan. Bebí un poco para calmarme, pero aún así no pude pegar un ojo en la noche— mi voz se iba apagando a medida de que hablaba—. ¿Hay alguna razón por la cual me trajiste aquí?
—¿No puedo simplemente verte?— dijo mirando hacia otro lado.
—Lo haces todos los días— respondí obvia.
—Con los demás— enfatizó—. Realmente la única vez que hemos estado solos fue cuando te traje desde la base a las afueras de la cuidad— volvió a mirarme.
—En eso tienes razón— le di un punto a favor—. Fue agradable estar contigo. Te ves tan maduro y rudo en el exterior que no me imaginaba que una canción te pusiese a cantar y bailar cual crío. Te veía feliz, un tanto adorable.
—No soy adorable— refutó—. Encuentra algún otro adjetivo para describirme— pidió—. Pero ya que lo dices, puedo decir lo mismo de ti. La primera vez que te vi, en la pelea contra tu padre, creí que eras una chica obstinada que solo quería que su padre la consintiera— fruncí le ceño ante sus palabras—. Luego comencé a conocerte, incluso si solo era indirectamente. Vi que tienes un lado amable, eres divertida, una buena amiga. Incluso comencé a verte de manera diferente.
—Bien dicen que las apariencias engañan— arrastré las palabras.
—Parker— llamó—. Mañana tenemos algo importante. Incluso podemos perder la vida en el proceso. Quiero agradecerte— dijo al fin—. Por hacer feliz a Yoongi, desde que lo conozco no se había comportado como lo hace contigo. No estoy diciendo que como quiera no le partiré la cara si se atreve a lastimarte, pero espero no tener que hacerlo nunca. Aún no sé mucho de él, me limita sobre él, pero aún así lo considero un hermano mayor— sonrió—. A lo que voy es que, confío en él y confío en ti— me miró directamente a los ojos—. Haría lo que fuese por ambos. Y si tuviera que elegir-
Puse un dedo en sus labios para evitar que siguiera hablando. Estaba cerca de su rostro. Sus ojos me miraban expectantes.
—Dímelo después de la misión— pedí—. Yo también confío en ti. Me debes una respuesta, no se te vaya a ocurrir dejarme con la duda— advertí preocupada.
Él solo asintió. Me alejé al mismo tiempo que me paraba de mi asiento. Pasé mi mano por su cabello y le deseé buenas noches. Salí de su habitación. Entre a la mía, me quité la ropa, me puse la pijama y caí rendida en la cama. Por un momento logré ver que Taehyung no estaba en su cama. Me preocupé, pero mis ojos se cerraron y caí en un profundo sueño.