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Marvel Multiverse: Cyber-Spider (ES)

Rilley Glass un transmigrante de una tierra lejana, lejos de su universo de nacimiento se ve arrastrado por un extraño fenómeno que lo transfiere a un universo similar a los Cómics Marvel. Exactamente en el desconocido universo Ultimate 14672 (14-6-72). ¿Qué cómo sabe el nombre del universo en el que está? ¡Simple! Una vez que se preguntá a sí mismo dentro de su mente acerca de dónde se encuentra, su cerebro es instantáneamente bombardeado por exclamaciones que repiten constantemente ¡Ultimate 14672! ¡Ultimate 14672! ¡Ultimate 14672! Por lo que llegó a la conclusión más lógica, que este era el universo Ultimate 14672.

EirPei · Anime et bandes dessinées
Pas assez d’évaluations
41 Chs

Capítulo 37

Cuando Rilley salió del departamento de Anna María se subió a su auto y condujo en dirección a la casa de Frank. Tras integrar a Frank a su equipo Rilley le dio a la familia Castle una casa para que pudieran vivir de manera segura, con todos los servicios disponibles así como de una buena ubicación estaba seguro de que estarían muy satisfechos.

Y aunque al principio se negaron de manera cortés para evitar molestar a Rilley o aprovecharse de su buena voluntad al final Rilley logró convencerlos de que la tomaran explicando que esa sería una de las ubicaciones en las que construiría una zona residencial exclusiva para todos sus empleados. Lo cierto es que Rilley no mintió y en verdad construyó una extensa zona residencial en los límites de la ciudad, y aunque alejada de la ciudad no había problema para acceder a productos y servicios de la ciudad ya que también había construido las instalaciones necesarias. Cines, escuelas, museos y muchas más construcciones fueron parte de la infraestructura general del gran proyecto de construcción.

Auque para algunos esto podría ser una mala decisión en el punto de vista económico, ya que era más barato comprar una gran zona en el centro de la ciudad con toda esa infraestructura ya construida, pero Rilley había hecho esto a propósito dejando a un lado lo monetario y colocando al frente la total seguridad de cada habitante. La estructura en cada una de las construcciones eran de la más alta calidad en cuanto a materiales y tecnología de construcción se refería, incluso el lugar sería capaz de resguardar a su población en caso de una cataclismo nuclear y algunos otros desastres inesperados.

Sabiendo acerca del estado de las ciudades tras grandes enfrentamientos con poderes sobrehumanos Rilley sabía acerca de lo inseguro que era vivir allí, no solo dejaba una pérdida material y económica para las familias, en el peor de los casos las vidas de individuos y familias completas serían extinguidas en menos de un parpadeo. Los daños colaterales de aquellos desastres eran insoportables para esa gente común, y que los gobiernos simplemente alejaran la vista ignorando sus pérdidas o tiraran simples migajas llenaba de desesperación a sus corazones.

El centro de las ciudades eran muy peligrosas, lógicamente era más seguro los lugares relativamente más alejados de ella. Aunque esta lógica era fácilmente deducida por Rilley debido a su conocimiento previo de este mundo, si bien no había encontrado en sus recuerdos nada acerca de este nuevo universo eso no le impedía hacer inferencias futuras acerca del rumbo que tomaría el mundo. Rilley ya se sentía muy afortunado de no abrir los ojos y verse despertar en el universo zombies o en el universo de las ruinas.

Aunque nada descartaba que un apocalipsis zombie se propague en este universo Rilley tenía algo de conocimientos que al menos le haría persistir por mucho tiempo, y esa era una de las razones por las que a pesar de tener tantos proyectos en investigación constante todavía no se detiene. Crear constantemente nuevas tecnologías y avances en la maquinaría y equipos no era suficiente y tampoco los muchos descubrimientos que había hecho, todo eso era realmente pequeño si en verdad quisiera enfrentar a las grandes tragedias que azotarían al universo.

Rilley por si mismo no podría ni siquiera si aumentara su poder actual en cien veces, lo que debía hacer entonces era continuar con sus investigaciones e impulsar lo más que se pueda la tecnología terrestre, así como también preparar a un grupo de personas entrenadas para lograr enfrentarse contra esas futuras calamidades. Alguien que no supiera nada pensaría que Rilley estaba siendo demasiado paranoico, y tal vez sea cierto en parte, pero Rilley prefería estar en guardia en todo momento y evitar así un ataque inesperado. Después de todo nadie sería feliz de recibir un temblor en el baño mientras se tenía los pantalones abajo.

