webnovel

Destinada a una Nueva Vida

Auteur: Shandor_Moon
Fantastique
Actuel · 6.4K Affichage
  • 52 Shc
    Contenu
  • audimat
  • NO.200+
    SOUTIEN
Synopsis

Roberto y sus amigos no imaginaron que una noche cambiaría sus vidas para siempre. Tras cometer un delito execrable, son castigados con su peor pesadilla. Los tres despiertan atrapados en un nuevo cuerpo como mujeres, sometidas a los caprichos de un mundo donde sus libertades ya no les pertenecen. Amelia, quien en su vida pasada fue Roberto, no solo debe enfrentarse a las consecuencias de su castigo, sino también a la relación con Duncan, otro de los transformados. Lo que comienza como una nueva oportunidad de amar se convierte en un reflejo sombrío de su propio pasado. Duncan, consumido por el miedo a perderla, reproduce el control y los errores que Roberto cometió con María, obligando a Amelia a cuestionar quién era y quién quiere ser. En un mundo donde la magia y las intrigas políticas gobiernan, Amelia debe navegar entre amistades rotas, traiciones y conspiraciones en la logia, mientras un enemigo del pasado acecha para llevarla al límite. Su lucha por redimirse y encontrar su lugar la enfrentará a un dilema: ¿es posible amar sin destruir, o su castigo será repetir eternamente sus errores? Entre la amistad, el sacrificio y las conspiraciones, Amelia y Duncan lucharán no solo por sobrevivir, sino por redescubrir el significado del amor y el perdón en un mundo donde la magia puede ser tanto una bendición como una maldición.

Chapter 1001. La caída de Roberto y sus amigos

Roberto y sus amigos no podían imaginar como unas malas decisiones tomadas una noche de fiesta estaban a punto de cambiar sus vidas para siempre. Nada en las luces de la discoteca, el sonido atronador de los altavoces o el gusto de sus bebidas alcohólicas podría presagiar algo distinto a lo de cualquier noche. 

La discoteca estaba en ebullición; jóvenes y no tan jóvenes se amontonaban en la pista, moviendo sus cuerpos al son de la música con mayor o menor gracia. En medio de aquel gentío, Roberto se mantenía apoyado en la barra con un vodka con limón en la mano derecha y la otra metida en el bolsillo de su pantalón. Rodeado de esa pasión y diversión. Él solo miraba la pista con la misma indiferencia que solía mirar todo lo que le rodeaba. 

Por su parte, sus amigos Diego y Martín se encontraban inmersos en la euforia de la noche. Disfrutándola como si esa fuera su última noche de fiesta en vida. Irónicamente, lo sería la última noche de su vida como la conocían, pero eso era algo ajeno a ellos. El destino estaba ya jugando sus cartas, mientras Diego gesticulaba enérgicamente al hablar y Martín le reía las gracias con movimientos exagerados de cabeza. 

Roberto miraba la pista con su atención, pasando de un rostro a otro. Observando a parejas que se divertían y gente pasando con bebidas, pero sin fijarse realmente en algo concreto. La música repetitiva con letras groseras y la gente que se lucía buscando llamar la atención no eran más que un entretenimiento banal. 

—Roberto, ¿qué te pasa? —inquirió Diego.

Roberto simplemente negó con la cabeza. En realidad no era un tema específico. Era el hastío de siempre deber ir de discoteca para buscar una mujer con la cual irse a la cama. Prefería estar en un local de otro tipo de música, pero Diego y Martín adoraban estos locales con copas excesivamente caras y música horrenda.

—¿Qué tal esas zorras? —preguntó Diego, dándole un codazo con una sonrisa cómplice, señalando con un leve movimiento de cabeza hacia un grupo de chicas que estaban bailando cerca.

Roberto esbozó una sonrisa perezosa, una mueca que apenas mostraba interés. Dio un sorbo a su bebida, deleitándose con el sabor cítrico del limón y desvió la mirada. Martín soltó una carcajada y se inclinó hacia él, apoyando un brazo en su hombro.

