"Solo un poco más," pensó, apretando los dientes mientras lanzaba una nueva ráfaga de ataques mágicos. "Debo resistir... un poco más."
Por su parte, el guerrero observaba los movimientos de su oponente, estudiando cada ataque y cada movimiento. Era consciente de su desesperación, de su intento por ganar tiempo. Pero no tenía piedad.
"No tienes ninguna posibilidad,"dijo mientras se lanzaba hacia ella, su espada brillando con energía."Cuanto antes lo aceptes, menos sufrirás."
La líder de las sirenas levantó su lanza para bloquear el ataque, pero la fuerza del golpe fue abrumadora. La energía del impacto reverberó a través de su cuerpo, haciéndola tambalearse. El guerrero no le dio tregua, lanzando otro golpe inmediatamente después, cortando el agua con una velocidad impresionante.
Aun así, la líder seguía luchando, esquivando y contraatacando cuando podía, aunque sabía que sus fuerzas se estaban agotando rápidamente. Cada vez que bloqueaba un golpe, sentía cómo su energía disminuía un poco más. "No puedo seguir mucho tiempo," admitió para sí misma, pero aún no estaba dispuesta a rendirse.
El océano vibraba bajo la presión del choque de poderes. El aventurero de nivel 5 y la líder de las sirenas intercambiaban ataques a una velocidad que haría que un observador casual no pudiera seguirlos. Cada golpe, cada hechizo, cada movimiento resonaba en el agua, creando ondas expansivas que sacudían a los combatientes a su alrededor.
El guerrero de nivel 5, cubierto en su imponente armadura , atacaba con una precisión letal. Su enorme espada, envuelta en energía, cortaba el agua como si fuera aire. Con cada golpe, creaba grietas en las defensas mágicas de la líder de las sirenas, que respondía con una combinación de ataques mágicos y maniobras ágiles, esquivando y bloqueando con su lanza encantada.
"Es más rápida de lo que esperaba," pensaba el guerrero mientras lanzaba un corte descendente que hizo retroceder a su oponente. La energía de su ataque partió el agua en dos, creando un vacío temporal antes de que la presión del océano lo llenara nuevamente. "Pero su resistencia está decayendo."
La líder de las sirenas sabía que estaba en desventaja. "Debo aguantar un poco más," se repetía. Sus pensamientos siempre volvían a los niños y ancianos que se encontraban huyendo hacia lo más profundo del océano. Su deber era protegerlos, sin importar el costo.
Con una poderosa barrida de su lanza, desató una ola de energía mágica que envolvió al guerrero en una tormenta de agua a alta presión. El líquido, cargado de magia, giraba en espirales afiladas, tratando de cortar su armadura.
El guerrero sonrió con desdén bajo su yelmo. "Trucos inútiles." Su espada cortó la tormenta con un solo movimiento, disipando la magia de agua como si fuera una simple niebla. Antes de que la líder de las sirenas pudiera reaccionar, él ya estaba sobre ella, lanzando un golpe descendente que buscaba partirla en dos.
Ella levantó su lanza para bloquear, pero el impacto fue tan fuerte que la lanzó varios metros hacia atrás, chocando contra una roca en el fondo del océano. A pesar del dolor que recorría su cuerpo, se levantó rápidamente, jadeando pero con la mirada firme. "No puedo caer aún."
Mientras la lucha entre los dos titanes continuaba, el resto del campo de batalla también estaba en pleno caos. Los aventureros de nivel 4 que acompañaban al líder de los humanos se enfrentaban a la guardia de élite de la líder de las sirenas. Ambos bandos eran poderosos, y la lucha era feroz.
Uno de los aventureros, un hechicero especializado en magia de fuego, lanzó una enorme bola de llamas desde su posición. El hechizo, aunque debilitado por el agua, aún era lo suficientemente poderoso como para quemar y evaporar el líquido a su alrededor, creando una explosión de vapor al hacer contacto con uno de los guardias de las sirenas. Sin embargo, el guardia, con una lanza mágica en mano, desvió el ataque con un movimiento rápido y contraatacó, lanzando una ráfaga de energía acuática que golpeó al hechicero, obligándolo a retroceder.
Otro aventurero, un guerrero con dos espadas, se movía con agilidad por el agua, esquivando los golpes de un guardia de las sirenas que atacaba con precisión letal. Cada tajo de la lanza del guardia cortaba el agua con un silbido, pero el aventurero lograba esquivar por poco. Cuando vio una apertura, se lanzó hacia adelante, girando sus espadas en un ataque en cruz que obligó al guardia a retroceder, sangrando de un corte en el brazo.
Los combates individuales entre los aventureros y los guardias eran rápidos y mortales. Ambos bandos eran expertos en combate, y cada uno usaba las habilidades mágicas de su entorno. Los hechizos de agua de los guardias creaban poderosas corrientes y escudos, mientras que los aventureros respondían con una combinación de magia elemental y habilidades físicas, buscando cualquier ventaja en el campo de batalla.
Pero mientras sus guardias se encargaban de los aventureros, la líder de las sirenas sentía que sus fuerzas flaqueaban. El guerrero de nivel 5 avanzaba implacable, y aunque sus ataques eran poderosos, sabía que no podría resistir mucho más. Su magia estaba agotándose rápidamente, y cada vez que bloqueaba un ataque de su oponente, sentía cómo su resistencia se debilitaba.
"No es suficiente," pensaba, sintiendo una mezcla de frustración y desesperación. "Necesito más poder. Si no hago algo, todo estará perdido."
Fue entonces cuando una idea oscura comenzó a formarse en su mente. Algo que solo podía usar en los momentos más desesperados. Su línea de sangre... si quemo mi propia herencia, podría ganar el poder necesario."
Era un riesgo enorme. Quemar su línea de sangre significaba usar su energía vital, algo que acortaría su vida considerablemente. Pero si no lo hacía, todos aquellos a quienes juró proteger caerían. Sabía que su pueblo no tendría otra oportunidad. "Es la única forma."
Con una decisión firme, la líder de las sirenas comenzó a recitar un antiguo conjuro, uno que resonaba con el poder de su linaje ancestral. Sentía el ardor en sus venas mientras comenzaba a quemar su línea de sangre. La energía fluyó a través de ella como un torrente imparable, y su cuerpo se envolvió en una aura azul brillante, una manifestación pura del poder de su raza