—E-Espera —susurró Rosa, colocando su mano en el pecho desnudo de Zayne.
—No puedo —respondió Zayne.
Rosa cerró sus ojos.
La finca finalmente quedó tranquila después de que su madre se fue a su hogar, pero Zayne estaba seguro de que ella se dirigía al palacio. Su piso fue despejado después de regresar adentro de su paseo.
Rosa no tuvo mucha oportunidad de mostrar los vestidos que le regalaron ya que Zayne la llevó a su cama. El vestido fue rápidamente olvidado y ahora Rosa sabía que o bien a Zayne no le interesaban o la había hecho esperar tanto para ser íntimos que ella necesitaba esperar cualquier momento para mostrárselos.
Rosa no podía recordar cómo se encontró sentada encima de Zayne con él ya dentro de ella. Se aferraba a él mientras él la sostenía cerca. Su pecho estaba expuesto ante él mientras las tiras del delgado vestido se deslizaban por sus hombros.
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