Dame el dinero.

—¿Qué... Qué? ¿Quinientos qué? —Después de ver lo que vio, era un milagro que Fu Yu Shen incluso pudiera hacer algún ruido. Miró a Song Yan como si fuera un fantasma, con los ojos muy abiertos y la boca abierta—. ¿Qué... Qué quieres decir con que te debo dinero?

Song Yan levantó una ceja y luego miró por encima del hombro antes de señalar el montón de cenizas que descansaba sobre el pavimento y sonrió—. ¿Ves eso? Eso era un fantasma y tú —giró el dedo hacia Fu Yu Shen mientras pivoteaba en el lugar—, eras la víctima, si no fuera por mí habrías perdido tus ojos y habrías sido dejado en el pavimento para morir, así que agradece y saca el dinero.

Ella le hizo señas a Fu Yu Shen para que entregara el dinero pero este simplemente la miró fijamente y dijo—. Yo... ¿No se trata de ayudar a los necesitados?