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elevando seguridad

LUNES - ISHMAR

Dakota –Buenos días, ¿Lola? –pregunta apenada, intentando atinar al nombre

Lola –sí, buen día licenciada 

Dakota – ¿ya llegó mi hermana? 

Lola –no, pero la Licenciada Hannah la espera; la segunda puerta del fondo

Dakota –gracias– entra y va hacia la Oficina de Hannah, toca la puerta y entra – Buenos días

Hannah feliz de verla, porque se deshará del trabajo – Hola, buen día, pasa siéntate para que te muestre lo que hay y luego te llevo a tu Oficina

Dakota – está bien; oye y ¿porque hay tanta seguridad? No estaba así la semana pasada

Hannah nerviosa y dudosa en que decirle – eh, ¿no has hablado con tu hermana? 

Dakota – no, bueno hablamos el viernes, pero solo para arreglar lo de mi liquidación. ¿Pero eso que tiene que ver? 

Hannah duda en decirle, por la confidencia que le pidió Ish sobre el tema – ¡eh! nada. Bueno la seguridad es solo por prevención, por eso de tantas amenazas, recientes a los abogados

Dakota sorprendida – ¡¿enserio?! ¿Los han amenazado aquí?

Hannah reacciona inmediatamente – ¡no! Afortunadamente no

Dakota– ok ¿con que empezamos? 

Hannah – hay que ayudar a planear el evento de beneficencia a una fundación, ¡eso es prioridad!, están los expedientes para la nómina de los chicos y un montón de cosas

Dakota – pues a iniciar, porque Ishtar me dijo que todo era urgente y que yo no estaría mucho tiempo aquí

Hannah ahora sorprendida por la confesión – ¡¿no?! ¿Por qué? 

Dakota alza los hombros – no lo sé, dijo que me buscaría otro lugar

Hannah – bueno, mientras  veamos esto 

Ishtar sale del elevador con Josué, debatiendo un asunto – buen día -saludan y entran a la Oficina de Josué, cerrando la puerta

Josué – bueno ya, y ¿Qué pasa con el asunto de TECNO-IUS? 

Ishtar – en proceso de solución

Josué – ¿hay motivos para preocuparnos?

Ishtar -no, pero no hay que bajar la guardia, debemos tener cuidado, aún… podríamos estar en la mira por el Grupo Mert

Josué – ok, mantendremos la seguridad. ¿Por qué nunca me presentaste a Fernando? Creí que había confianza y que por eso somos socios.

Ish – por lo mismo no creí que te afectará, el no conocerlo. Además… si te lo presente… solo que en ese momento no éramos socios, ninguno

Josué dice en tono de reproche –por educación

Ish se justifica –no se había presentado la ocasión; nunca coincidían 

Josué incrédulo pregunta – ¿nunca te pidió el conocer a tus socios?

Ish explica –no, es algo que no le interesó, mientras estén sus asuntos en orden es suficiente; y el día que hicimos la Constitución de ISHMAR, él había salido de improviso y urgencia; por eso ya no lo conociste. 

Josué en voz baja insiste – ¿hubo algo más entre ustedes?

Ish ofendida por la pregunta –yo no te pregunto eso con cada auxiliar, nexo o amiguita lanzada que tienes

Josué se excusa intentando relajar la situación –somos amigos, sólo quiero saber a qué atenerme; después de lo de Lucio… 

Ish mas que ofendida, molesta y dolida – ¿Qué? ¡Habla! – Él la mira en silencio arrepentido por sus palabras– tú lo viste el sábado

Josué suspira pesadamente y se acerca a ella –todos vimos una relación demasiado… unida, el cómo te abrazaba y veía, no era muy equis; no, hasta que Astrid le reclamo la atención y Sandro impuso su presencia –Ish levanta los ojos al cielo- Ishtar, solo quiero saber sí tendré que poner un límite a otro de tus ex, por el bien de la firma

Ishtar suspira desesperada y fastidiada –no tienes de que preocuparte. Fernando no es una persona a la que le guste divulgar sus intimidades, solo le gusta disfrutar de la vida.

Josué suspira insatisfecho y dudoso, por la respuesta evasiva –Está bien. No habrá problemas

Ishtar, resuelve – no. Solo tengo que hablar con Astrid sobre los límites entre la firma y su relación. No quiero que ella nos cause problemas

Josué interfiere con autoridad– tal vez tu no seas la más indicada para hablar con ella de eso. Puede mal interpretar, o creer que son celos

Ish –pero entre Fernando y yo no hubo, ni hay nada.

