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Capítulo 5: Fisión Planetaria

Editor: Nyoi-Bo Studio

Transcurre el año 9516 del calendario galáctico.

—Comandante, me gustaría informarle que el plan de terminación del planeta se ha establecido, puede iniciarlo en cualquier momento.

—Bien.

El comandante de la estación espacial número 333, Lu Ren, se levantó de la silla de mando. Echó un vistazo a la gigantesca masa negra que tenía delante y luego giró para mirar al oficial que lo estaba informando.

—¿Qué pasó con la exploración planetaria? ¿Ya se ha realizado?

—Se ha completado, —respondió el subcomandante.

—¿Cuántas veces?

—Tres veces. No hay evidencia de signos de vida.

—¿Señales de vida? —replicó mientras fruncía sus cejas.

—Tampoco hemos descubierto señales biológicas —agregó de inmediato el oficial al entender lo que el comandante preguntaba.

—Muy bien —expresó Lu Ren sintiendo por fin el alivio que su corazón necesitaba—. Debe ser cuidadoso con estas exploraciones. Si pasa algo por alto, ninguno de los dos podría soportar la responsabilidad, ¿ha entendido?

—¡Sí! Me aseguraré de que nada salga mal.

—¡Eso no es suficiente! —exclamó Lu Ren—. No se deberá cometer ningún error.

—Sí, comandante.

—Bien —solo entonces asintió Lu Ren satisfecho inclinando la cabeza—. Por cierto, ¿cómo está la persona que encontramos inconsciente hace poco? ¿Ha descubierto de qué especie es?

—Ella ha estado despierta por unos días.

El subcomandante hizo clic en la computadora óptica en su mano, transfirió los documentos y continuó:

—El equipo médico ya la examinó. No tiene ninguna lesión externa, pero debido a su largo estado de coma, su cerebro no parece funcionar bien. Por ahora, no puede recordar su propia especie.

—Si ella no puede recordar, hagan pruebas genéticas. No creo que no podamos descubrirla.

—¡Sí! —exclamó el oficial saludando.

Luego, se volteó y señaló al planeta que tenía ante sí y cuya superficie había comenzado a agrietarse.

—Y el plan de terminación del planeta...

Lu Ren se tambaleó hacia adelante intentando enderezar la postura sentada.

—¡Iniciemos el plan! —gritó y golpeó con la palma de su mano el botón rojo que tenía delante.

La frecuencia de una fría máquina sonó enseguida.

—Ha comenzado el plan de terminación del planeta. Un minuto de cuenta regresiva, 59, 58, 57...

***

Al mismo tiempo, Yao Si se encontraba en la enfermería. Lucía confusa y ansiaba una sandía para calmarse.

—Doctora, venga otra vez. ¿Qué año es este?

—En este momento es el año 9516 del calendario galáctico. Hoy es ocho de junio.

—Calendario galáctico... ¿Qué?

Ella solo había oído hablar del calendario lunar, el solar, el juliano y el georgiano. ¿Qué diablos era este calendario galáctico?

—¡El año 9516!

—¿Está segura?

—¡Por supuesto!

—Entonces, puedo preguntar, ¿a qué distancia se encuentra este calendario galáctico del año 2017 del calendario juliano?

—¿El calendario juliano? ¿No son esos años prehistóricos?

—¡Pre-prehistóricos!

¡De ninguna manera! Ella había estado en ese año el día anterior.

—¿Ha recordado algo? No se preocupe; estuvo dormida por mucho tiempo. Está sufriendo un daño neuronal en el cerebro. Habrá un período de tiempo en el que sus recuerdos se mezclarán —dijo la doctora vestida de blanco mientras la reconfortaba—. No se apresure a tratar de recordar cosas. Todo será mejor una vez que descanse un poco más y se ponga en contacto con las personas.

Yao Si pensó que quizás no mejoraría porque parecía haber dormido por accidente hasta el final de los tiempos.

Como una persona que recién había sido informada que no era humana, ahora se había despertado en un abrir y cerrar de ojos después de Dios sabe cuántos años.