Cuando Rilley llegó a la casa de Frank tocó el timbre y esperó pacientemente a que la puerta se abriera, no lo hicieron esperar mucho ya que la puerta fue abierta por una pequeña figura. —¡Rilley!. -dijo la pequeña mientras abrazaba su pierna.

La pequeña figura era una niña de cabello rubio y ojos azules vestida con un vestido veraniego de estampado floral. —Pequeña Lisa, mucho tiempo sin verte. ¿Está tú padre en casa?. -Rilley dijo mostrando una sonrisa en su rostro mientras le acariciaba su pequeña cabecita revolviendo un poco su cabello.

—Dime, estás usando un atuendo de verano pero ya estamos en otoño, el clima está un poco más fresco ¿no prefieres un atuendo más otoñal?

La pequeña negó con la cabeza. —Este fue un regalo que me diste.

—Así que sabias que vendría y por eso te pusiste esa ropa, ¿estoy en lo correcto?. -preguntó Rilley con una sonrisa.

Ella simplemente asintió con la cabeza dando una respuesta positiva a Rilley. Entonces Rilley dijo. —Bien, tal vez podamos ir a comprar ropa nueva, un poco más cálida para este clima tal vez. Cuando termine mis asuntos con tu padre todos podemos ir al centro comercial.

Al escuchar esto la pequeña dio varios saltos feliz mostrando su sonrisa. Antes de que la niña pudiera hablar apareció un hombre de cabello negro vestido con jeans y una remera negra. —Lisa, deja tranquilo al señor Rilley para que pueda entrar a la casa. -dijo mientras tomaba las manos de la pequeña.

Pero Lisa se negó soltando la mano de su padre y apretando fuertemente el pantalón de Rilley para no soltarlo. Ella negó con la cabeza. —Aún no le he dicho a Rilley sobre mi fiesta.

Rilley detuvo a Frank con un gesto de su mano. —Oh, una fiesta. -Rilley sacó unos cuantos caramelos de su bolsillo y se los entregó a la pequeña. —Toma estos dulces, y dime ¿a qué debemos esta fiesta?.

Ella recibió los caramelos pero hizo unos pucheros al escuchar las palabras de Rilley. —Hmph. Rilley, lo has olvidado. Es mi cumpleaños.

Rilley entonces lo recordó, dándose un golpe en la frente dijo. —Lo olvidé por completo, he estado muy ocupado con el trabajo que olvidé que pronto cumplirías siete años. -al verla todavía haciendo pucheros dijo. —Anímate, con más razón debemos ir al centro comercial. Te compraré ropa bonita y algunas otras cosas para tu fiesta, pídeme lo que quieras, haremos la fiesta más increíble que sorprenderá por completo a tus amigos.

Frank solo pudo suspirar. —Jefe, por favor, no mime tanto a mi hija.

—Lisa, no molestes al señor Rilley. -una mujer con cabello rubio y ojos azules salió de detrás de la puerta y se paró a un lado de Frank. Esta mujer era la imagen exacta de una Lisa adulta, o más bien se podría decir que Lisa era la imagen exacta de su madre cuando era pequeña.

Ella era María Elizabeth Castle, la amada esposa de Frank y también la madre de Lisa. Cuando Rilley la vio pudo notar de inmediato su barriga abultada, casi de inmediato su microchip realizó sus cálculos informando a Rilley sobre los meses de embarazo aproximado así como su salud, aproximadamente tenía entre seis y siete meses de embarazo con una muy buena salud.

Rilley no estaba enterado de esto, pero tampoco era como si Frank estuviera obligado a informarle sobre todos sus asuntos. Sabiendo sobre sus pensamientos Sophin habló dentro de su cabeza. «Frank Castle informó sobre su esposa hace siete meses, como felicitación usted le dio un mes libre para que lo pasara con su esposa, pero Frank se negó a aceptar diciendo que ya había hecho suficiente por su familia, a lo que usted respondió que lo hacía para compensar las molestias futuras que ocasionaría el trabajo, y entonces añadió 30 días más a sus días de vacaciones propuestas en el contrato».

"Así que lo olvidé, tal vez he estado muy ocupado últimamente. ¿Hay algo más que deba recordar?".

«Nada más por el momento».

"Bien, gracias Sophin".