—¿Es que ni siquiera te interesas, hermano? Hay que aprovechar la noche. No es que tengamos tantas oportunidades de salir a pasarlo bien. Además, hoy parece haber buena mercancía.

Roberto respondió con un gesto vago, sin molestarse en decir nada. Para él, lo que sus amigos consideraban "pasarlo bien" era más una rutina. Una forma de pasar el rato, de distraerse sin demasiada emoción, aguantar un rato de charla insulsa, sudar, beber y con suerte llevarse una de esas chicas a la cama, para él darle la patada al día siguiente…

Tras una última mirada a Roberto, para asegurar la asistencia de su amigo a tratar de ligar con las tres chicas, Diego y Martín avanzaron con paso decidido hacia tres mujeres que bailaban cerca de ellos.

—¿Qué tal? Mi nombre es Digo. —Se presentó a las chicas sin ninguna vergüenza. —Estos son mis amigos, Roberto y Martín. ¿Os gustaría acompañarnos al reservado? Podemos charlar y conocernos mejor.

La chica más cercana a Diego sonrió coquetamente mientras los evaluaba. Los tres iban impecablemente vestidos con ropa de marca cara. En apariencia no parecían malos chicos y bueno, si tenían alguna copa gratis, tampoco iban a rechazarla. En particular a Virginia, que así se llamaba la joven mujer, le parecía interesante Roberto, tan silencioso y enigmático.

—Hi, Diego. Podría ser. Tu amigo el serio parece interesante. ¿En qué trabajáis?

—Yo trabajo en un despacho de abogado. Martín es ingeniero informático y el chico que te parece interesante trabaja en una aburrida empresa de inversión.

Virginia puso una cara de horror al enterarse del trabajo de Diego. Había esperado tener algo interesante para charlar, pero ¿cómo iba a parecer interesante hablar sobre inversiones? Seguramente le daría un discurso sobre ahorrar y hacer buenas inversiones. Hubiera sido tan genial que hubiera sido un médico o un veterinario.

—Suena interesante. —Sonrió la chica situada a la derecha de Diego. — Yo soy Alba. Ella es Virginia y Yoli.

Tras unas cuantas frases más, las tres mujeres acompañaron a los tres jóvenes a uno de los reservados de la discoteca. Había química en el ambiente entre los jóvenes, pero con una diferencia grande. Mientras ellos esperaban terminar llevándola a la cama, ellas solo querían un rato de diversión, algo de charla y beber. 

El reservado no era más que una pequeña sala con vistas sobre la pista. Este no tenía mucha mejor iluminación; toda ella era a base de luces ultravioletas que hacían brillar los blancos. En cuanto al ruido, sí estaba más amortiguado y era posible tener una conversación sin forzar en exceso la voz. En la parte central había una gran mesa circular, de vidrio, rodeada por un sofá rojo de piel sintética en forma de "C" en el cual podían caber sin estar muy apretadas 10 personas. En una esquina había una mini nevera con refrescos y un mueble con unas cuantas botellas de bebidas alcohólicas. 

Si la decoración de la sala no difería mucho del típico reservado de las películas de mafiosos o proxenetas de los años ochenta y noventa, solo faltaban los guardaespaldas armados exhibiendo alguna arma. 

Alba sonrió al ver el sofá rojo en el centro de la sala. Le pareció algo sacado de época, pero interesante para poder conocer a los chicos e intimar, quizás. Manteniendo su sonrisa, dedicó una mirada de complicidad a su amiga Yoli… Esa noche apuntaba a ser divertida.

—Esperaba algo mejor de esta discoteca; es… tan anticuado. —Comentó al entrar en el Virginia, sentándose en una esquina al lado de Roberto. Lanzando una mirada de curiosidad hacia esté, con un interés que él ni pareció notar. A su alrededor, la luz ultravioleta le daba a la escena un brillo divertido que le parecía intrigante, resaltando los perfectos dientes blancos del joven sentado a su lado.

Roberto miró la sala y asintió con la cabeza. Quizás con muebles en negro y blanco hubiera estado mejor, pero el sofá rojo y la mesa de cristal no hacían una buena impresión. Diego se quedó observando como todos tomaban asiento. A la derecha de Roberto se sentó Yoli, tras ésta Martín y por último Alba.

