*CRUJIDO*
Dorian hizo sonar sus labios mientras terminaba de tragarse la almeja marrón del tesoro, satisfecho con su sabor. Escupió unos trozos de concha, lamiéndose los labios.
El derrotar a la almeja había resultado fácil, una vez que estaba acorralada, incapaz de escapar. Desafortunadamente, no había encontrado ningún tesoro raro dentro de ella como lo había hecho con la otra almeja.
—Salamandra roja – Etapa de crecimiento: (4/5) adulto maduro. Progreso de crecimiento – 757/956-
Mientras mentalmente revisaba su matriz de hechizos del alma, notó que su progreso de crecimiento había avanzado una vez más. No estaba lejos de llegar a la quinta etapa de desarrollo completo. Parecía que las almejas eran bastante nutritivas, en lo que respecta a energía.
—Almeja marrón del tesoro (Etapa de crecimiento 2/2) Veneno: cantidad almacenada: 63 ml
También había obtenido un poco más del veneno de la almeja marrón del tesoro. Todavía no tenía un uso para eso, por lo que mentalmente lo dejó a un lado, enfocándose en lo que estaba frente a él. Los huesos del anciano mago muerto, y la bolsa debajo de ellos.
La primera cosa que agarró fue la bolsa delante de él, asumiendo que contendría cualquier tesoro que existiera. Su sentido del tacto no era tan hábil como cuando solía ser un humano, pero cuando levantó la bolsa, pudo sentir una sensación áspera y curtida. A pesar de su apariencia de una bolsa vieja y mustia, aún era resistente y estaba sin daño alguno.
Había un broche al final. Lentamente lo abrió, usando sus garras con cuidado. No era tan hábil en el manejo de las cosas como lo sería si tuviera manos humanas.
La bolsa comenzó a temblar tan pronto él la abrió. Abruptamente, un torrente de aire pequeño salió disparado, y la bolsa cayó al suelo, donde quedó inmóvil. Dorian la miró confundido, levantándolo lentamente de nuevo.
—Parece ser una bolsa de almacenamiento dañada que fue saqueada hace mucho tiempo. Puedo detectar restos remanentes de artefactos y herramientas poderosos que alguna vez existieron en su interior. La bolsa en sí parece haber tenido un candado en ella que fue dañado hace muchos años, muy probablemente durante el saqueo —dijo Ausra en su cabeza—. El espacio en la bolsa colapsó completamente cuando la abriste. Alguien o algo parece haber vaciado este tesoro antes de tu visita aquí.
Dorian miró la bolsa abatido. Después de recorrer todo el camino hasta aquí, ni siquiera logró encontrar el tesoro que el anillo había mencionado. Alguien ya lo había encontrado, y hace mucho tiempo también. Suspiró. Parece que no siempre podía ser afortunado.
Miró hacia atrás a los huesos, viéndolos con curiosidad. No parecían ser diferentes a un grupo de huesos normal, de color blanco tiza y envejecidos. Parecía que el mago que aquí había muerto debía haber fallecido hace mucho tiempo. Aparentemente, las personas que saquearon su cadáver no tenían ganas de enterrarlo. Tocó el hueso, decidiendo que al menos enterraría al hombre, como agradecimiento por la energía que le dio el anillo que encontró.
Tan pronto como tocó los huesos con su garra, su matriz de hechizos del alma destelló. Abruptamente, Dorian se sintió temblar, tropezando al retroceder con miedo.
Los huesos delante de él emitieron una sensación sobrecogedora de poder y admiración. Aún cuando lo sintió solo durante un latido del corazón, casi hizo que se desmayara por el miedo.
—Has descubierto los restos de un cadáver humano pseudo-Auctoritas. El aura espiritualizada remanente está impregnada en los huesos, pero la matriz de hechizos del alma y el linaje hace tiempo que abandonaron el cuerpo —informó la voz de Ausra en su mente.