¿De verdad tenemos que ir tan rápido? ¡Apenas hay suficiente tiempo para que los lectores reaccionen. ¿Y dónde se encuentra este lugar?

—Esta es la estación espacial número 333 de la región T.

Al darse cuenta de sus posibles preguntas, la doctora la consoló con una voz suave.

—Mi apellido es Wang. Soy tu doctora. Deja que tu corazón se calme. Estás perfectamente a salvo en...

Antes de que ella tuviera la oportunidad de terminar su oración, un bip de advertencia sonó en toda la habitación, acompañado por el sonido de una cuenta regresiva.

Yao Si saltó del susto.

—¿Qué sucede? ¿Qué hay de la seguridad que prometió?

—Por fin ha comenzado.

La Dra. Wang sentía una abrumadora emoción.

—Qué... ¿qué es lo que ha comenzado?, preguntó Yao Si.

—La terminación del planeta.

—¿La terminación del planeta?

"¿Qué es eso?".

—La terminación del planeta es... A ver, déjeme mostrarle, ya que de todos modos necesita caminar. Es bueno para su condición.

Después de decir eso, la Dra. Wang tomó su mano para llevarla.

—No olvide el dispositivo de traducción, de lo contrario no entenderá los comentarios.

Cuando se lo recordaron, Yao Si tomó el dispositivo plateado con forma de pendiente de la cama y la siguió. Debido a que acababa de despertarse, no podía entender lo que decían las personas a su alrededor hasta que la mujer colocó el dispositivo junto a su cama. Gracias a este aparato de alta tecnología, al fin pudo entender de qué hablaban todos.

La Dra. Wang la llevó a una plataforma muy amplia que estaba rodeada por una oscuridad total llena de estrellas. Parecía ser infinita a simple vista, con algunos planetas pequeños y grandes flotando alrededor.

Aunque la Dra. Wang le había dicho que se trataba de una estación espacial, ella todavía no podía comprender eso. Solo cuando vio el cielo lleno de estrellas tuvo la verdadera sensación de cómo se sentía estar en el espacio sideral. De repente, también entendió lo que significaba "el mar de estrellas".

Esto no era un sueño. ¡Ella de verdad había dormido hasta llegar la era galáctica!

—Tú, ven aquí. Aquí, rápido.

La plataforma se había llenado de gente. La Dra. Wang había encontrado un buen lugar y ahora agitaba el brazo para que Yao Si se acercara a donde estaba.

Yao Si fue tras ella. Solo se dio cuenta mientras caminaba y apretujaba entre la multitud que había un planeta enorme ante ellos, del cual solo se podía ver la mitad. Toda su masa era negra opaca, y había una enorme grieta que iba desde la izquierda a la derecha en toda la esfera. También había algunas grietas menores que se extendían en todas las direcciones.

Un montón de líneas finas y símbolos extraños flotaban alrededor del planeta.

Al inspeccionar de más cerca, Yao Si se dio cuenta de que estaban encerrados en un gigantesco domo óptico semiesférico que surgía sobre ellos. Las líneas de símbolos que veía eran explicaciones desplegadas en la superficie transparente.

—¿Por qué no lo usa?

La doctora tomó el dispositivo traductor de sus manos y se lo colocó alrededor de la oreja.

—Si no lo usa ahora, cuando el planeta se desmorone más tarde, no podrá diferenciar cuál es cada parte.

Yao Si escuchó un pitido junto a su oído, y las palabras que antes no había podido comprender se tradujeron ante sus ojos al idioma chino, el cual ella conocía. En la gran grieta del planeta flotaban las palabras "la gran fisión" mientras que a su alrededor había algunas estadísticas y datos que ella no podía entender.

Por lo tanto, el dispositivo de traducción no solo permitía entender los idiomas cuando se lo sostenía en la mano, sino que también podía traducir las palabras cuando se lo usaba en la oreja. No era raro que fuera una pieza de alta tecnología del futuro.

Incapaz de contener su curiosidad, Yao Si preguntó:

—¿Qué le sucedió a este planeta?

