A medida que la noche caía sobre el pueblo, Madeline caminaba alrededor inspeccionando la mansión mientras esperaba el regreso de Víctor.
—Emmitt, por favor, ten algunas criadas listas para prepararle un baño a mi esposo cuando regrese. Está un poco tarde —dijo Madeline, preocupada por su tardanza—. ¿Fue a otro lugar además de a casa de un amigo?
—La guerra podría estar sobre nosotros, Lady Ambrose. El señor informó a los guardias que estuvieran preparados para cualquier ataque y habló sobre un barco. Por todos los años que conozco al señor, debe estar haciendo mucha planificación para mantenerla a salvo —dijo Emmitt con la esperanza de calmar sus temores.
—Es posible. Hay algunos amigos cercanos y familiares para los que querría prepararse para cualquier cosa. Esperemos que no llegue a la guerra. Sería angustiante tener que dejar nuestro hogar y vida tranquila. Oí que guardaron bastantes regalos para Rosa —comentó Madeline.
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