Mientras tanto...
Todos en el palacio interior estaban alerta con los asuntos pendientes. Un lugar en particular era la corte real, donde ministros y personas poderosas discutían el estado de los asuntos. A pesar de asistir a las reuniones de la corte sin la presencia del emperador, esto no impedía que los individuos ambiciosos y despiadados intentaran tomar la ventaja y control sobre los demás.
Joaquín permanecía en silencio alrededor de la larga mesa donde se reunían. Su expresión era oscura, las manos entrelazadas frente a sus labios. Apenas había dormido la noche anterior, y todos estos gritos y discusiones llenando el salón temporal de la corte le dolían la cabeza. No le ayudaban en absoluto.
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