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Comienza la fiesta prohibida

🏵 MAKI YUIGAHAMA 🏵

Mi libido ya estaba por las nubes cuando el hombre vestido de constructor me invito a bailar. Desde que saboree los labios de los cuatro hombres sabía que llegaríamos a esto. Ahora luchaba contra mis instintos de lanzarme hacia él, mientras acariciaba esos fuertes brazos. La música podía escucharse de fondo, lo que tapaba mis constantes jadeos. Otro de esos hombres se unió a nosotros y queden en medio del atractivo bombero y el musculoso constructor. Estar entre aquellos dos hombres formidables y muy sensuales comenzaba a volverme loca.

Mis manos recorrían los hombros de Alex mientras este seguía bailando de manera sensual frente a mí. Mientras Juki tomaba mi cintura y se movía detrás mio, rozando mis muslos y mi vientre con sus manos. Cada roce de sus manos contra mi piel me producía una sensación electrizante que recorría todo mi cuerpo. Me esforzaba por mover mis caderas y tratar de rozar el cuerpo de ambos hombres con el mío. De vez en cuando notaba el roce de un bulto sobre mis glúteos lo que me alegraba, ya que sabía que estaba haciendo bien mi trabajo.

—¡Vamos Shiho, tú también únete a la fiesta! —le grité a mi amiga mientras los dos hombres uniformados se pegaban más a mi cuerpo.

Sonreí de forma victoriosa al ver pararse a Shiho y acercarse al hombre vestido de policía. Fruncí el seño cuando vi de reojo a Shiho abrazarse al cuello de Mark. Imite su movimiento y me abrace al cuerpo del constructor, pase mis manos por sus hombros y presione mi pecho contra el suyo. Aproveche el acercamiento ir quitándole el chaleco a Alex y ver más de cerca esos abdominales y esos fuertes pectorales. Deje caer su chaleco y cuando vi esos músculos muy bien trabajados se me hizo agua la boca y mi corazón comenzó a latir con fuerza. Pose una de mis manos encima de su pecho y sentí lo duro que estaban aquellos músculos.

Cuando vi que Shiho estaba haciendo lo mismo con el policía me mordí el labio y decidí acercarme un poco a ella sin separarme de estos dos hombres.

—¡No te creas que puedes llegar más lejos que yo, Shiho! —le exprese de manera rápida.

—Ya te dije, yo soy la más valiente y ruda de las cuatro —me respondió desafiante Shiho.

—¡Eso ya lo veremos! —sentencié y volví a tomar distancia.

Termine aceptando el pequeño desafío. Me acerqué más a Alex y mis pechos se pegaron al suyo de nuevo, me dirigí a su cuello y comencé a olerlo, muy tentada a besarlo ahí mismo. Cuando de pronto Juki tomo mi cintura y se pegó a mis caderas. Solté un gran jadeo y fue entonces cuando comencé a sentir el fuerte roce que hacia ese bulto contra mis nalgas.

Le di una última vista a mi amiga, llena de lujuria y con una mirada desafiante. Fue entonces cuando comencé a besar el cuello de Alex, con demasiado deseo. Aún seguía moviendo mis caderas, esta vez frotando mi trasero contra el bulto de Juki, y quedando acorralada completamente entre esos hombres. Sus fuertes brazos y sus grandes pectorales formaban una jaula alrededor mío que me atrapaba sin ninguna vía de escape posible. Claro, como si yo quisiera apartarme de estos dos.

Mientras saboreaba el cuello del constructor, seguía moviendo mis caderas de lado a lado, causando un mayor roce con el bulto del bombero. Notaba como su erección iba creciendo más y más gracias a mis firmes y grandes caderas que se frotaban contra él. Alex noto mis constantes besos en su cuello y no tardo mucho en usar sus manos para invadir y explorar mi cuerpo. Sentí dos grandes y fuertes manos sobre mis pechos, solté varios jadeos al sentir sus apretones leves pero traviesos.

La fuerte música y el vino hacía que perdiera el control total de mi misma. Estaba disfrutando al máximo lo que estos hombres me hacían, uno manoseando mis pechos y el otro disfrutando de mis caderas, frotándose contra mi trasero. Quería más, mucho más de esto. Estuvimos rozándonos y tocándonos por varios minutos hasta que decidí dar media vuelta. Era el turno de Juki de sentir los buenos pechos de una mujer, aunque mi objetivo se convirtió en otro cuando vi como Shiho se besaba con Mark en los labios. Estaban tan unidos que estaba segura de que se rozaban sus partes intimas también mientras se besaban.

Un sentimiento de envidia y enojo invadió mi mente. No podía creer que Shiho se hubiera adelantado tanto. Ya no podía seguir frenándome y decidí darle rienda suelta al asunto. Baje mi mano hacia la entrepierna del bombero y mi mano tomo con fuerza su bulto para comenzar a frotarlo con insistencia.

—Creo que encontré donde guardas tu manguera para apagar incendios... —le susurré cerca de sus labios con un todo lujurioso.

Lo miraba de frente con una sonrisa traviesa en mi rostro mientras seguía frotando su miembro por encima de su pantalón. Casa vez más rápido que antes.

—Si, y está por descontrolarse. ¿Podrías ayudarme con eso? —respondió él con un tono seductor.

Juki me miraba desde arriba, ya que era unos cuantos centímetros más alto. Lo que le daba un aura de dominancia o de superioridad contra mí.

—Con mucho gusto. Aunque no sé si te diste cuenta pero... ¡Yo ya estoy en llamas! —le dije mientras hacia un poco más de presión con mi mano al decir esta última frase.