—No está tan mal este lugar, Virgi —contradijo Yoli mientras cruzaba las piernas y sonreía a Martín.

Martín le devolvió la mirada con una sonrisa que una despreocupada Yoli interpretó como entusiasmo por la charla. Unos ojos expertos en Martín no hubieran realizado la misma interpretación. Martín solo sonreía satisfecho por la presa encontrada.

—Tenemos whisky, vodka y ron. ¿Qué deseáis tomar? —Preguntó Diego, aun de pie, cerca de la nevera, con una enorme sonrisa, en la cual brillaban sus blancos dientes por la luz ultravioleta. 

Las tres pidieron sus bebidas y, mientras las chicas hablaban de forma distraída, Diego aprovechó para verter un pequeño polvo en los vasos de las tres jóvenes antes de servírselos. Un movimiento rápido, imperceptible para los ojos de las chicas, pero que no pasó desapercibido para los ojos de Rubén. 

La mirada de Roberto se frunció apenas y su mandíbula se tensó, dejando en su rostro una sombra de desaprobación. Ambos cruzaron miradas durante unos segundos. Los ojos de Roberto, entrecerrados, observaban en silencio. Sus labios, antes relajados, se comprimieron en una línea fina. Incluyendo palabras que no tuvo el valor de pronunciar. Sin cambiar de postura, bajó la vista al vaso en su mano, pero sus ojos seguían firmes y fríos. Diego lo notó, aunque tampoco dejó salir una respuesta a su mirada de reproche. 

Había escuchado historias sobre Diego. No las había creído, pero por primera vez se atrevió a usar esa droga delante suya. Se preguntaba si sería la afrodisiaca o la adormecedora. Había oído rumores sobre ambas. 

Roberto giró el vaso entre sus manos con nerviosismo mientras su mirada se perdía en los hielos. Este produjo un suave sonido al golpear el baso, y su mirada se desvió brevemente hacia la salida. Se sentía atrapado en una situación que no terminaba de aceptar del todo.

—¡Bueno! —dijo Diego, alzando su copa para brindar e ignorando la mirada de Roberto—, por una feliz noche.

Alba y Yoli sonrieron, alzando sus vasos con entusiasmo y chocándolos en el centro con Martín y Roberto. Virginia, sin embargo, miró de reojo a Roberto. Este apenas levantó su bebida. Participando en el brindis solo por cortesía. Esto la extrañó. No conocía a estos muchachos, pero parecía haber algo entre bambalinas que se le escapaba.

La conversación comenzó a fluir de forma ligera. Diego y Martín eran grandes conversadores, llevando la voz cantante, lanzando comentarios ingeniosos y gestos exagerados que arrancaban sonrisas a las chicas. Roberto, por su parte, se mantenía en silencio, respondiendo con monosílabos y observando cómo todos parecían disfrutar la interacción.

Virginia, interesada en aquel chico enigmático, trató de entablar una conversación más cercana con Roberto. Era estaño. En apariencia, la escuchaba de forma atenta y cortés, pero sus ojos estaban fijos en Diego.

— No bebas mucho. —Le susurró al oído Roberto a Virginia tras llevar casi media bebida ingerida.

Fue tarde; a las tres muchachas comenzaron a pesarle los parpados y sus movimientos se hacían lentos. La cabeza de Virginia fue la primera en caer sobre el hombro de Roberto. Ni Yoli ni Alba se percataron del hecho; solo pensaron en lo atentos que parecían los tres muchachos, y su amiga estaría tratando de intimar algo más con ese gesto. Tras Virginia cayó Alba y finalmente Yoli.

— Han tardado. Bueno, ya podemos servirnos el bufé. — Bromeó Diego. Diego y Martín pusieron a Alba y Yoli encima de la mesa de cristal. —¿No vas a participar? —insistió Diego mientras acariciaba el cuerpo de Alba.

