Dentro de la oficina de Natalie.
Natalie y Mia entraron en la oficina, donde Ella estaba ocupada explicando el calendario de Víctor para la próxima semana.
Mia sonrió al verlo. —Así que, nuestra superestrella también está aquí.
Víctor miró a las dos mujeres, sus ojos se detuvieron en Natalie mientras ella tomaba asiento. —Estaba esperando recargarme al ver a mi dulcecito.
—Además de esas buenas frases en las películas, todo lo que sabes es hablar mierda —replicó Natalie.
—Parece que has tenido demasiada dulzura de tu esposo y ahora mis sinceras palabras te parecen una mierda —contraatacó Víctor—. ¿Qué hiciste? ¿No puedo esperar más de ti que un beso como niños de escuela?
Natalie lo miró furiosa. —No necesitas saberlo.
—Ejem —interrumpió Mia, conteniendo una risa—. Ella se perdió su golosina matutina por mi culpa.
Víctor levantó una ceja, inclinándose ligeramente hacia Natalie. —Ah, ¿es por eso que estás de mal humor? Ven aquí, te daré una mejor.
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