El sol brillaba en el cielo. En un rincón oscuro y silencioso del cementerio, Leonard Mitchell de repente levantó la pala que estaba su lado.
Los dos montículos de tierra a un costado se elevaban gradualmente en altura a medida que el foso del ataúd se hacía evidente. De vez en cuando pasaban algunos transeúntes, pero no notaban nada, como si un sueño envolviera el lugar.
Finalmente, Leonard arrojó la pala y se agachó. Extendió la mano y agarró los extremos de la tapa del ataúd con ambas manos.
Usando una fuerza inmensa abrió la pesada tapa de madera, descubriendo que los gruesos y largos clavos que la aseguraban se cayeron en algún momento. No había nada dentro del ataúd negro.
¡Nada!
Leonard continuó manteniendo su cuerpo encorvado mientras observaba en silencio esa escena sin el más mínimo movimiento. Permaneció allí como una estatua petrificada durante bastante tiempo.
***
Dukung penulis dan penerjemah favorit Anda di webnovel.com