—¿Moyu? ¿Qué pasa? —Li Meili contestó la llamada. Sonaba como si acabara de despertar de su sueño.
Tang Moyu no tuvo que esperar mucho para que su amiga respondiera. La emperatriz puso la llamada en altavoz, permitiendo que todos a su alrededor escucharan lo que Li Meili tenía que decir.
—Oye, ¿recuerdas el vestido rojo Cósmico que me diste hace tres años? Dime, ¿hiciste otro igual? Porque alguien aquí está reclamando que está usando el vestido rojo Cósmico que me diste. ¿Cómo es posible? —preguntó a su mejor amiga, evitando mencionar deliberadamente el nombre de Li Meili ya que La Alondra Negra odiaba ser perseguida por los medios.
—¿Qué tonterías estás diciendo, Moyu? Sabes que solo hago un vestido y nunca lo replico ni reproduzco —La voz de Li Meili ahora estaba llena de indignación. ¿Había sido interrumpida de su sueño solo porque alguien se jactaba de su trabajo que resultaba ser falso?
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