Roberto negó con la cabeza y solo abrazó a Virginia. No le desagradaba ninguna de las jóvenes, pero abusar de ellas inconsciente le parecía repulsivo. Él aun tenía cierta moral. Las tres chicas podían haber sido candidatas a una noche de acción en su piso y dejarlas al día siguiente como desprendiéndose de ellas como se desprendía de los preservativos; pero no iba a violarlas; eso era caer muy bajo para él.

Sin darse cuenta, sus ojos volvían una y otra vez hacia la puerta del reservado. Su mente le intentaba dar una excusa para marcharse, pero su cuerpo se mantenía inmóvil. Quería parecer superior a Diego y Martín, pero en cambio permanecía inmóvil, deleitándose de la visión de los cuerpos ya desnudos de Yoli y Alba. Intentaba pensar que mientras mantuviera a Virginia a su lado, al menos esta se libraría de un acto tan ruin.

Por más de una hora estuvieron abusando de las dos muchachas ante la indiferencia de Roberto. Ni siquiera se limitaron cada uno a una, sino que ambos probaron a las dos. Cuando se cansaron de los agujeros de Alba y Yoli, pusieron los ojos en Virginia. Una sonrisa lobuna apareció en los ojos de Diego.

—Si no la vas a usar… —Diego dejó la repugnante frase sin terminar, pero no era preciso decir más.

Roberto miró su smartwatch, dirigió una mirada de lastima hacia Virginia para centrarse de nuevo en los ojos de Diego.

—Habéis estado cerca de dos horas. Ya se les empiezan a pasar los efectos de la droga. Mejor vámonos —trató de proteger a Virginia de ambos depredadores. Virginia efectivamente se movió al lado de Roberto y parpadeó ligeramente para volver a cerrar los ojos. —Tranquila, sigue durmiendo.

Roberto dejó caer a Virginia sobre el sofá y se levantó del asiento. Saliendo del reservado junto a Martín y Diego. En silencio los tres caminaron hacia la pista de baile.

—¿No te habrás enamorado de esa zorra? —comentó Diego con sarcasmo. —Dios, te la podías haber follado y haberla disfrutado. En cambio te limitaste a sujetarla. ¿Eres gay?

Si las miradas pudieran asesinar, Diego hubiera caído allí, fulminado. No era capaz de saber qué le enfurecía más: si la pregunta por su orientación o por el hecho de ser comparado con ellos. Él simplemente tenía principios, no era un violador. Las mujeres podrían ser útiles para poco más que el sexo, pero no iba a usarlas contra su voluntad.

Mientras dentro del reservado las jóvenes iban recobrando la conciencia y descubriendo horrorizadas lo sucedido, una serie de llamadas se cruzaban, sellando el destino de Roberto y sus amigos con precisión calculada. Afuera, el ambiente era de un contraste total. El sonido quedaba amortiguado en la quietud de la noche. La discoteca estaba situada a las afueras de la ciudad y lo único que había tras salir era naturaleza y un enorme descampado a unos centenares de metros, el cual era utilizado para aparcar los coches.

En ese silencio opresivo caminaban los tres jóvenes sin percatarse de cómo se aproximaba su final. Apenas llegaron al coche, varios hombres enmascarados y vestidos de negro surgieron de las sombras como si fueran parte de la noche misma. No hubo advertencia ni tiempo para reaccionar. 

Los tres jóvenes apenas tuvieron la oportunidad de intercambiar miradas antes de que los primeros golpes cayeran. Una certera patada cayó sobre Roberto en su costado. Este se tambaleó y cayó impactando contra el suelo con un golpe seco. El aire escapó de sus pulmones en un suspiro de dolor. El sabor seco del polvo del descampado se mezclaba con el dolor punzante que sentía en el costado.

Con movimientos calculados, sus asaltantes habían caído sobre ellos, rodeándoles como una jauría de lobos hambrientos a un cordero. Diego lanzó un rugido antes de cerrar sus puños y cargar hacia el hombre más cercano. Este lanzó una carcajada; lo esquivó con una agilidad típica de alguien con años de entrenamientos, para con un movimiento rápido atraparlo e inmovilizarlo con una llave. 

