Constantino terminó la copa de sangre que le servían cada noche. Sanaba muy rápido y se sentía incluso mucho más fuerte de lo que estaba antes. Ahora era el falso líder de las sombras, pero en realidad era un esclavo. Cada paso que daba era vigilado. No podía ver quién lo observaba, pero lo sentía.
Todo estaba tan perfectamente bajo control. Pero no bajo su control. Se sentía como si el extraño demonio fuera una sombra él mismo, presente en cada paso. Quizás solo era paranoia, pero ¿qué se suponía que debía sentir? Su existencia entera resultó ser algo más.
Esta noche podría obtener finalmente algunas respuestas. Desde el día en que conoció al extraño demonio, no lo había visto. El demonio solo había enviado a sus hombres para entregar sangre y mensajes y ahora venían con una invitación para cenar con él. Qué romántico.
¿Cenar con su creador? Todavía tenía dificultades para creer eso. ¿Cómo un demonio los creó y de quién era la sangre que le daba?
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