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Capítulo 40: Habilidad de un solo uso

Editor: Nyoi-Bo Studio

Los tres ladrones se congelaron, temblando con pavor. El florero se cayó de las manos de Lao San, rompiéndose en pedazos. Un fragmento le arañó los pies, formando un corte, y luego, por fin reaccionó.

—¡Vam-vam-vampiro!

Las piernas de Lao San se debilitaron, y se sintió al borde del colapso.

—¡Corran!

El hombre del medio gritó de repente, tirando de Lao San hacia y corriendo hacia la puerta a la velocidad de la luz.

Yao Si asintió con la cabeza. Ese hombre estaba actuando como su jefe. ¡Qué pena que se estrellara contra la puerta!

Parecía que se habían vuelto complacientes de sus fáciles éxitos anteriores y olvidaron que habían cerrado la puerta después de entrar. Ahora se golpearon contra ella muy fuerte.

Por el ruido sordo, ni siquiera Yao Si pudo evitar hacer una mueca de dolor al verlos.

—Chicos…

Estaba a punto de decirles que no había escapatoria ya que Yao Qian ya estaba en camino, pero un sonido la interrumpió.

Lao San estalló en lágrimas. Su cuerpo temblaba, mientras se aferraba a los otros dos con un agarre mortal.

—¡Lao-Lao-Lao Da!

Incluso Lao Er, que había decodificado el código de seguridad hacía un rato, estaba aturdido. Sus ojos estaban tan abiertos que parecían estar a punto de salirse. La miró fijo. Su cara estaba nublada por el horror, mientras se aferraba a la interfaz de la cerradura, temblando.

Yao Si estaba empezando a tener preguntas sobre su apariencia. ¿Era realmente tan horrible? ¡Pero ella solo quería razonar las cosas con ellos!

En ese momento, el hombre llamado Lao Da seguía en su sano juicio. Ignorando su cabeza herida, agarró a los otros dos ladrones y les dijo:

—¡Vamos!

De repente, una extraña sensación lo inundó: era una fuerza invisible que los envolvía a los tres, empujándolos hacia adentro. El espacio exterior de la puerta comenzó a distorsionarse, y un remolino apareció frente a ellos, absorbiéndolos.

Los tres desaparecieron.

¿Era eso... una habilidad de control de espacio?

En realidad, él poseía una habilidad para invocar el espacio; así fue como pudieron entrar en el planeta rojo con tanta facilidad.... Pero Yao Si no perdió el tiempo reflexionando y se centró en cómo capturarlos. En ese instante, sintió que una fuerza desconocida la llenaba.

Esa era la misma sensación que había sentido cuando activó su habilidad por primera vez.

"¡Mi habilidad ha vuelto!".

Yao Si estaba eufórica, y no pudo evitar levantar los brazos para probar su habilidad, mientras una ola de energía fluía hacia ella. Esperaba que apareciera una bola de agua, así que se colocó en la dirección de la ventana.

Al final, tomó forma un portal negro de unos cuatro o cinco metros de altura, y al momento siguiente, hubo un fuerte golpe sordo.

Las tres figuras familiares habían caído al suelo.

—M****a, eso me asustó.

Lao Si acarició su dolorido trasero mientras murmuraba.

—¿Cómo pudimos tropezarnos con una vampira? Por suerte, Lao Da tiene la habilidad espacial...

—Hola —saludó Yao Si haciendo un gesto hacia los tres hombres—. Nos encontramos de nuevo.

Lao San: —...

Lao Er: —...

Lao Da: —…

—...

Yao Si estaba confundida. "Muy bien. Parece que... tal vez... ¿mi habilidad cambió de la serie de agua a la serie de espacio?".

Después de un momento...

—¡Ah! ¡Un fantasma!

Un fuerte lamento atravesó el aire.

—¡Lao Da!

—¡Corran!

—¡Vámonos!

Lao Da gritó una vez más, usando su habilidad de nuevo, y un oscuro portal apareció una vez más, teletransportando a los tres.

