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Encuentro

Es verdad, Tarek, lo sabía. La probabilidad de éxito era mínima, pero aun así debía intentarlo respondió Ian con serenidad. Luego giró su mirada hacia su aliado. Cada alma poderosa que pueda capturar me da una ventaja en este mundo, incluso si las probabilidades están en mi contra. Es la única manera de seguir progresando.

Tarek asintió, comprendiendo la determinación de Ian. Sabía que su maestro siempre estaba buscando formas de aumentar su poder, incluso cuando el riesgo era alto. Era esa ambición implacable la que los había llevado hasta aquí. Pero también sabía que Ian reconocía sus límites.

Tal vez el próximo sea más accesible, maestro. Siempre habrá más oportunidades.agregó Tarek, ofreciendo una leve sonrisa.

Ian esbozó una pequeña sonrisa en respuesta.

Sí, y estaré listo para aprovecharlas cuando lleguen. Pero por ahora, sigamos adelante. Las ruinas aún ocultan más secretos.

Tarek asintió nuevamente y se preparó para seguir a su maestro, listo para lo que fuera que el camino les deparara a continuación.

Ian observó los restos del troll mecánico por un momento más, meditando sobre la batalla que acababan de librar. Luego, giró hacia Tarek, quien estaba a su lado, aún atento a las órdenes de su maestro.

Tarek, sácale el núcleo de nivel 4 a este monstruo.dijo Ian con un tono firme pero tranquilo. Y recoge todo lo valioso que encuentres entre sus restos. Puede que encontremos alguna tecnología o materiales que podamos usar.

Tarek asintió de inmediato, sacando sus herramientas de trabajo mientras se dirigía hacia el cadáver del troll. La armadura dañada hacía el proceso un poco más sencillo, pero aún así se requería habilidad y precisión para extraer el núcleo sin dañarlo.

Mientras Tarek se encargaba de la recolección, Ian se acercó a las almas de los aventureros, quienes aún estaban cerca, observando los resultados de la pelea. Había una mezcla de agotamiento y satisfacción en el aire. Aunque sabían que habían ganado, la batalla contra el troll había exigido lo mejor de cada uno de ellos.

Hicieron un excelente trabajo.Ian dijo con una leve sonrisa, mirando a cada uno de ellos a los ojos.La coordinación que mostraron en esta batalla fue impecable. Eldra, tus llamas fueron decisivas. Thalion, tu viento amplificó todo el daño. Borin, sin tu escudo no habríamos resistido los ataques. Thrain, ese golpe en el momento justo fue crucial. Y Xelara, Kari... su velocidad y veneno jugaron un papel clave. Todos ustedes actuaron como un verdadero equipo. Estoy orgulloso de lo que lograron hoy.

Las almas de los aventureros se intercambiaron miradas de satisfacción, y fue Eldra la primera en hablar.

Gracias, maestro. Sabíamos que esa criatura era formidable, pero juntos pudimos superarla.dijo con una expresión firme, aunque un toque de cansancio se podía notar en su voz.

El trabajo en equipo lo hizo todo posible. añadió Thalion, cruzando los brazos. Aunque esas llamas definitivamente le dieron un buen empujón.

Yo solo hice lo mío,comentó Borin con una sonrisa bajo su barba espectral. Mantener ese escudo firme es lo que mejor hago, pero fue un esfuerzo de todos.

Thrain, siempre más reservado, simplemente asintió con un gesto de aprobación mientras afilaba mentalmente sus habilidades para el próximo combate. Xelara, por su parte, mantuvo su habitual actitud tranquila y letal.

El veneno hará su trabajo, incluso en la muerte.dijo Xelara con su voz suave. Pero fue tu guía, maestro, la que nos permitió lograr la victoria.

Kari, con su usual energía, asintió rápidamente.

¡Lo hicimos increíble! Pero siempre podemos mejorar, ¿verdad, maestro?

Ian asintió, satisfecho con la respuesta de sus almas. Sabía que había más desafíos por delante, y este solo era uno de los muchos combates que enfrentarían juntos.

Siempre hay margen para mejorar, Kari, y sé que lo harán.respondió con un tono cálido. Pero por ahora, tómense un momento para disfrutar de esta victoria. La próxima batalla no tardará en llegar.

Tarek, habiendo terminado su tarea, se acercó con el núcleo de nivel 4 en sus manos, brillando con una energía contenida y poderosa.

Aquí está, maestro. El núcleo está en perfecto estado.anunció mientras lo entregaba a Ian.

Ian lo tomó, observando el núcleo con detenimiento. La energía dentro de ese objeto era inmensa, algo que podría tener muchos usos en el futuro. Guardó el núcleo en su espacio de almacenamiento con un gesto fluido y asintió a Tarek en agradecimiento.

Después de un arduo viaje a través de las ruinas, Ian sentía que su misión estaba cerca de su fin. Habían recogido todo lo que podían del troll y los restos valiosos que encontraron en las profundidades. Ahora, mientras el grupo avanzaba hacia la salida, Ian desinvocaba a los monstruos más grandes, conservando solo a los más pequeños, cuya agilidad y tamaño les permitían continuar explorando sin llamar demasiado la atención.

El camino hacia la entrada estaba en calma, pero había un aire de incertidumbre que lo envolvía todo. Las almas de los aventureros que viajaban con Ian estaban en alerta, con Eldra siempre observando los alrededores, confiando en su instinto. De pronto, uno de los espíritus exploradores que había enviado adelante regresó rápidamente, enviando un mensaje claro: había algo fuera de lo común. Alguien estaba esperando en las sombras.

Maestro...Eldra llamó la atención de Ian, su voz baja y cuidadosa, pero sus ojos ya estaban fijos en una dirección en particular. Hay un grupo cerca de la entrada. Hombres perro, diría yo. Están escondidos, parecen estar acechando.

Ian frunció el ceño al escuchar esto. No era del todo inesperado, pero sí indeseable. Las ruinas eran conocidas por atraer a aventureros ambiciosos y, a menudo, a saqueadores. No todos los que se aventuraban aquí lo hacían con intenciones honorables. Sabía que algunos esperaban cerca de las salidas para atacar a los que regresaban exhaustos y cargados de tesoros, con la esperanza de tomar lo que pudieran sin tener que pasar por el peligro de explorar las profundidades.

¿Crees que son ladrones? preguntó Ian, aunque ya intuía la respuesta.

Eldra asintió lentamente.

Es posible, Maestro. Es algo común en este mundo. Esperan a que otros hagan el trabajo duro, luego los emboscan y se llevan los frutos. Aquí, solo la fuerza importa. Si no los detenemos, intentarán matarnos y robar lo que hemos conseguido.

Ian miró a los demás. La tensión era palpable. Thalion, el maestro del viento, ya estaba ajustando sus guantes, preparándose para la posibilidad de un enfrentamiento. Borin, con su escudo en alto, parecía listo para saltar a la acción en cualquier momento. Sabían lo que se avecinaba.

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