La disculpa de Sard

En la sala de estar del segundo piso de la villa, el barón Austin escuchaba atentamente, en pijama, la dulce voz de la Señora Ruiseñor.

Dado que era inapropiado que fuera a ver a su amada durante el funeral nacional, solo podía matar su tiempo con "Voz de la Arcana". Además, encontró muchos programas muy interesantes en el canal, a veces incluso más interesantes que pasar tiempo con su amada.

En Holm, a excepción de los nobles y creyentes más conservadores, la moda era escuchar la música prohibida en la radio. Su contenido era asunto en muchos grupos de liberales. Quien no lo escuchara sería considerado un anticuado y rechazado por su círculo.

—A partir de hoy, el programa cambiará ligeramente. En el próximo, escucharéis "Vigilancia de Holm" que está presentado por mí. Os informará sobre los eventos más importantes del reino.