Dorian miró los huesos con asombro. Con solo tocar por un instante el cuerpo de un poderoso humano muerto hace mucho era suficiente para dejarlo inconsciente, incluso con este poderoso cuerpo de salamandra roja. Parecía que el apogeo de fuerza en esta realidad era mucho más alto de lo que era posible de regreso en la Tierra.
—¿Puedo absorberlo o usarlo? —preguntó a Ausra, mirando fijamente los huesos.
—Una absorción completa sería imposible. Sin embargo, al usar los complejos encantamientos que Su Santidad creó en tu matriz de hechizos del alma, puede ser posible condensar el Aura Espiritualizada remanente y almacenarla. No obstante, el proceso de hacerlo causará que el aura descienda de medio camino de clase Auctoritas a la clase Rex —dijo la genio—. El aura en sí misma no contendrá fuerza o poder reales, pero podría servir como un elemento disuasivo eficaz. Tu fuerza física permanecerá inalterada, y no habrás alcanzado realmente la clase Rex.
Los ojos de Dorian se iluminaron al escuchar esto. ¡Esto era una excelente noticia! La bestia más fuerte que había visto en esas montañas era de clase Magnus Magister. ¡Una bestia de clase Rex estaba dos clases encima de eso! No sabía exactamente cuán fuerte era cada clase o cómo funcionaban, pero estaba seguro de que poseer un aura como esa sería como una tarjeta para salir libre de la cárcel y ¡evitar morir!
—¡Quiero almacenarla, inmediatamente! —anunció, caminando adelante cerca de los huesos. ¡Parece que al menos todavía le quedaba algo de suerte!
De inmediato, una compleja serie de símbolos apareció ante los ojos de Dorian. Cientos, miles, y luego decenas de miles de símbolos estaban interconectados, entrelazándose en un complejo y misterioso patrón. Pronto, estos símbolos comenzaron a formar un círculo largo y ondeante, y se enlazaron hacia abajo hacia los blancos huesos.
Observó con cuidado mientras se asentaban, cubriendo cada centímetro del cadáver.
*DESTELLO*
Un enorme rayo de luz sacudió la cueva, cegando a Dorian mientras los huesos comenzaban a temblar y sacudirse. Al segundo siguiente, cuando borrosamente consiguió abrir sus ojos, los huesos se habían desvanecido, desapareciendo completamente. Una fuerte sensación de cansancio se apoderó de él, desplomándose implacablemente.
En su alma, la perla dorada de luz que era su matriz de hechizos del alma destellaba. De manera abrupta, junto a esa hermosa perla dorada, se formó una perla roja mucho más pequeña. Mientras todo eso sucedía, Dorian cayó al suelo, el agotamiento se apoderó de él cuando el esfuerzo de absorber los huesos, drenó demasiada energía de él, forzándolo a dormir.
..
Los 30.000 mundos abarcaban la totalidad de la existencia. Cada mundo era enorme y complejo. Algunos de ellos eran paraísos llenos de árboles, montañas, ríos y valles, bosques hermosos y frondosos rodeados de océanos rebosantes de vida.
Otros eran inhóspitos, llenos de magma y fuego, muerte y destrucción. Sin embargo, cada mundo tenía dos cosas en común.
La primera: sin importar el mundo, siempre habrá hierbas o plantas mágicas generándose en ellos, debido a las misteriosas leyes de la magia, y junto a eso, bestias poderosas o misteriosas.
La segunda: Todos los mundos están conectados a través de puentes de mundos.
Los puentes de mundos, a veces etiquetados como mundos intermedios, eran enormes extensiones de tierra, generalmente de miles de millas de largo, y cientos a miles de millas de ancho, rodeados de túneles espaciales, que conectan físicamente un mundo con otro. Eran increíblemente misteriosos, y un campo de estudio popular para muchos hechiceros enfocados en la magia espacial, o magia de espacio-tiempo, o sus diversas ramas.
Cada mundo tiene al menos un puente de mundo conectado a él.
Los puentes de mundos son como los mundos normales en los que las hierbas o plantas mágicas se reproducirían allí, y muchas bestias y razas los habitarían. No obstante, son mucho más peligrosos que los mundos normales debido a la naturaleza de los túneles espaciales que los rodean. Las tormentas espaciales que ocurren de manera natural son un peligro inusual que podría acabar con decenas de miles de vidas en segundos.