Martín, viendo cómo sus dos amigos habían caído, intentó defenderse a la desesperada. Con todas sus fuerzas lanzó un puñetazo, pero su brazo fue interceptado antes de llegar a su objetivo. El asaltante que había atrapado el brazo de Martín lo torció hacia su espalda, causándole un enorme dolor. Sin duda, los asaltantes debían tener un adiestramiento militar y de combate. Esto no era una pelea callejera; eran críos de cuatro años luchando contra adultos. Los asaltantes se movían, ejecutando cada uno su parte con una precisión milimétrica, sin dejar la más mínima oportunidad a la resistencia. 

Roberto no estaba dispuesto a dejarse atrapar. No sabía el motivo de este asalto, pero estaba muy bien organizado. Esto no podía ser nada bueno. A la desesperada logró asestar un rodillazo a la entrepierna del encapuchado frente a él. Mientras el hombre mostró un poco de dolor, Roberto salió corriendo. La puerta de la discoteca estaba a unos cientos de metros. Si llegaba, tal vez pudiera pedir ayuda. Pardillo. Su carrera e ilusión apenas duraron unos segundos; otras dos figuras se abalanzaron sobre él, inmovilizándolo contra el suelo.

Otra vez el sabor del polvo inundó su boca, pero en esta ocasión se mezclaba con el regusto metálico de su sangre. Dos manos firmes lo sujetaron por los hombros a la vez que la rodilla de este hombre se incrustaba en su espalda. Intentó resistir, pero la fuerza de aquellos hombres parecía implacable y el dolor de los golpes recibidos le empujaban a la rendición.

Unos segundos más tarde, los tres amigos estaban inconscientes y eran atados y lanzados a la parte de atrás de una furgoneta negra. En la parte delantera se subieron dos de los encapuchados y, tras ponerla en marcha, el copiloto hizo una llamada. 

— Están de camino. 

Vous aimerez aussi

LOS PECADOS CARNARES DE SU ALFA

ADVERTENCIA: CONTENIDO PARA ADULTOS! ~¿Quién hubiera pensado que el joven hijo del Alfa se enamoraría de su niñera?!~ Ella era como la madre que nunca tuvo, la hermana mayor que siempre quiso, su ÚNICA mejor amiga. Después de un incidente en la manada de Dark Risers, el Alfa envía a su hijo a otra manada para ser entrenado y formado en una mejor persona; el futuro Alfa. Doce años después, Daniel regresa convertido en un adolescente completamente desarrollado con un alto impulso sexual y deseo por mujeres hermosas. A tan corta edad, maneja la manada por sí solo y también soporta la presión de encontrar una compañera de los ancianos y sus parientes. Pero Daniel no quiere una compañera. Nunca lo hace y nunca lo hará. ¿Por qué quedarse con una mujer que le causaría problemas en lugar de pasar cada noche con mujeres de su elección? ¿Vivirá solo en sus placeres carnales o retractará sus palabras? I.G: C3e_Jay Discord: C3e_Jay#0881 Servidor de Discord: https://discord.gg/C7zhwcQkQS Descargo de responsabilidad: La portada del libro no es mía. Fuentes y diseño por mí. (◔‿◔) Estado del Volumen 1: COMPLETADO Estado del Volumen 2: EN CURSO Estado del Volumen 3: PRÓXIMAMENTE Extracto; para el Volumen (2) Pero...” John sostuvo la almohada en su mano con una mirada seria y reflexiva. “¿Es esto lo que realmente quieres?” Jephthah levantó la vista de donde estaba terminando un boceto de Talia y frunció el ceño ligeramente. “¿De qué estás hablando?” John suspiró y se acercó a él y Jephthah se tensó porque su hermano parecía realmente serio. Y cuando lo hacía, siempre tenía algo realmente importante que decir. “Quieres que Talia sea tu compañera predestinada, ¿verdad?” “Más que nada en el mundo.” Jephthah dijo sin perder el compás, una luz brillando en sus ojos como estrellas, pero que se apagó cuando notó que John todavía tenía esa mirada seria en su rostro. “John, ¿Qué está mal?” “Jephthah,” John suspiró. “Somos gemelos... lo sabes, ¿verdad?” Jephthah casi giró su cabeza ante la estúpida pregunta. “¿Y qué?” “Y somos como dos guisantes en una vaina. Somos la mitad uno del otro.” Jephthah entrecerró los ojos hacia él. “¿Crees que TÚ podrías ser mi compañera?” John le golpeó la cabeza con una almohada esta vez. “¡No!” “Entonces ve al grano, John.” “El 70% de las chicas que están emparejadas con un gemelo generalmente también están emparejadas con...” hizo una pausa mirando a Jephthah a los ojos antes de terminar su frase. “el otro gemelo también.” El lápiz se le cayó de las manos, rodó sobre la hoja de papel de lienzo y cayó con un golpe al suelo, la punta afilada del grafito se rompió para caer junto a la puerta. “¿Qué?!”

