Adeline quería buscar en la multitud a su tía Eleanor y a Asher. Quería hablar con ellos y explicar lo que estaba sucediendo. Por alguna razón, no importa cuán lejos mirara, cuánto tiempo se quedara mirando, no se encontraban por ninguna parte.
¿Estaban tan furiosos que no asistieron al baile? No tenía la intención de dejarlos fuera del asunto, pero todo había ocurrido demasiado rápido. Su búsqueda fue en vano.
Conteniendo un suspiro de decepción, volvió su atención al grupo. Para su sorpresa, todos la miraban fijamente.
—¿Qué? ¿Te estamos aburriendo? —bromeó Elías.
Había notado que estaba mirando alrededor de la habitación, así que él comenzó a seguir cada pequeña dirección hacia la que giraba su cabeza. Como resultado, los gemelos instantáneamente comenzaron a imitar sus acciones.
—Un poco —dijo Adeline con franqueza.
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