—¡Parece que te he subestimado! —Tan pronto como terminó de hablar, tomó el contrato de la mano de Phoebe y lo firmó rápidamente.
Al ver su acción, la mano de Phoebe tembló, y al pensar en las cláusulas del contrato, su rostro se puso pálido.
Nunca esperó que terminaría engañándose a sí misma al final.
—Sr. Thompson, saldré un momento —Intentó controlar su compostura y salió rápidamente, luego hizo apresuradamente una llamada telefónica—. Cambia el sitio de demolición al Distrito del Sur.
—No preguntes por qué, ¡porque quiero hacer bien este trabajo!
Firmar el contrato significaba que tenía que ser responsable del proyecto. Si había algún problema, no podría pagar las penalizaciones del contrato ni siquiera si entregaba todos los activos de su familia por generaciones.
Solo podía trabajar duro, sin atreverse a tener intenciones personales. Solo de esta manera, si algo salía mal, al menos sería irreprochable.
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