Josué le explica, con tono afable como amigo– lo que digas, el sábado, él dio a entender otra cosa, y no que solo fueron inocentes amigos o socios; ni que se haya terminado. Así que mejor hablo yo con ella

Ishtar sorprendida y nerviosa, entiende, razona las palabras de Josué y concuerda con él– está bien, habla tú con ella. ¡Ah! por cierto… Dakota ya debe estar trabajando, aquí

Josué se levanta y va hacia su silla, para comenzar a trabajar –bien

Ishtar – preferiría que no se entere de lo ocurrido con TECNO-IUS, ni Sandro; no quiero que se preocupe

Josué mira a Ish por un instante para luego señalar y observar hacia el área de los auxiliares y pasantes –ok, por mí no será, pero ten en cuenta que alguien más se lo podría contar

Ishtar dirige su mirada hacia donde lo hizo Josué, hace una mueca inconforme y le dice luego con una media sonrisa– Gracias –se levanta– me retiro tengo cosas que hacer

Josué – sí, ve

Ishtar se detiene en la puerta antes de salir– ¡oye! –Llamando la atención de Josué para que la vea– confió en ti, somos amigos, no lo dudes nunca –le da una pequeña sonrisa y sale de la oficina; dejando a Josué reflexionar las palabras que le ha dicho; y seguir trabajando

TECNO-IUS

Juan entra molesto al privado de Sandro –ustedes no deberían de estar aquí

Pablo con gesto abatido –no, pero no hay opción

Sandro triste y preocupado –sí así debe ser, así terminará esto… 

Pancho dice con resignación –tal vez es lo mejor, por ahora

Lalo aun molesto e inconforme – ¡es una estupidez! Es dejar que manejen ellos la puta vida de uno

Pancho replica –en algún momento deberíamos de cambiar de residencia, de nombre, de todo

Lalo negándose a aceptar –sigo pensando que no es la mejor idea

Juan le intenta convencer y apelar a la cordura – Pues, no hay muchas opciones

Pablo con carcajadas fingidas –mejor aquí corrió que aquí quedo

Lalo –entonces a ¿dónde te iras?

Pablo –no lo sé, pero lo mejor es que no lo sepan 

Juan –aquí se disuelve todo

Sandro –sí, cada quien sus asuntos y por su lado 

Pancho –todos ya habíamos pensado en irnos de aquí en algún momento, solo han cambiado las circunstancias. 

Lalo –yo estoy muy cómodo aquí

Sandro desesperado –eres libre de hacer lo que quieras… tú, no tienes un blanco en tu espalda

Pablo -¡Tranquilo!

Lalo – eso es cierto, pero no quise…

Juan –ya déjalo así

Pancho – ¿Qué harán con los pasantes?

Sandro –se quedarán trabajando conmigo, así como los asuntos de Pablo y míos

Lalo – ¿a dónde te iras?

Sandro –no lo sé, no necesito una oficina, por el momento 

Pablo –dejaremos a muchos de los clientes, les devolveremos sus asuntos 

Sandro –solo me quedare con los importantes y que valgan la pena

Juan –y que no te representen peligro 

Sandro –si

Pablo –así es que chicos… -con la voz quebrada- ¡Gracias por todo! Estaremos luego en contacto, nos vemos – se va. 

En una atmosfera llena de tristeza, pesadez, melancolía, miedo, frustración y coraje, liquidan la sociedad o lo que resta de ella, y se despiden; Pancho emotivo abraza a Pablo despidiéndose- ¡amigo! –Al igual que Lalo y Juan –que te vaya bien

Sandro –las empresas vendrán por sus cajas para llevar los expedientes a sus respectivas oficinas; los entregan de favor…

Lalo –no te preocupes, le digo a la secretaria 

Sandro recoge los expedientes que se lleva y algunas cosas e igual se despide menos emotivo y se va. 

Juan –yo… ya no tengo cosas aquí así que… la renta está cubierta, lo que resta de este mes

Pancho – yo veré lo de cambiarme definitivamente al otro despacho. Seguimos en contacto, tengo aún mucho trabajo 

Lalo deprimido – Ok, se irán todos… 

Con desilusión, gran tristeza y dolor se despiden los amigos, compadres, socios y casi hermanos. Con lágrimas que amenazan por salir, la voz en un hilo entrecortada; el semblante pálido y cansado por los terribles eventos de la última semana que los pusieron a ambos al borde de la muerte. 

Pablo –disolución, listo. Me voy… 

Sandro lo detiene – ¡no lo digas! Me avisas que estas bien

Pablo –de acuerdo. ¡Que te vaya bien! 

Sandro – y a ti. Cuídense mucho 

Pablo – lamento lo que te ocurrió por mi culpa… estuvimos a punto de… 

Sandro –no lo vuelvas a decir, aun me pesa y me duele todo…

Pablo – ¿le dirás algún día a Ishtar?

Sandro –espero que no; tú no la escuchaste, torturada y preocupada

Pablo –perderás la custodia de tus hijos

Sandro –por el momento tal vez estén mejor con Casandra

Pablo – no lo creo… pero no los dejes 

Sandro –después de lo que hizo… sin su ayuda no… -se le corta la voz

Pablo –ya, ya. Tal vez… pero aun así; no estaríamos en esto sí no hubiera sido por ella. Ella nos envió ese cliente y yo lo acepte 

Sandro –dice que ella no sabía 

Pablo –quien sabe… pero, por ahora ya no hay vuelta atras 

Sandro –lamento lo sucedido… 

Pablo –nos afectó a ambos y a terceros… ya ni hablar… Despídeme de Ishtar; estamos en contacto

Sandro – esperare información

Se abrazan para despedirse; cada uno se sube a su auto y se van a rumbos diferentes; escoltados por un par de autos negros con seguridad. A Pablo lo espera su mujer e hijos en otro lugar, para salir de la ciudad a quien sabe dónde.