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Ciclo

Después de que los núcleos energéticos fueron distribuidos, algunos aventureros comenzaron a experimentar con el sistema del "defensa de la Tierra", tratando de comprender mejor sus posibilidades. Pronto descubrieron que podían cambiar los núcleos energéticos de los monstruos por puntos, los cuales podían ser usados en la tienda para adquirir diversos artículos.

Curiosos y con pocos puntos acumulados, muchos decidieron probar su suerte comprando las opciones más baratas que el sistema ofrecía: espadas de grado E y pociones de grado E. Aunque estos artículos eran los de menor categoría, fueron recibidos con entusiasmo por los aventureros, quienes querían prepararse mejor para la próxima incursión en la torre.

Al recibir sus nuevas espadas, la primera impresión fue de sorprendente calidad, a pesar de ser de grado bajo. El filo de las espadas brillaba tenuemente, envuelto en un aura de poder mágico. No era un poder abrumador, pero era suficiente para hacer más daño a los monstruos que los habían enfrentado en el piso uno.

"¡Increíble!" exclamó uno de los aventureros, probando su nueva arma. Al balancearla en el aire, sentía que la espada cortaba con más precisión y fuerza que cualquier otra arma convencional.

Otro aventurero, una joven con ojos brillantes de emoción, levantó su espada y la examinó de cerca.

"Si esta es solo una espada de grado E, que es lo más bajo en la tienda... imaginen cómo serán las armas de mayor nivel,"dijo, mirando las opciones del sistema, que aún no podían ser compradas debido a la falta de puntos energéticos.

Las pociones de grado E, aunque modestas, también demostraron ser útiles. Algunas eran pociones curativas que podían sanar heridas superficiales o recuperar un poco de energía, mientras que otras eran pociones de resistencia, que les permitirían luchar por más tiempo sin agotarse. Los aventureros que las compraron, aunque en pequeña cantidad, las guardaban como tesoros valiosos para las próximas batallas.

"Tenemos que acumular más puntos energéticos si queremos acceder a lo realmente poderoso," comentó uno de los líderes militares, observando las opciones en la tienda. Había espadas, armaduras, y objetos mágicos de grados mucho más altos, con descripciones que hablaban de fuerzas devastadoras y protecciones sobrenaturales.

El sistema** mostraba que, más allá del grado E, existían armas y objetos de grado D, C, B, A e incluso S, cada uno con capacidades superiores y recubiertos con poderes mágicos y espirituales que ni siquiera podían imaginar en ese momento. Los precios, sin embargo, estaban fuera de su alcance por ahora, pero era evidente que conforme avanzaran en los pisos de la torre, podrían obtener más puntos y acceder a mejores equipamientos.

La emoción y la ambición comenzaron a despertar en muchos de ellos. Si las espadas de grado E ya podían aumentar considerablemente su poder en batalla, no podían evitar soñar con lo que serían capaces de hacer con armas más avanzadas. Ahora, más que nunca, el desafío no era solo sobrevivir, sino también acumular la mayor cantidad de puntos energéticos para poder mejorar su equipo y estar preparados para los horrores que aún les aguardaban en los niveles superiores de la torre.

Carlos, observaba en silencio cómo todos sus compañeros discutían sobre la tienda del sistema. Su mente, sin embargo, estaba calculando, procesando, viendo más allá de lo evidente.

Tomó los núcleos energéticos que había obtenido y, con calma, lo intercambió en el sistema por una espada de grado E. Al sostenerla en su mano, sintió la ligera vibración mágica que corría por el metal, un poder oculto, pero suficiente para superar a los monstruos de los primeros pisos. Sin embargo, Carlos sabía que eso no era suficiente. Mientras analizaba los objetos en la tienda, su mente comenzó a desarrollar una estrategia.

"Si quiero llegar más lejos y acumular más puntos energéticos, necesito mejorarme lo más rápido posible", pensó mientras estudiaba las opciones del sistema.

Todo era un ciclo.

La clave estaba en comprar más armas, subir de nivel mi cultivo,pociones y equipos para hacerse más fuerte y, con esa ventaja, derrotar monstruos más rápido, obtener más núcleos energéticos, y así poder comprar mejores artículos. Carlos lo vio claramente. Cuanto más subía en poder, más rápido podría obtener lo que necesitaba para avanzar.

"Primero compro lo más básico", se dijo a sí mismo. Las espadas de grado E y las pociones de resistencia serían solo el comienzo. No era necesario arriesgarse sin tener los recursos. Si bien muchos de los demás aventureros compraban lo esencial solo para sobrevivir, Carlos entendía que invertir en el sistema desde el principio era la única manera de adelantarse a los demás.

Después de equiparse con la espada de grado E y algunas pociones, Carlos se tomó un momento para explorar la sección del sistema dedicada a los métodos de cultivo.

"Veamos…", pensó mientras navegaba por la interfaz, encontrando una variedad de métodos de cultivo.

Los precios variaban enormemente. Los más avanzados requerían cantidades colosales de puntos energéticos, algo que todavía estaba muy lejos de su alcance. Sin embargo, encontró uno de los métodos más baratos. Costaba solo unos pocos puntos energéticos, y aunque no prometía una gran aceleración en su cultivo, sí mencionaba que ayudaba a absorber la energía espiritual un poco más rápido.

Carlos lo leyó detenidamente. No era la opción más atractiva, pero también sabía que cada pequeño paso lo acercaba a su objetivo final.

"No es tan conveniente en términos de velocidad", reflexionó mientras examinaba las características del método. No haría milagros, pero cualquier ventaja, por pequeña que fuera, podría marcar la diferencia en un futuro lleno de desafíos. Mientras los demás aún buscaban solo sobrevivir, él quería ganar tiempo y acumular poder con la mayor rapidez posible.

Cerró la interfaz por un momento y contempló la caverna que se alzaba frente a él.

"Cuando tenga suficientes puntos energéticos, lo compraré", pensó, con una mirada decidida. Sabía que ese método de cultivo no sería el mejor, pero era mejor que nada. Sería el primer paso en su camino hacia un verdadero poder, un poder que le permitiría ascender por los pisos más altos de la torre, y tal vez, algún día, llegar mas allá de esta torre.

Carlos sonrió para sí. El ciclo continuaba, y él estaba listo para aprovecharlo al máximo.

El ciclo era claro:

1. Comprar objetos Mejorar su fuerza inicial.

2. Cazar monstruos más rápido. Derrotarlos eficientemente gracias a sus nuevos equipos.

3. Obtener más núcleos energéticos. Ganar más recompensas por cada monstruo derrotado.

4. Comprar mejores armas y equipo. Con los puntos acumulados, acceder a objetos de mayor nivel.

Sabía que no era el único que empezaría a pensar de esta manera, pero quería ser uno de los primeros en aprovechar al máximo lo que el sistema de defensa de la Tierra ofrecía.

Mientras los demás estaban absortos en sus discusiones, Carlos comenzó a trazar un plan para escalar rápidamente en la torre. El poder no vendría solo con el tiempo, sino con decisiones calculadas, rápidas y audaces. Si podía adelantarse a los demás, dominaría los primeros pisos y obtendría una ventaja insuperable.

"El sistema lo permite, ¿verdad? Si hay un ciclo, es porque está diseñado para que nos superemos constantemente", murmuró para sí. No había forma de escapar de este ciclo, y él planeaba aprovecharlo.

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