Parecía que el cielo se había oscurecido. Ya estaban en un valle. Las nubes oscuras y los vientos fuertes hicieron que todo alrededor de ellos se viera negro a medida que el aire se volvía más pesado.
No tuvieron tiempo para reaccionar cuando vieron un relámpago morado golpear el centro de la frente de Negrillo. En el momento siguiente, un símbolo rojo apareció entre sus cejas. Se veía igual a la imagen esculpida en el amuleto de jade.
—¡En efecto es el sello del Dios Demonio! —exclamó Lonemoon. Él nunca había creído que un cántico tan soso fuera capaz de activar el sello del Dios Demonio. ¿Entonces era verdad que mientras uno fuera al menos un Emperador Celestial, se podría obtener el sello?
Negrillo subconscientemente tocó su frente y contempló el resto de su cuerpo. Por suerte, no había perdido ningún miembro o meridianos. Dio un suspiro de alivio y se dio vuelta mirando a Shen Ying para decirle:
—Diosa exaltada, Yo no-
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