C3e_Jay · Fantastique
Pas assez d’évaluations
262 Chs

Unido al Príncipe Cruel

``` Salvar a un Fae herido en el bosque no había sido el plan de Islinda y, peor aún, resulta ser de la realeza, el Príncipe Valerie de la corte de verano, heredero y príncipe heredero al trono de Astaria. Pero entonces, los humanos desconfiaban de esas criaturas de otro mundo mientras que los Fae miraban a los humanos con desprecio, pensando en ellos como seres inferiores. Islinda y el príncipe eran mundos aparte pero eso no les impidió enamorarse. Lamentablemente, el Príncipe Valerie no podía quedarse en el reino humano para siempre y tuvo que regresar a su reino con la promesa de volver por ella. Y ella le creyó. Pero entonces, viene el otro en su lugar. Oscuro, taciturno, despiadado pero peligrosamente apuesto, todos temían al Príncipe Aldric. Aunque como un feroz guerrero e hijo del rey de Astaria, a Aldric se le niega su derecho al trono y está maldito a no tomar su lugar debido a su oscuro linaje. Retorcido desde adentro y hambriento de afecto, el Príncipe Aldric hace lo que mejor sabe hacer, causar miseria. Capturó a Islinda, la mujer que ha captado la atención de su hermano. La robó de su hogar para sus crueles propósitos. Si no podía tener el trono, al menos podría jugar con el interés amoroso de su hermano. Su nuevo premio. Islinda lo odiaba. Lo despreciaba por quitarle todo lo que podría haber tenido con el príncipe de verano. Él es el villano. Ahora ha sido arrastrada al medio de la sucia política que se juega en las cortes de Astaria, sin mencionar sobrevivir a los fríos juegos que juega el príncipe. Pero toda esperanza no se había perdido porque el príncipe cruel podía tentarla todo lo que quisiera, pero jamás iba a obtener lo que más desea. Ser amado. ¡Él nunca tendría su corazón! ¿O sí? ________ —¿Qué puedes ofrecerme, pequeño humano? —él sonrió, lento y cruel. Ella sería un juguete tan maravilloso. —Por favor —ella le rogó, las lágrimas ahora acumulándose en sus ojos—. Solo déjame ir. —Está bien —él se encogió de hombros como si fuera una solicitud fácil—. Puedes irte. —¿Q-qué? —ella musitó, le resultaba difícil creerlo. —Pequeño humano, descubrirás que mi mente cambia muy fácilmente —esas palabras sonaron misericordiosas, pero ella podía sentir la amenaza debajo. ¿Pero realmente lo decía en serio? Islinda no se quedó para averiguarlo ya que empezó a correr a toda velocidad. Si había la más mínima posibilidad de que él cambiara de opinión, entonces lo aprovecharía. Todavía no perdería la esperanza. Ella no sabía por qué, pero Islinda echó una mirada por encima de su hombro después de un rato y la sangre se le heló en el rostro al ver lo que se acercaba. Oh no, acababa de cometer un terrible error. Esto nunca fue libertad. Era una cacería. Y ella acababa de convertirse en la presa. _________ Nota: Este es un libro de fantasía oscura y el protagonista masculino es un villano, así que no esperes un romance meloso. ¿Qué esperar? Muerte, sangre, intensa tensión sexual y escenas explícitas. Además, no es harem inverso. ¡Castillo mágico como regalo = 5 capítulos de bonificación! ¡Ven, tengamos una cacería salvaje! ```

Glimmy · Fantastique
Pas assez d’évaluations
554 Chs

La Mordida del Alfa Entre Mis Piernas

