—La diosa rodó los ojos —Incluso si me callo, la verdad no cambiará.
—La Candidata Fénix se secó las lágrimas y de repente dijo —Tú hiciste que Em... la Candidata Qilin vomitara sangre, ¿verdad? Ya verás. Si hoy no hago hervir tu sangre, que mi nombre no sea...
—¡Eh! ¡Fénix! ¡Te advierto! No te atrevas a hacer nada raro... —La diosa se alarmó instantáneamente y advirtió.
—La Candidata Fénix rodó los ojos y una sonrisa sarcástica apareció en su rostro mientras decía —Hm, ¿de verdad? ¿No te gusta escuchar la verdad? Entonces, ¿para qué sirve ese DVD y reproductor de música en tu gran mansión? Lo voy a destrozar. ¡Ah, cierto! También había una colección de tus discos favoritos, ¿no es así? Sería una pena si algo les pasara... —La voz de la Candidata Fénix se diluyó de manera amenazante, sus labios dibujaron una sonrisa traviesa.
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