«A sus servicios».

Elizabeth saludó a Rilley con gran respeto, casi como si estuviera frente a su abuelo. Esto se debía a que ella era consciente de todo lo que Rilley había hecho por su familia, no había nada que a su familia le hiciera falta incluso si lo hubiera sería cuestión de pedirlo y entonces lo tendrían, y todo esto se lo debían al joven que tenía en frente.

Si bien Rilley ya había explicado al menos parcialmente en múltiples ocasiones las razones para dar tantos beneficios a la familia, ella todavía agradecía que se le diera tal oportunidad a su esposo ya que era consciente de que tales beneficios estaban muy por encima de la norma siendo equiparable al de los militares de más alto rango en el país según lo dicho por su esposo.

Y Rilley no mentía al decir que el trabajo de Frank sería muy problemático en el futuro, prácticamente el Security Corps era la base de un ejército privado exclusivamente bajo ordenes del Grupo Industrial Glass que operaba obviamente bajo secreto. Poco después de la incorporación de Frank fue citado por Rilley para hablar, durante esa reunión se le explicó la misión del Security Corps y también se le revelaron ciertos secretos con sus respectivas pruebas.

Después de eso Frank tuvo dos opciones, las cuales consistían en aceptar dedicarse por completo al Security Corps asumiendo el trabajo de campo con los respectivos riesgos y peligros que esto conllevaba incluyendo también los altos beneficios, o como segunda opción solo convertirse en un miembro de logísticas teniendo mayor seguridad y menos beneficios pero con una mejor remuneración que en cualquier otra empresa del país.

Los secretos revelados por Rilley no eran exclusivos para miembros de campo o con altos cargos, en realidad se podrían considerar como secretos que cualquiera debía saber antes de ingresar al grupo oficialmente, esto era así porque Rilley quería que sus subordinados estuviesen enterados de lo que tendrían que enfrentarse llegando el momento.

En la actualidad había un total de 50 miembros oficiales del Security Corps, todos ellos eran integrantes activos con trabajos en campo quienes temporalmente tenían que encargarse también de algunos trabajos de logística. La realidad es que al menos por el momento aún no habían miembros que realizaran actividades de logística, pero eso estaba por solucionarse ya que Rilley tenía a 25 aspirantes en las últimas etapas de prueba para ingresar oficialmente, por lo que si todos aprobaran habría un total de 75 miembros en el Security Corps.

Frank Castle siendo un hombre de acción tomó sin dudar la primera opción, sumando a esto que su familia estaba asegurada en caso de que algo le sucediera, era sin duda la mejor decisión tomada durante toda su vida. Consciente de que su trabajo actual solo era un breve descanso para la verdadera tarea Frank decidió pasar todo el tiempo que tuviera disponible con su familia.

—No hay necesidad de ser tan rígidos, ya nos conocemos, dejando a un lado el hecho de que soy el jefe de Frank también me considero un amigo de la familia. -Rilley expresó sus palabras tratando de relajar el ambiente y recordándole una vez más a la esposa de Frank que lo tratara como un amigo de la familia, un poco más informal y menos rígido.

Lisa dio unos saltos hacia su madre y abrazó su pierna. —Mamá, Rilley nos llevará de compras por mi cumpleaños.

Elizabeth acarició la mejilla de su hija. —Querida no podemos molestar más al señor Rilley, ya ha hecho mucho por nosotros.

—Pero mamá, Rilley dijo que quería hacerlo. Yo no le pedí nada, no lo estoy molestando.

Dejando a María ser Rilley habló para darle la razón a Lisa. —No es ningún problema para mí, desde un principio pensé que llevar a la pequeña Lisa de compras, después de todo desde hace mucho que no nos vemos y ya ha pasado algún tiempo desde lo último regalo. -Rilley dijo mirando el vestido veraniego que Lisa usaba.

María miró a su hija quien ponía los ojos de cachorrito con súplica en su mirada, posteriormente volteó para ver a su esposo para que este la ayudara a convencer a su hija de no ser tan mimada frente a Rilley, pero Frank solo pudo encogerse de hombros. —Olvídalo, este es un regalo del jefe para la hija de su empleado. -dijo de forma un poco irónica con una sonrisa en su rostro.

Ella solo pudo suspirar y acariciando la cabeza de su hija aceptó las buenas intenciones de Rilley, pero esta acción solo se sumó más a la gratitud que ya tenía.

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