Tanto Lu Qi como Mubai se sorprendieron por su promesa.
La cara de Lu Qi se iluminó inmediatamente.
—Lo juro por mi vida, ¡te cambiaré de nuevo!
—¡Quita la célula de memoria ahora! —dijo Mubai de repente.
No podía esperar más. Quería que Xinghe volviera a ser la misma de antes.
Por desgracia, él no era quien tomaba la decisión en esta relación.
—De ninguna manera —Xinghe vetó su decisión sin siquiera pensarlo—. No arriesgaré mis viejos recuerdos.
Cada uno de sus recuerdos era importante para ella. Le dieron forma a lo que era como personaje. Si perdiera aunque sea a uno de ellos, se sentiría como si le faltara una parte de ella. No le gustaba la idea de estar incompleta.
— ¿Pero qué pasa si la investigación de la célula de memoria se complica y no se puede terminar? —Mubai preguntó con preocupación—: ¿Vas a quedarte así para siempre?
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