Tome sus dos manos y las puse sobre mis pechos para que pueda tocarlas y disfrutar del buen tamaño que tenían. Para que sintiera y jugara como su compañero lo hizo hace segundos.

—Así que tendrás que hacerte cargo y apagar este incendio... —termine de decir, siguiendo el pequeño juego del bombero.

Mi mano fue metiéndose debajo de su pantalón y comenzó a masturbarlo, sosteniendo su miembro y notando lo dura que se encontraba. Mientras tenía esta pequeña conversación con Juki, detrás mío Alex se entretenía con mi trasero. Disfrutando de frotando su bulto contra mí y apoyándose en mis hombros desde atrás, rodeándome junto con Juki sin dejarme salida.

El bombero continuaba manoseando y apretando mis pechos, disfrutando de la suavidad y el tamaño de estos. Mientras que el constructor se entretenía con mi trasero, adueñándoselo con su miembro duro como una piedra. Alex no tardo en tomar mi mentón y girarlo para así besarme de manera apasionada. Su lengua se metió rápidamente dentro de mi boca y me demostró las maravillas que puede hacer.

Sentir las manos de ambos hombres sobre mí me traía recuerdos, era fascinante sentir como te enredabas y dejabas llevar por la lujuria así de fácil, con total naturalidad. Las manos de ambos exploraban mi cuerpo sin detenerse ni un segundo, lo que aumentaba más mi libido y deseo sexual. Mi beso con Alex se intensificó más y pronto pasamos a jugar con nuestras lenguas dentro de la boca, enredados como dos amantes.

Mientras me comía a Alex no paraba de masturbar a Juki con mi mano, y pronto sentí otras dos manos sobre mis pechos. Me estaba volviendo loca ante tanto placer y lujuria, las cuatro manos de estos hombres invadían mis pechos y manoseaban cada parte y de estos. Presionaban por el centro, recorrían la curva de los costados y los sostenían por debajo, levantándolos, para luego repetir el proceso y turnarse para presionarlos y frotarlos con demasiado deseo. Sentía como me derretía entre ellos dos, estaba completamente excitada y nadie me detendría ahora.

Luego de unos minutos de besarnos y manosearnos, Juki tomo mis muñecas y las jalo hacia abajo, y a su vez Alex me tomo los hombros y los empujo con fuerza también hacia abajo. Supe perfectamente lo que querían y no dude en seguirles en juego. Me arrodillé frente a ellos y para cuando había llegado al suelo estos dos hombres se quitaron el pantalón para revelar sus grandes erecciones causadas por mi cuerpo.

Esos dos miembros eran tan largos y gruesos que no podía creer lo que tenía frente a mí. Mis manos se levantaron y tomé cada uno con una de mis manos, mirando hacia arriba con una sonrisa traviesa y lujuriosa.

—Supongo que esto es lo que les cause a los dos, debo hacerme cargo por lo que hice, ¿Verdad? —les hable desde abajo, tratando de lograr una voz un poco inocente.

Tenía una sonrisa traviesa y me relamía los labios, con ambas manos sosteniendo cada uno de sus miembros erectos.

—Así es, hazte cargo de tus actos y comienza a usar tu boca para complacernos —sentencio el bombero a modo de orden.

No hacía falta que me lo dijera, ya que lo iba a hacer de todas formas. Mientras comenzaba a masturbar ambos miembros con mis manos, decidí cuál de los dos me comería primero. No tarde mucho en elegir y me metí a la boca la gruesa manguera del bombero.

Con los ojos cerrados y la boca abierta acerqué la punta y la fui metiendo entre mis labios. Cuando mi lengua hizo contacto con su piel al momento junte mis labios y sentí como tenía la boca llena. Mi cabeza comenzó a moverse rápidamente mientras succionaba y chupaba aquel miembro dentro de mi boca. Al mismo tiempo masturbaba con mi otra mano al constructor para no dejarlo insatisfecho mientras me encargaba de su compañero.

Ya me había olvidado que todo esto comenzó con un pequeño desafío entre Shiho y yo. Ahora no me interesaba lo que estuviera haciendo mi amiga. Yo estaba totalmente ocupada chupando y saboreando dos miembros gruesos y largos. Me turnaba cada tanto, mi cabeza se separaba del miembro de Juki y se giraba para ir a chupar el miembro de Alex. Me la metía en la boca y mis labios presionaban aquel grosor, mientras mi lengua lamia y mi boca chupaba ese duro miembro masculino.

Mis cabellos se movían en ondas debido a los movimientos de mi cabeza, mientras me metía y sacaba el miembro de lo profundo de mi boca. Mientras tanto, esos dos hombres acariciaban mi cabeza y mis pechos, disfrutando del oral que les estaba dando a ambos. Me movía rápido, no estaba más de tres minutos chupándosela a uno solo, se notaba que tenía un buen control para satisfacer a ambos sin opacar a uno solo. Después de todo lo que una aprende nunca se le olvida.

Únicamente desocupaba mi boca cuando necesitaba tomar un poco de aire, y luego me volvía a meter alguno de sus miembros a mi boca para chuparlo y succionarlo con mis labios y lengua. Dándoles un oral espectacular a ambos hombre por igual. Sabía que ambos disfrutaban mi boca, y que eran profesionales en esto. Cualquier otro hombre hubiese comenzado a embestir y follar mi boca en este momento. Pero ellos dejaron que yo hiciera todo, como si me permitieran jugar a mi ritmo, con los juguetes duros y erectos que trajeron para mí esta noche.