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Mi esposo accidental es mi compañero de venganza

Anastasia Harrison, una joven maltratada por su cruel familia, pensaba que su vida había terminado cuando la obligaron a casarse con Richard, la oveja negra y despreciable de la adinerada familia Wallace. Mientras tanto, su preferida hermana menor, Michelle, estaba destinada a casarse con Xavier, el hermano mayor, que era un CEO. Sin embargo, un error en el ayuntamiento terminó intercambiando sus nombres en sus respectivos certificados de matrimonio. —¿Qué es esto? ¿Cómo estás casada con Xavier Wallace? —¡No recibirás comida ni agua hasta que firmes los papeles de divorcio! Para echar leña al fuego, los ancianos señor y señora Harrison fallecieron, dejando todos sus bienes a Anastasia y no al resto de la familia. Esto llevó a los Harrison a su punto de quiebre. Para negociar una vida tranquila, Anastasia estaba dispuesta a dejar su herencia y abandonar la familia, pero los Harrison tenían otros planes en mente. Querían deshacerse de ella. Permanentemente. Sin embargo, fue por un golpe de suerte que Anastasia fue encontrada por su nuevo esposo, Xavier, antes de que su familia tuviera éxito. Decidida a vengarse, hizo un trato con Xavier. —¡Continúa siendo mi esposa y te ayudaré a vengarte!

Sour_corn · Urbain
Pas assez d’évaluations
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¡Feliz cumpleaños!

El hombre miraba fijamente a Selene.

—Simplemente haz lo que hiciste aquí. Pídele un baile e insiste en que baile contigo —ordenó Michelle.

Aunque sabía que lo que planeaba era algo sencillo, aún estaba satisfecha con ello. Mientras Selene tuviera un problema de vez en cuando, ella estaba contenta.

Michelle transfirió algo de dinero a su cuenta ya que él prefería el pago antes del servicio.

Cuando la transacción estuvo hecha, el hombre se dirigió hacia Selene.

Michelle sorbía su té.

«Claudia dijo que no causara problemas a Selene, pero nunca mencionó nada sobre alguien más haciéndolo», pensó Michelle mientras sorbía su bebida, permitiéndose finalmente disfrutar de la música estridente. Deliberadamente evitó que sus ojos se desviaran hacia Selene, asegurándose de parecer no sospechosa en medio de la multitud.

—Hola, ¿puedo bailar contigo? —preguntó el hombre extraño a Selene, quien estaba hablando con Martha.

Ella se detuvo para mirar al hombre con una ceja interrogativa.

Chapitre verrouillé

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