La última gota

—Mi padre llamó el otro día para decirme que hiciera algo al respecto de que no hay nada sobre nosotros allí afuera. Bueno, obviamente no hay nada sobre nosotros porque realmente no hay un 'nosotros' y también estoy atrapada aquí... —señalé.

—¿Y? —dijo él sin importarle.

Mis manos se apretaron fuertemente debajo de la mesa sobre mi regazo mientras de repente sentía el impulso de rodear su cuello con mi mano y estrangularlo. Por la vida de mí, no tenía idea de por qué actuaba como si esto fuera únicamente mi problema y que él no tenía absolutamente nada que ver con esto.

—Estoy seguro de que tu padre te dijo algo similar. Esto no es un problema que se pueda resolver solo con mis acciones. Necesitamos trabajar juntos en esto —propuse alegremente como si estuviera proponiendo la idea de la paz mundial eterna.