País J, Ciudad Azul…
Zaki estaba un poco ansioso desde el momento en que llegaron al país. Bueno, era porque no pudo retrasar su llegada debido a la extrema impaciencia de Sei. Estaba demasiado emocionada como para llegar a casa que nada lo podía distraer.
Ahh…¿Qué debería hacer? ¿Qué debería hacer con este ser humano? Cerebro…piensa en algo antes que sea demasiado tarde…piensa, rayos…
Forzándose a pensar en algo útil, Zaki golpeó su frente en la ventana del auto mientras estaba parado afuera. Bueno, Davi le había pedido a Zaki que se asegurara de que llegaran a la Mansión Gris después del atardecer, para que ella le pudiera preparar una sorpresa a Sei. Así es que Zaki por supuesto le prometió que se lo dejara a él. No pudo prever que la impaciencia de Sei era tan intensa que nada lo podría hacer esperar más tiempo. Y al final, todo lo que hacía Zaki era inútil y cuando miró hacia arriba, el sol aún estaba brillando orgullosamente.
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