``` —Si te vuelvo a ver, me saciaré con tu cuerpo mientras sangras, ¡príncipe! —Rosina, una mujer atormentada por un oscuro pasado, desarrolló una peligrosa obsesión que llevó a una estela de sangre y cadáveres. Una depredadora que disfrutaba de su presa antes de quitarles la vida. Siempre había despreciado la idea de tener una pareja hasta que se vio obligada a asistir a la temporada anual de apareamiento. Albergando un profundo deseo de libertad, detestaba cualquier asociación con la realeza. Durante el evento de apareamiento, se encontró con un hombre misterioso que llevaba una máscara roja sangre. Draco fue retratado como un despreocupado Tercer Príncipe que buscaba solo diversión y evitaba las responsabilidades que conllevaba la corona. Sin embargo, su encuentro con Rosina provocó un cambio en él. Se da cuenta de que para ganarse su mano en matrimonio, debe convertirse en rey. Esa transformación puso a Draco en un camino de auto-descubrimiento y crecimiento mientras se esforzaba por demostrar que era digno del amor de Rosina. ¿Su encuentro cambiaría su destino o los llevaría a la ruina? _____ Volumen 2: —Mi deber es encontrar a un noble para liderar mi manada, pero conquistaste mi corazón, plebeyo —Felissa era responsable de buscar una pareja digna de estatus y cumplir con su deber como la única hija de un Alfa, lo que la llevó a girar su vida para convertirse en una perfecta futura Luna de la manada Medianoche. Era conocida por ser tan delicada como una flor frágil, o eso creían. Detrás de su alegre sonrisa se ocultaba la oscuridad que quería ascender y apoderarse de su cuerpo. Una personalidad nacida debido al uso de la magia. Mientras Felissa buscaba a un compañero noble para satisfacer a sus padres, conoció a un plebeyo con dos identidades. Vicenzo era un hombre que vivía diferentes vidas para mantener a su madre a salvo de la manada abusiva. Estaba dispuesto a sacrificar el vínculo con su pareja para destruir al Nuevo Monarca como su tarea, pero su corazón se rompía lentamente y ansiaba el toque de su pareja. ¿Priorizarían su deber o cederían a lo que sus cuerpos deseaban? _____ Volumen 3: —Te aceptaré a pesar de todo lo que has hecho, mi querida —Gastone vivía en el mundo humano como castigo pero fue llamado de vuelta al reino de los hombres lobo por Rosina para encontrar a su pareja. No quería una debido a su situación de vida y orgullo como Príncipe caído. En el camino, salvó a una mujer problemática llamada Lucía y la llevó al reino después de que ella le suplicara que la salvara. Eso causó problemas ya que los hombres lobo eran mitos para los humanos. Con la ayuda de Draco, Gastone y Lucía se instalaron temporalmente en un lugar aislado por seguridad. Lucía había escapado de un Orfanato que trabajaba en el mercado negro. Su objetivo era detener su negocio para salvar la vida de muchas chicas pero falló después de años de planificación. Después de conocer a Gastone, tenía la intención de usarlo a su favor ya que necesitaba su esencia para sobrevivir a la maldición. ¿Florecería su amor después de descubrir grandes diferencias entre sus razas? __ [ ¡WPC #301 - Ganador del Lugar de Oro! ] . . Portada Oficial Encargada. __ Contáctame: IG: mona_milku Discord: https://discord.gg/XqbVZffGbv __ ```

youneedsomemilk · Fantastique
5.0
538 Chs
Table des matières
Volume 1

audimat

  • Tarif global
  • Qualité de l’écriture
  • Mise à jour de la stabilité
  • Développement de l’histoire
  • Conception des personnages
  • Contexte mondial
Critiques
Pleurage! Vous seriez le premier commentateur si vous laissez vos commentaires dès maintenant !

SOUTIEN