Su Wenyue tragó con dificultad. Estos últimos dos días, había estado tan ansiosa por la situación de Han Yu que perdió todo el apetito. No fue hasta que Han Yu regresó que sintió hambre, devorando más comida de lo habitual en una sola vez, como si su apetito hubiera crecido. Ya había comido antes de venir aquí ahora.
A pesar de haber comido justo antes de acostarse, ahora bebía porridge, consumió dos jaulas de dumplings de sopa, un gran tazón de sopa y una variedad de pasteles. Si la Tía Li no hubiera intervenido, Su Wenyue habría continuado comiendo. Al ver algunos platos de pasteles en la mesa, volvió a sentir los retortijones de hambre. Echó un vistazo furtivo, con cuidado de no dejar que Han Yu se diera cuenta, de lo contrario definitivamente no tendría nada que comer. Si no fuera por las estrictas órdenes de Han Yu, los sirvientes no estarían tan vigilantes en su guardia.
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