Ye Zhiqiu trataba de adivinar quién podría ser este hombre de túnica negra, que afirmaba ser el padre de Long Chen, en esta era.
Pero por más que Ye Zhiqiu estrujaba su cerebro, no podía averiguarlo.
En ese momento, Long Chen gimió y la sangre goteaba de la comisura de su boca.
Ye Zhiqiu mordió su labio rojo.
—¿Realmente tenía que cuidar de este hombre durante medio año?
Al mirar a Long Chen, Ye Zhiqiu no pudo evitar recordar la escena de él masacrando numerosos Dioses Marciales.
Esa imagen tuvo un gran impacto en ella.
Pensó que nunca olvidaría esa batalla sin igual en su vida.
Ahora, viendo la vida de Long Chen pendiendo de un hilo, Ye Zhiqiu no tenía pensamientos de venganza.
Pero si no buscaba venganza, ¿cómo podría enfrentar a su tío fallecido?
En ese momento, las emociones de Ye Zhiqiu eran increíblemente complicadas.
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