Como Meng Xi estaba suprimiendo a todos, Zhao Feng se rindió momentáneamente de competir por la sangre del Semidiós y se retiró.
Su Ojo del Cielo tendría una mayor ventaja si él estuviera más lejos.
—Sin embargo, solo puedo usar el Ojo del Cielo en el momento más crítico para lograr el mejor efecto.
Zhao Feng se alejó cada vez más del Palacio de Sanación del Corazón.
El pequeño gato ladrón estaba en el Palacio de Sanación del Corazón, y Zhao Feng podía compartir la vista con él, lo que significaba que todavía podía ver lo que estaba sucediendo en el Palacio.
Alrededor de la mitad del tiempo necesario para preparar el té, el sonido de vuelo vino del frente, así como la aparición de una intención familiar del Rey.
—¡Nan Gongsheng!
Zhao Feng podía ver a un joven orgulloso en el aire muy lejos. Era, sin lugar a dudas, Nan Gongsheng, y la dirección a la que se dirigía era el Palacio de Sanación del Corazón.
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