Asustar al santo soberano

El sonido chirriante fue nítido y claro.

Sonaba como un sonido antiguo y distante. Resonó, permaneciendo en el aire.

Gurgle ... Gurgle ... 

El licor amarillo fangoso de los frascos de bambú brotó, fluyendo por el suelo.

Mo Liuji agarró el frasco de bambú con una mano. Se quedó sin habla con la boca abierta. Estaba desconcertado al ver que la figura se acercaba lentamente a él desde la distancia. 

Era como si un hada hubiera descendido sobre este mundo.

Su vestido de gasa blanca ondeaba y ondeaba con el viento. Su elegante y largo cabello negro caía en cascada, llegando a su cintura. Su cabello se balanceaba junto con los movimientos de su cuerpo. Manchas de energía luminosa esparcidas por todas partes.

Mo Liuji chasqueó los labios. Rápidamente subió la mano y se sirvió vino del frasco de bambú en la boca. Ladeó la cabeza, mirando a la delicada mujer parecida a un hada.