Al momento siguiente, con un fuerte ruido sordo, los tres aterrizaron en la esquina derecha de la casa.

—¡Ahhh!

—¡Vámonos!

De nuevo, por tercera vez... la esquina izquierda.

La cuarta vez... en la puerta de la cocina.

La quinta vez... la puerta del estudio.

La sexta vez... la puerta del baño.

La séptima vez...

Yao Si respiró hondo. No pudo evitar dirigirse hacia un tal Lao Da, que estaba pálido como una sábana y jadeaba de manera incontrolable como si estuviera a punto de dejar de respirar al instante siguiente.

—Hey... ¿Estás cansado?

Los tres la miraron fijo.

La casa se hundió en el silencio.

Al momento siguiente, las tres figuras desesperadas cayeron de rodillas y levantaron la cabeza.

—¡Su alteza, hemos pecado! Nos arrepentiremos, por favor, ¡perdónenos!

—Sí. Eres tan poderosa que fue nuestro error atrevernos a ofenderte. Su alteza, por favor, perdónenos. Trátenos como si fuéramos aire.

—Sí. Sin importar lo que haga, ¡por favor, perdone nuestras vidas inútiles!

Si eso continuaba, la habilidad de Lao Da se iba a arruinar. Al instante siguiente, se escucharon tres golpes sordos cuando sus frentes golpearon el suelo una vez más.

—Su Alteza, ¿está…?

Yao Qian había ido corriendo, pero cuando llegó a la casa de Yao Si, lo único que vio fue a tres personas que se inclinaban ante su alteza. Quería preguntar qué había pasado, pero la pregunta se le atascó en la garganta.

"¿Qué está pasando aquí?".

—¿Su-su alteza?

—No me preguntes. No sé nada.

Yao Si se cubrió la cara. No tenía ni idea de lo que había estado haciendo... ¿Esa era en realidad su habilidad? ¿Control espacial? Pero, ¿por qué otros pudieron enviar a la gente a grandes distancias, incluso a otros planetas, pero el suyo solo podía llevarlos delante de ella?

Qué habilidad tan extraña; ¡ahora estaba confundida y molesta!

Su alteza parecía estar molesta, así que Yao Qian no preguntó más. Golpeó su computadora óptica, y cayeron un par de cadenas brillantes, arrestando a los tres ladrones.

Yao Si miró a los tres con sentimientos encontrados: en realidad, se habían atrevido a entrar en el palacio imperial del rey Mu Xuan para cometer un robo. ¿Debería aplaudirles por su valor o sacudir la cabeza ante su estupidez?

—No interrumpiré más el descanso de su alteza. ¿Quiere que envíe a los tres a la policía?

—Sí, claro.

Yao Qian tiró de las tres personas obedientes hacia la puerta, pero cuando llegó a ella, se detuvo una vez más.

—Ah, su Alteza, mencionó que eran ladrones de poca monta, ¿dónde está su botín?

—Eee, este, no estoy…

Antes de que terminara su frase, un pensamiento la golpeó. Ella agitó su mano, y un destello blanco brilló. Su espacio de seguridad personal se abrió de golpe y, al igual que un torrente interminable, un montón de objetos se derramaron en la sala de estar.

Los artículos grandes incluían muebles antiguos mientras que los pequeños eran tan pequeños como accesorios de cristal, pero una cosa que los unía era que todos eran invaluables.

"¡Ajá! No hay necesidad de buscar más. Todo esto aquí es su botín".

Los tres ladrones temblaron sin control.

"¡Mamá, estos vampiros dan miedo!".

-

Yao Si estaba convencida de que había despertado dos habilidades: una de agua y otra de espacio. Pero ambas parecían ser un poco únicas, en especial la espacial. Sin embargo, desde esa noche, desapareció igual que su habilidad de agua. ¿Su habilidad era una de un solo uso?

En efecto, era una respuesta deprimente. Por fortuna, Mu Xuan, que había desaparecido por mucho tiempo, por fin regresó.

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