Tres de estos puentes de mundos conectaban el mundo en el que estaba Dorian, el planeta Hasnorth.
En ese momento estaba volando a través de uno de estos puentes de mundos un enorme dragón negro. El monstruo era de tamaño gigantesco, con más de una milla de largo y media milla de ancho.
Si se mirara de cerca al dragón, uno se daría cuenta de que las escamas que cubrían al dragón parecían relucir y vibrar con un extraño poder. Si se fuera incluso más astuto y talentoso, incluso podría darse cuenta de que este enorme monstruo no era una bestia, sino que un constructo de magia.
Un enorme dragón negro hecho puramente de rayos negros.
El dragón voló hacia lo alto en el cielo del túnel espacial, veinte millas arriba, bordeando la región del espacio donde terminaba el túnel espacial, y comenzaba el caos del espacio indómito, una región donde las tormentas espaciales destruyen toda posibilidad de vida.
Ocasionalmente, aparecerían fracturas espaciales, y chocarían al dragón, atraídas por la concentración de magia. En cada ocasión, la fractura quedaría en nada y se detendría, solo a unas pocas decenas de metros de distancia, sin poder acercarse.
Posada encima de este enrome dragón había una gran plataforma negra, donde varias docenas de personas estaban sentadas en varios sillones o sillas, conjuradas con magia. La mayoría de los hombres y mujeres de este círculo estaban vestidos con túnicas grises o trajes de cuero gris con una insignia de un rayo negro blasonado en el frente. Algunos otros vestían prendas o trajes azules, sin insignias en ellos.
Diez de los magos estaban sentados en una formación compleja, la energía negra flotaba en un círculo sobre ellos y luego se dirigía hacia abajo, conectando con el enorme dragón negro y energizándolo.
Un hombre en particular destacaba, de pie al borde de la plataforma, mirando el espacio que lo rodeaba. Tenía cabello negro, largo y salvaje, con una apariencia física musculosa. Una barbilla y mandíbula fuertes complementaban su sonrisa tosca, dándole una apariencia ruda.
Unas partículas de energía negras y pequeñas parecían fluir alrededor de este hombre, lo que le daba una apariencia impresionante.
Una mujer que llevaba un conjunto de prendas de cuero azul se acercó, con su cabello largo y rojo flotando ligeramente. Asintió con la cabeza al hombre, con un rostro tranquilo y sus rígidos ojos verdes, que aunque no eran hermosos, le daban un aura imponente.
—Felicidades por tu avance, Hadrion. Por haberte convertido en un mago clase Dominus a los veintiséis años… Muy pocos se te pueden comparar —su voz era tranquila, vibrante de energía.
Hadrion se encogió de hombros, con sus ojos todavía calmados mientras miraba hacia el espacio más allá. Una brisa ligera fluía, como resultado de la energía que azotaba a su alrededor. Ninguna brisa podría superar a la guardia mágica que emanaba el enorme dragón, protegiendo a sus conductores.
—El Departamento del Rayo Negro siempre ha tenido figuras talentosas. Simplemente soy un poco más afortunado que los otros —su voz era áspera, como si no estuviera acostumbrado a hablar.
La mujer se encogió de hombros, con los ojos inmóviles.
—Sea como sea, todavía eres el mago del rayo negro más joven en alcanzar la clase Dominus en los últimos quinientos años. Una hazaña impresionante. He visto grabaciones de tu batalla con el titán desgarrado Tsel, una batalla que acabó con la existencia de más de una docena de montañas.
El hombre se encogió de hombros de nuevo, sus ojos se encontraron. Se volvió a mirarla brevemente antes de responder,
—Deberíamos llegar a Hasnorth en tres días más. Infórmales a tus magos del Destino que estén listos para las predicciones. Debemos cazar la anomalía antes de que lleguen los otros departamentos. Tuvimos suerte de estar en la zona cuando llegaron las órdenes.