—Se le acabó el tiempo —respondió la Dra. Wang sin pensar—. Este planeta existió durante miles de millones de años y, ahora que ha llegado a su fin, la destrucción es solo cuestión de tiempo.

—Ah.

La denominada "terminación de los planetas" en realidad significaba su destrucción.

¡Quién lo hubiera pensado! Un momento antes, ella todavía consideraba si iba a hervir o coser la sangre de pato. Ahora estaba a punto de presenciar la desaparición de un planeta.

Al observar todo, Yao Si se vio obligada a aceptar la verdad de que en realidad había viajado al futuro, a una época situada N años después.

El planeta continuó resquebrajándose; había grietas que cubrían toda su superficie. De repente todos se callaron y miraron con atención al planeta que comenzaba a deshacerse.

La esfera negra era como un diente de león maduro, desintegrándose en millones de fragmentos y dispersándose en todas direcciones. La luz del sol se filtraba a través de las grietas, dividiéndose en miles de rayos de luz dorada, decadente pero hermosa.

Este espectáculo del planeta colapsando solo duró media hora. En ese tiempo, el planeta que era negro y puro en un principio se había convertido en una pila de escombros dispersos.

—Se acabó; vamos —dijo la Dra. Wang mientras le daba una palmada en el hombro de Yao Si.

Yao Si estaba estupefacta, recuperándose de la impactante vista que tenía ante ella. Se volteó y, tal como se esperaba, las personas que estaban en la plataforma ya se habían ido una tras otra.

Ella asintió y estaba lista para alejarse cuando vio una repentina luz intensa blanca cruzando desde la derecha, dirigiéndose directamente hacia la pila de rocas rotas que había delante.

—¿Qué es eso? —preguntó.

—Es una máquina espacial; sirve para limpiar el espacio.

La doctora miró con indiferencia la luz blanca y señaló la serie de pilas de rocas que tenían enfrente.

—Estos planetas miniatura desintegrados no pueden quedarse aquí. Afectarán nuestra estación espacial.

Cuando se calló, la luz blanca había alcanzado los escombros, formando al instante un gran conjunto con la luz brillante delante. Las rocas destrozadas a su alrededor parecían estar experimentando alguna reacción en cadena. Fueron absorbidas por la máquina para luego desaparecer en la nada. En menos de un minuto, un tercio de las rocas ya había desaparecido.

Yao Si suspiró de la emoción. Ese gran planeta había desaparecido sin emitir un sonido, pero a ella le parecía que debía haber algo más. Esto le hizo pensar en la eventualidad de todo, y comenzó a echar de menos su hogar con mucho cariño.

—Espere, Dra. Wang. Quisiera saber dónde me encontró.

Ella ya se había despertado hacía algún tiempo. Mucho antes de despertar y no poder entender su idioma, había estado en un embrollo. Es probable que cualquiera que se despertara de un sueño y estuviera en el futuro también necesitaría un poco de tiempo para reaccionar.

Hasta ese momento, no sabía cómo se había trasladado de la Tierra a esta estación espacial de alta tecnología sin saberlo. Ella podía recordar con claridad que había sido enterrada bajo tierra por el vampiro de negros cabellos.

—No estoy segura —contestó la mujer negando con la cabeza—. Todo lo que sé es que el equipo de búsqueda la encontró.

—Ah.

Parecía que ella tenía que preguntarle eso a las personas que la habían rescatado.

—¿Y usted conoce la Tierra? ¿Se encuentra lejos de aquí?

—¿La Tierra? —vaciló la doctora.

—Sí.

—¿Se refiere al tercer planeta del sistema solar?

—¡Sí, sí! ¿Lo conoce?

Era una buena noticia que la doctora haya escuchado de la Tierra antes. Tal vez podría incluso irse a casa, aunque se preguntaba si seguía siendo la misma que recordaba.

—Por supuesto que lo sé porque... —respondió la doctora señalando detrás de ellas— es aquel al que acabamos de estallar.

—…

"¿Qué?". Yao Si se quedó sin palabras.

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