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Volumen 1: Capitulo 30

Al mismo tiempo, Solados aparecen de los costados del tanque y empiezan a disparar contra los prisioneros.

"¡Siempre me gustaron los tanques y creo que lo único en lo que pienso en estos momentos es en destruirlo."

Dice con una sonrisa un tanto malévola y emocionada.

"Por cierto, ¿Qué te parece el tanque que está allí, Erika?."

La pregunta a la gata confundida.

Mira de reojo entre la construcción que tenia en frente, para que no la vieran y atacaran.

Aunque si lo pensamos bien, sería un poco loco que alguien le disparará a un gato, pero todo puede ocurrir, así que de esta manera decidió hacerlo la gatita.

"¿Así que esa cosa parecida a un elefante es lo que te hace hablar con tanta emoción y locura?."

Seren le asiente emocionado a la gata, pero no entiende el gusto por ese elefante de metal.

Sin embargo, cuando iba a cuestionarlo con algunas palabras eso, siente un fuerte estruendo que golpea muy cerca de donde ellos estaban.

Eso había sido el Sherman destruyendo la pared en donde se escondían mas de cinco prisioneros.

Eso la asusto y salto como loca hacia el otro hombro.

"Sin duda es un arma aterradora, pero no entiendo porque te gusta tanto."

Seren se le ríe en tanto observa como se disparan entre los soldados y los prisioneros.

"¡No lo se!. Simplemente fueron mis gustos en mi vida pasada. Además, en mi época ya no había de esos míticos tanques y jamás había podido ver uno en acción, así que la emoción que siento en estos momentos al ver a ese tanque es inmensa."

"haaa…¡La verdad que si me siento muy emocionado!"

"Sin embargo, no se si mis balas van a contrapasar ese Sherman, pero…."

"¡Puedo molestarlo un poco haciendo eso…!"

"Después probaré si mis balas son efectivas contra ese tanque."

Mientras reía de una manera tierna la gata se le quedó viendo desde el hombro opuesto en el que estaba.

Se le había quedado viendo de una manera muy extraña.

Seren se sorprendió al ver que no dejaba de mirarlo.

"Heeeee, ¿necesitas algo?."

Pregunta el Apóstol muy confundido al ver ese rostro felino atento a el.

Erika se sonroja por haberse quedado mirando de esa manera a Seren.

"¡¿Qué estaba haciendo?!."

"¡No se porque me le quede mirando de esa manera!."

"Es que me pareció linda la manera en que acabas de sonreír. Además, me alegra que puedas hacer esas expresiones después de todo lo que has vivido."

Mientras Erika hablaba, sus mejillas felinas se ponían rojas y trataba de mirar hacia otro lado que no sea el rostro de su apóstol.

Seren se alegro de oír eso y le sonrió de la misma manera tierna en que lo había hecho hace tan solo unos segundos.

"Puedo hacer esas expresiones gracias a ti, sino esto jamás hubiera sido posible, ya que Erika es mi salvadora."

Las palabras causaron que un sinfín de sentimientos explotarán dentro de ella.

No obstante, mientras pensaba y se hacia un sinfín de ideas, Seren miraba de reojo hacia el tanque.

Observo como intercambiaban tiros los prisioneros con los soldados.

Varias balas impactaron la pared en la que el se encontraba, así que se salvo de que alguna le diera mientras observaba  su objetivo.

Una vez decidió en donde disparar, hace aparecer su arma unos metros por encima de su cabeza y apunta contras las orugas.

El Sherman se movía poco a poco hacia dentro de la prisión.

Lo mejor para Seren sería que no entre, así que, lo que iba a hacer a continuación era lo mejor.

Quería sacarse las ganas de dispararle a un tanque, así que le parecía divertido dispararle en ese lugar

"A esto me refería con molestarlo un poco."

Seguida de esas palabras, disparo y la bala golpeo en donde Seren deseaba.

La bala golpeo las orugas del lado izquierdo y se rompieron al instante, hasta el punto de tener que cambiarlas por unas nuevas

"¡Hermoso!."

Dijeron los dos al ver que el tiro había dado en el blanco.

Al darse cuenta de que lo dijeron al mismo tiempo se miraron y luego se rieron durante unos segundos

"Es momento de que nos vayamos de este lugar, ¿verdad?."

La gata asiente y ambos se dirigen hacia un lugar en donde nadie los viera.

Tras llegar a la pared de la muralla, Seren suspira en tanto habla hacia los que estaban detrás de el.

"Sera mejor que dejen de esconderse y salgan."

"Hace rato que vengo presintiendo que alguien nos observa, pero ahora puedo sentir a alguien escondido."

Después de haber escuchado las palabras de Seren de una manera bastante agresiva y que daba miedo, las tres personas que lo seguían aparecieron.

Tanto Seren como la gata se llevaron una sorpresa.

Las personas que lo seguían eran esas tres mujeres que salvo a penas salió de su celda.

Lanza un fuerte suspiro agotado.

"¿Qué necesitan?"

"No creo que me hayan seguido solo para verme."

Tanto la niña como la que parece una adolescente se ponen detrás de la que parecía ser su madre.

Las tras estaban desnutridas y con expresiones muertas.

A Seren se le hacia triste ver a una niña tan pequeña con esa expresión y ojos que le causaban terror.

Las tres se tiran al suelo con los brazos hacia abajo, como si estuvieran en frente de un rey.

A continuación, las tres le hablan.

"¡Por favor, salvemos!"

Dicen con un tono cansado y triste.

A pesar de que tres personas hablaron al mismo tiempo su voz era muy baja.

Sus labios estaban secos y a penas se movían.

"¡No nos deje en este lugar, Sr. Mago.!"

"¡SALVENOS!"

"Tengo una hija y una hermana pequeña."

"Le ruego de todo corazón que nos saque de acá."

"Haremos todo lo que nos pida, así que por favor."

Esas eran las súplicas de una madre y hermana mayor que tuvieron que pasar por un montón de cosas.

Sus palabras lo decían todo y sus cuerpos argumentaban el sufrimiento de esas palabras.

Seren estaba de acuerdo en salvarlas.

El hecho de que ofrecieran sus cuerpos ya era serio y el deseo de querer huir lo convencía de cada una de sus súplicas.

Decide preguntarle a la gata mediante esa telepatía rara sobre que hacer con estas tres mujeres.

Lo único que deseaba saber era su opinión, ya que, si se tratara de el, aceptaría.

La gata lo pensó seriamente y acepto.

El Apóstol le agradeció a su diosa por haber aceptado.

Puso su expresión seria y miró a las tres mujeres que yacían en el suelo con sus miradas hacia arriba esperando por la respuesta del Sr. Mago.

"¡Esta bien!."

Una gran sonrisa pobre se hizo en su rostro.

"De ahora en mas seguirán cada una de mis órdenes y serán de mi pertenencia."

"Si están conmigo las protegeré, pero si me traicionan las haré pagar y ya saben de lo que soy capaz."

Con palabras cansadas, la mayor de las tres dio su respuesta.

"Seremos de su propiedad…"

"…Así que sálvenos de este infierno."

Esas últimas palabras las dijo con lagrimas y sufrimiento.

Seren se dio vuelta al instante y dijo en un fuerte tono "¡Síganme!."

-CONTINUARA-