La Abuela Han podía mostrar tanto afecto en parte porque consideraba los antecedentes de Su Wenyue, y también porque Su Wenyue era solo una nuera, con una generación que los separaba, lo que reducía en gran medida los conflictos potenciales, a diferencia de con la Señora Yang, con quien la Abuela jamás congeniaría, puesto que las suegras y las nueras son enemigas naturales.
En cuanto a la buena voluntad que la Abuela Han mostraba, Su Wenyue permanecía impasible. Siendo de la Segunda Casa, ¿cómo podría posiblemente traicionar y aliarse con la Abuela Han? Debería ser tonta para pensar eso, especialmente ya que lo que destellaba en los ojos de la anciana era claramente algún tipo de deseo y avaricia, no cariño genuino.
—No es necesario, Abuela. La suegra ya se ha ido a la cocina a trabajar, y no tendría sentido que yo, como su nuera, descansara. Por lo tanto, solo puedo apreciar su amabilidad en mi corazón —respondió Su Wenyue.
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