—Antes de que siquiera comencemos a comprometernos con nuestra estrategia, ellos ya han reaccionado. No tenemos tiempo para evadir sus ataques.
—Entonces, ¿no podrían hacer lo mismo con ellos? —preguntó escalofriantemente Saohuang.
—Podríamos, pero siempre llegamos unos segundos tarde...Y esos pocos segundos lo deciden todo.
—Tengo que decir que si perdemos, ninguno de ustedes saldrá ileso —dijo Saohuang.
Amenazaba a sus hombres directamente, ya no le importaba. La habitación estaba atónita pero nadie se atrevió a decir nada. Saohuang era infame por su sangre fría. Nadie se atrevía a enfadarlo ni a objetar porque su final sería horrible. Los comandantes se pusieron en alerta, intentando lo mejor para salvar la situación. La atmósfera era altamente tensa y la urgencia estaba en el aire.
Soutenez vos auteurs et traducteurs préférés dans webnovel.com