Capítulo 295: Mi esposa, perdóname.

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...

Al llegar a la mansión de Escáthach, Víctor caminó hacia la puerta con pasos firmes y constantes.

Abriró la puerta y fue recibido por todas sus criadas, incluyendo a Roxanne, quien llevaba un vestido de criada similar al de Kaguya.

—Bienvenido de regreso, Maestro... —Pero, cuando vieron la cara de Víctor, las criadas abrieron la boca en asombro—. «¿No se ve absolutamente deslumbrante?» —pensaban ellas—. «¿Era como si estuvieran mirando la belleza ideal de un hombre?»

Se sentían extrañas.

—... —Víctor asintió—. Bien hecho, Mis Doncellas. —Mostró una pequeña sonrisa.

—... —Al escuchar las palabras de Víctor, las chicas salieron de su estupor y mostraron una sonrisa feliz.