—¿¡S-Santa!? —Los ojos de Aria se abrieron de par en par antes de que negara con la cabeza vehementemente—. ¡No, eso no es posible! ¡Esa coja imbécil es hija de una prostituta! ¡Debería permanecer siendo la hija de una prostituta el resto de su vida!
Santa Cisne solo tenía una sonrisa enigmática y respondió:
—Realmente, los humanos son graciosos. Tu difunto padre se está pudriendo en el infierno por haber secuestrado a la encarnación de la Diosa a la que tu país adoraba. La violó y la obligó a dar a luz hasta que murió, solo para luego descuidar a su propia hija.
—Luego, tus padres pintaron a la pobre encarnación de la Diosa como una prostituta que sedujo al rey desde un burdel y dio a luz a una hija inmunda —añadió Cisne antes de dejar caer el brazo cortado de Aria al suelo.
Soutenez vos auteurs et traducteurs préférés dans webnovel.com